Antonio Goicochea
Cruzado
molino en las riberas del río San Miguel. Al verlo pasar don Hermógenes lo invitó a compartir de la celebración.
Con delicada cortesía presentó al invitado:
-El señor Jacob Novoa.
-Mucho gusto, iban contestando los presentes, luego de dar su apellido. Uno de ellos, con aires de suficiencia, confianza y seguridad, después del “mucho gusto”, dijo:
-A usted lo conozco de cara.
Don Jacobito, como cariñosamente se le conocía, con su habitual picardía le contesto:
-Que bien hijo mío, si me hubieses conocido de culo sí que estuviera jodido.
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