Saturday, September 13, 2014

ALGO SOBRE EL (IIII) QUE TIENE EL RELOJ DE LA IGLESIA DE SAN MIGUEL – CAJAMARCA / Segundo Raúl Torres Yeckle


ALGO SOBRE EL (IIII) QUE TIENE EL RELOJ DE LA IGLESIA DE SAN MIGUEL – CAJAMARCA

Segundo Raúl Torres Yeckle

 

¿Recuerdas cuando nos enseñaron los números romanos en el colegio?

Seguro que te explicaron que el número cuatro se escribía de esta manera: IV.
 
Así lo verías si viajaras a Londres y te fijaras en el Big Ben, sin embargo si decides comprobarlo sin salir de España, en el reloj de la puerta del Sol, verás que el número 4 está representado por este símbolo: IIII, exacto, cuatro palitos, como diríamos más coloquialmente.

¿Por qué esta diferencia?

El sistema de numeración romano, derivado del que empleaban los etruscos, se basaba en el método aditivo. I y I eran II, V y I eran VI, y II y II eran IIII. Al pasar el tiempo decidieron empezar a usar el método sustractivo, mediante este sistema el número anterior resta su cantidad al siguiente. De esta forma, en lugar de escribir 4 como la suma de 2 y 2 (IIII) se escribió como la resta de 5 menos 1 (IV).

¿Por qué entonces ha seguido utilizándose el IIII en representación del 4?
 
Hay múltiples teorías, históricas, estéticas, prácticas… éstas son unas cuantas:
La más extendida: Según una recopilación de información del Instituto Británico de Relojería la razón más probable se basa en motivos estéticos. Los cuatro caracteres IIII crean una simetría visual con su opuesto en la esfera VIII, también de cuatro dígitos, que el IV no consigue.

Motivos monárquicos. Entre las muchísimas historias, que relacionan a un monarca con el hecho de que el 4 en los relojes se escriba IIII, destacan dos:

• La más creíble es la que explica que, en el año 1370, el relojero Henry de Vick recibió el encargo de realizar un reloj que se colocaría en la Torre del Palacio Real de Francia (actualmente conocido como “La Conciergerie”). El rey Carlos V de Francia recriminó al artesano el haber representado el 4 como IV. El relojero señaló que era así como se escribía, pero Carlos V respondió enojado: “El Rey nunca se equivoca” (por algo era apodado “El sabio”). Por tanto debió continuar el uso del IIII. El reloj fabricado por de Vick continua colocado allí.

• Otra teoría, que también tiene a un monarca y a un fabricante de relojes como protagonistas pero no da nombres ni detalles de la época, es la que explica que un relojero suizo confeccionó un reloj encargado por su soberano, cometiendo la equivocación de representar el número 4 como IIII y no IV. El rey mandó ejecutar al artesano, a partir de ese momento, como protesta ante tal hecho y homenaje, todos los colegas de profesión del relojero decidieron utilizar el IIII en vez de IV.

Por superstición. Se decía que el IV corresponde a las dos primeras letras de Júpiter, (IVPITER en latín), el dios romano, y por tanto su uso para denominar a un número podría considerarse inapropiado y blasfemo.

Simetría: el símbolo I es el único que aparece en las primeras cuatro horas, el V aparece las siguientes cuatro horas y el X últimas cuatro, proporcionando una simetría que se vería alterada si se usara el IV.

Comodidad: IV es más difícil de leer dada su posición en la esfera del reloj, ya que queda casi boca abajo.

Confusión: El 4 representado mediante IV podría representar confuso respecto al 6 VI al estar ambos boca abajo.

Para economizar: Los relojes se fabricaban de forma artesanal y los números se realizaban con moldes, pegándose después a la esfera. Una forma de economizar era haciendo los moldes con el conjunto de cada número, por lo que, para hacer un reloj, se necesitaba un molde con 4 X, otro con 4 V y cinco moldes con 4 I.

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