Wednesday, March 27, 2019

Marzo 27, 2019 SAN MIGUEL: ¡Hoy es el Día Mundial del Teatro!



Marzo 27, 2019


Cultural Pis@duabki.- Por el renacimiento y puesta en valor del TEATRO SANMIGUELINO.
¡Honor y gloria a actrices, actores y teatristas en general de todas las generaciones que hicieron del Teatro emblema y educación de nuestro pueblo San Miguel
¡Teatro FENIX en nuestra memoria y corazón!

 JUAN MENDOZA ROJAS DEL PERÙ

El Día Mundial del Teatro fue creado en 1961 por el Instituto Internacional del Teatro (ITI), organismo dependiente de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, Unesco. Se celebra anualmente el 27 de marzo por los Centros ITI y la comunidad teatral internacional.

Varios eventos teatrales en todo el mundo, son organizados para conmemorar esta ocasión. Uno de los más importantes es la circulación del Mensaje Internacional del Día Mundial del Teatro a través del cual, por invitación del ITI, una figura de talla mundial comparte sus reflexiones sobre el tema de Teatro y una Cultura de Paz. El primer Mensaje Internacional del Día Mundial del Teatro fue escrito por Jean Cocteau (Francia) en 1962.

Primero fue en Helsinki, y luego en Viena, en el 9º Congreso Mundial del ITI en junio de 1961 que el Presidente Arvi Kivimaa propuso en nombre del Centro Finlandés del Instituto Internacional de Teatro que un Día Mundial del Teatro sea instituido. La propuesta, respaldada por los centros escandinavos, se realizó por aclamación.

Desde entonces, cada año el 27 de marzo, el Día Mundial del Teatro se celebra en muchas y variadas formas por los Centros Nacionales del ITI de los cuales en la actualidad hay casi 100 en todo el mundo.

Cada año, una figura sobresaliente en el teatro o una persona excepcional en corazón y espíritu de otro campo, es invitada a compartir sus reflexiones sobre el teatro y la armonía internacional. Lo que se conoce como el Mensaje Internacional se traduce en más de 20 idiomas, leído por decenas de miles de espectadores antes de las presentaciones en teatros de todo el mundo e impreso en cientos de diarios.

Colegas en el ámbito audiovisual dan una mano fraternal, más de cien estaciones de radio y televisión que transmiten el Mensaje a los oyentes en todos los rincones de los cinco continentes.

 

 


 

RECORDANDO AL SEÑOR MARIO YECKLE / Jaime Enrique Yeckle Alvarado



RECORDANDO AL SEÑOR MARIO YECKLE

 Cultural Pis@diablo.- Un gran testimonio para nuestra historia. Primera vez aparecen y  miro tan elocuentes imágenes que nos transportan a la grandeza de nuestra gente y pugna por el desarrollo. Don Mario y Vitalicio Yeckle son parte de esta rica historia y tradición sanmiguelina. 
Me parece alguna vez de niño haberme llevado mi padre don Oscar Alvitez, en el camión de su amigo don Mario, a traer piedras cuando se construía nuestra casa. 
¡Gracias por este regalo que engalana el recuerdo, reviviendo el presente!

    Pasando por el sitio llamado Los pilares.

Hoy es 27 de marzo, sí mi padre viviría cumpliría 103 años, no quiero cometer el error de muchos, llenándolo de elogios, diciéndole muchas cosas, sabiendo que él ya no escucha, ya no ve, ya no siente, sólo les dirá a los que lo conocieron y aún viven todavía que él fue un ser humano con sus virtudes y defectos, que fue un buen padre y que el trabajo que tuvo en este mundo terrenal, lo desempeño con eficiencia y responsabilidad, él fue un transportista que cubría la ruta de San Miguel-Chepén por una mal llamada carretera que más parecía un camino de herradura en donde había inmensos abismos como fueron: Mal paso, Los pilares, Condorcuna, La boca del león, y que gracias a la ayuda divina después de más de 40 años se retiró libre de accidentes.

Fue él un conversador muy ameno con los pasajeros que iban en el interior de la cabina de su camión y como tal tuvo muchas anécdotas y no teniendo la capacidad narrativa de mi primo Pepe Gálvez o la de nuestro buen amigo y paisano Antonio Goicochea Cruzado, pasaré a narrarlas una de ellas:

Me contaba que en unos de sus viajes de San Miguel a Chepén, llevaba como pasajera a una digna dama sanmiguelina, la señorita Blanquita Gálvez, quien era también su comadre, después de unas horas de viaje llegaron a un lugar llamado El perlas donde tenían que almorzar, ambos se sentaron en una misma mesa y como la señorita Gálvez ya había pedido una botella grande gaseosa, él ya no pidió, el almuerzo terminó y no le invitó ningún vaso de gaseosa. El viaje se reanudó y al poco tiempo la señorita Blanquita le dijo: compadre pare un momentito, a lo que mi papá le dijo que no podía porque tenía prisa de llegar lo más pronto a Chepén, este pedio de que pare se repitió varias veces y la respuesta fue la misma que no podía, ya para llegar a Talambo mi papá sintió el poncho de su asiento mojado; y le dijo que pasó comadrita a la que ella le respondió que se había orinado, él le dijo eso pasa por tomar mucha gaseosa.

El ya dejó este mundo hace 19 años y esperamos los que fuimos sus familiares, sus amigos, haya alcanzado la paz eterna junto a Dios nuestro señor.

EEn la presente fotografía mis hermanos Manuel y Mario, mi papà, Tito Malca, el que hace esta descripción y un señor que no lo reconozco.

MI VUELTO, CARAJO, MI VUELTO / Autor: Melacio Castro Mendoza (Perú/Alemania)


MI VUELTO, CARAJO, MI VUELTO

Autor: Melacio Castro Mendoza (Perú/Alemania)*


De no haber sido yo mismo, señoras y señores, a quien le sucedió lo que les voy a contar, diría que cuando la gente habla sobre lo que me sucedió, miente. Vean ustedes, resulta que como chofer del microbús que suelo arrendar a una empresa para ofrecer mis servicios turísticos a Kuélap, un fenomenal testimonio arqueológico que nadie sabe si fue una fortaleza o un centro de culto de los viejos Chachapoyas, quedé casi mudo al ver subir a mi vehículo a un burro, una borrega y un perro. A punto de echar del vehículo al raro trío, me frené. Campantes, tomaron asiento entre las gringas y los gringos, gente a quienes por el color azul o verde de sus ojos, y por su piel blanca, nosotros llamamos los Mushos.

Al frenar mis intenciones de echarlos, me dije: «José Llaja Soplín, cálmate: el burrito pardo, la borreguita blanca y el perrito chusco color vino, son los únicos peruanos que van a prestarte compañía en el microbús. ¡Ellos son la peruanidad junto a la extranjería de los Mushos!». Cediendo, pues, a mis ganas de echarlos, me puse al mando del timón y de los pedales de mi alquilado microbús: mi único instrumento de trabajo. Resulta, señoras y señores, que fuera ya de la ciudad de Chachapoyas, a la altura de Maino, a unos 2850 metros de altura, el burro alzó la voz, y me mandó a parar.

—¡Bajo, bajo! —dijo. —Agregó, luego:—Tome, señor, el valor de mi pasaje. ¡Cóbrese, cóbrese, señor!

Burrito caballero, buen peruano él, me entregó un billete de diez soles. Con gusto, le devolví su vuelto. Lleno de simpatías por su amabilidad, pensé: «Burrito que paga y no debe a nadie, es, y será en mi microbús, burrito siempre bienvenido. ¡Que siempre se deje ver! Noble animal, cuando presta sus servicios a la gente acarreando cargamentos por caminos y trechos que a veces disputa a los camiones, suele ser amenazado por estos. ¿Cómo negar que hay choferes brutos? ¡Unos atropellan y matan hasta a las piedras! Aún así, el burrito nunca se achica!».

Después de que mi burrrito pasajero bajara a la altura de Maino, continué venciendo curvas, hacia Kuélap. En Nuevo Tingo la borrega me mandó parar. Nuevo Tingo, señoras y señores, es un lugar cuyos pobladores pueden atestiguar cien y mil veces de que después de una de las catástrofes naturales que acabó destruyendo partes esenciales de su pueblo, ningún político del Perú se aprestó a ayudar a ninguna de las víctimas pobres, y menos, a reponer sus bienes.

Obediente a la borrega, detuve mi microbús, y vean ustedes: ¡el animal se echó a correr!... «Borrega¡pícara!», pensé.

La súbita rabia que me provocó, me hizo maldecirla. ¿Que decirle a los Mushos? Avergonzado por la pícara conducta del lanudo animal, pensé: «La borrega se parece a los demagogos que nos gobiernan en Lima y en provincias. De bondadosa y pacífica apariencia, ¡se las sabe todas! Con la cabeza baja, debe sentirse bien por haberme sacado la vuelta. Cuando vuelva a verme, de pura vergüenza, no sabrá dónde esconderse. Espejo vivo de nuestros gobernantes: poseída por un sentimiento de deuda, poniendo cara de inocente, me rehuirá».

¿Paz y bondad borreguil? ¡Que lo crean los ingenuos! Con un sabor amargo en mi boca, aunque riendo, seguí adelante. En Longuita, a 3225 metros de altura, el perro, el último ejemplar de peruanidad junto a los mushos, ladró: «¡bajo, señor, bajo!». «Aja», pensé, «este rabudo se me hace ser muy amigo de la borrega: tiene que pagarme él su pasaje, y el pasaje que no me pagó ella». En estado de alerta, recibí su billete de diez soles y, completo, me lo guardé. 

¡Qué animal! Gruñó y reclamó: «¡Mi vuelto!». 

Yo, señoras y señores, deseoso de acercar a mis pasajeros Mushos a Kuélap, mi bello y último objetivo turístico, ignoré sus reclamos. Reinicié mi viaje a todo pedal. ¿Por qué tendría que haberle devuelto un centavo al íntimo amigo de alguien que usó mis servicios y huyó sin pagarme? Desde entonces, cada vez que me desplazo a Kuélap, no hay perro que por los pueblos y carreteras lejanos, no siga detrás de mi microbús, reclamándome con sus ladridos: «¡Mi vuelto, carajo, gua, guau; mi vuelto!».


(*) Melacio Castro Mendoza, nació en Caín, un caserío de la costa norte del Perú. De orígenes sangregorianos–sanmiguelinos-cajamarquinos, es representante de APESAM  (Asociación Provincial de Escritores de San Miguel) en Alemania. Estudió Ciencias Sociales e Historia en la Universidad Nacional de Trujillo (UNT), Perú), y también en la Universidad de Duisburg y Essen (UDE), Alemania. Es autor de las novelas publicadas en España: El hombre de Rupak TantaLas buenas intenciones y La última marinera. En verso ha escrito los poemarios: Malú tierra adentro y tierra afuera, y Batallas y sueños de Uchku Pedro. A mediados del 2019 otro poemario suyo saldrá a la luz en Miami, Estaods Unidos de América.