CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
Construcción y forja de la utopía
andina
2013 AÑO
EVANGELIO VALLEJO DE LA SOLIDARIDAD
Y UNIVERSALIDAD DEL MUNDO ANDINO
NOVIEMBRE, MES DE LA GESTA
DE TÚPAC AMARU; LOS DERECHOS
DEL NIÑO; VIDA Y EJEMPLO DE
J.M. ARGUEDAS Y MANUEL SCORZA
8 DE NOVIEMBRE 1920
DÍA MUNDIAL DEL URBANISMO
FOLIOS DE LA UTOPÍA
¡TEJADOS!, ALAS Y ALMA DE
NUESTROS PUEBLOS
Danilo Sánchez Lihón
Y llorará en las tejas
un pájaro salvaje.
César Vallejo
1. Agua extasiada
¡Parajes encantados, alas, solares
donde se posan los ángeles! ¡Andurrial donde se pasean los ojos! ¡Maravillas
amenazadas, son los tejados!
Y lo triste es que el peligro de su
extinción no viene de nadie ajeno, ni de un enemigo declarado que ataca desde afuera,
sino de nosotros mismos.
¡Defendamos este preciado patrimonio
cultural nuestro, que es un tesoro de arcilla engarzado en los cielos en los
pueblos del mundo andino!
Así también las paredes de adobe, los
antepechos de los balcones que sobresalen a la calle como quillas de naves
ocultas como son nuestros anhelos e ilusiones.
¡Defendamos las calzadas empedradas!
También las puertas y barandales hechos de madera lugareña. Los portones
señoriales pintados de colores frescos como el azul añil y el verde esmeralda.
Defendamos sus muros que rematan en
malvas, mostazas y azucenas.
Así como los pozos de agua extasiada,
más por la quietud del alma de las casas, y también por la paz de sus
moradores. ¡Y por el lento discurrir en que transcurren dentro de ellas las
horas apacibles!
2. Raigal y genuino
Conservemos los patios que son de laja
o piedra volcánica, o de aquellas traídas del río conservando su leve rumor y
el reflejo de sus aguas.
¡Como igual los corredores del primer y
segundo piso, con balaustres y pilares que sostienen vigas en las cuales se
apoyan los techos de maguey, carrizo y teja que aletean!
Pero es en los tejados donde está
contenido todo aquello que es la razón de ser y el alma andina.
No debemos permitir entonces que
aquellos techos cambien por otros de un material innoble que desdice del
ancestro y del linaje de nuestras ciudades y poblados en la serranía.
O que no es propio del lugar, y excluye
la poesía que es el soplo vital, terrenal y divino, del cual estamos hechos
todos los hombres.
Todo ello, basados en que la mejor
manera de atraer a propios y extraños, en un plan turístico, es conservar la
identidad de los pueblos, al mismo tiempo que edificando su desarrollo sin
atentar con lo que es raigal y genuino.
3. Razón de ser
– Yo hago mi casa como quiero. ¡Y como
a mí me da la gana!
Escucho decir a una persona, a quien el
funcionario del Instituto Nacional de Cultura le reclama que tiene que
construir su casa respetando la identidad del lugar.
Y prosigue en su alegato:
– ¿Qué dispositivo me prohíbe a mí que
yo construya como quiero y es mi real capricho?
– ¡El cariño por su tierra, por su
gente y su destino!
Pero esto no lo entiende, e insiste:
– A mí nadie puede decirme nada, porque
yo hago con mi plata lo que quiera.
¿Es correcta esta manera de pensar?
¿Podemos hacer lo que se nos ocurra? No. Se tiene que tener conciencia que hay
normas y dispositivos que se tiene que respetar.
Para eso existe gobierno y en diversas
instancias. Para eso están los municipios que aprueban y dan el permiso de
construcción, entidades que son las salvaguardas de principios de urbanismo a
partir de un eje cual es la identidad.
4. Pueblo digno
Son muchas las personas que creen que
haciendo una casa tipo extranjero mejoran su pueblo. Creen que imitando a una
ciudad de la costa o del exterior, o de un país que irradia una imagen de
poder, están contribuyendo a mejorar la realidad.
Al contrario. Para que seamos algo en
el mundo no debemos afectar aquello que es esencial a nuestro ser en cuanto a
espíritu. El valor de nuestros pueblos radica en su identidad y en su fisonomía
propia.
En nuestro caso, de pueblos andinos. Y
en esa perspectiva son los tejados aquello que nos evoca la raigambre, la
estirpe y el linaje que nos conforma intrínsecamente.
La fórmula es ofrecer lo mejor que
tenemos para la mejor calidad de vida de nuestros habitantes y de las personas
que nos visitan, síntesis que resume la estrategia turística de todo pueblo.
Tampoco cabe oponerse a las nuevas
tecnologías, sino que hay que asimilarlas y ponerlas al servicio de nuestros
propósitos.
Pugnemos y hagamos todo lo posible por
mejorar cada día, contando con los servicios básicos que nos haga pueblos
dignos y desarrollados sobre la base de lo que nos es íntimamente propio.
5. Adhesión a lo nuestro
Pero si bien hay que mejorar en tales
aspectos no podemos perder la imagen original, poética y evocadora de lo que
somos, porque eso nos da razón de ser ante al mundo y sobre todo porque es
nuestra verdad simbólica.
La clave para desarrollar es no perder identidad,
que es la única manera y razón por la cual vamos a tener motivos por los cuales
hemos de ser apreciados.
Debemos conservar para poder progresar
lo que nos identifique en el campo del turismo, y nos muestre además en cada
paso que se da, que lo propio es aquello que debe ser valorado.
En este aspecto, tenemos un compromiso
de alma con respecto al porvenir, como también con la herencia que les debemos
dejar a nuestros hijos.
Cultivemos en nuestros niños y jóvenes,
y en la ciudadanía en general, la convicción de que hay que defender nuestro
patrimonio. ¡Cuidando de no imitar lo foráneo ni convertir nuestras casas y
nuestros pueblos en remedos de otras ciudades ajenas!
6. Abren las puertas
El hecho de que cada día aparezcan más
y más casas techadas de calaminas será una claudicación de consecuencias
nefastas para aquello que queremos seguir siendo y representando como cultura.
En el caso particular de Santiago de
Chuco, un pueblo orgulloso de la poesía de César Vallejo y de la consagración que
tantos otros poetas, artistas, maestros e hijos ilustres han cantado y hecho
encomio de la naturaleza y del paisaje urbano destacando más en él los tejados.
En ello radica el poder mayor para
desarrollar un turismo responsable, consistente y jubiloso, el mismo que ha de
activar diversos rubros económicos que nos abran las puertas a un promisorio
porvenir.
Es cultivando y defendiendo nuestra
identidad, así como comportándonos como un pueblo acogedor, amable y gentil,
ofreciendo un servicio de calidad en la atención al turista, lo que la
modernidad nos exige y reclama, y que es una de las formas cómo impulsaremos
decididamente nuestro desarrollo.
Y finalizo este alegato con el texto de
mi paisano Ángel Gavidia, poeta de mi tierra nacido en Mollebamba, galardonado
con el Laurel Vallejo.
7. Afrontan los enigmas
Este laurel es la máxima distinción a
la poesía que otorga el movimiento cultural Capulí, Vallejo y su Tierra de
proyección internacional, y solo entregado antes a Edmundo Herrera de Chile.
Ángel Gavidia, autor de varios libros
de poemas y otros tantos de cuentos, nos dice en su libro “Un gallinazo volando
en la penumbra:
TEJAS
Qué pájaro
y de dónde
vino a anidar las manos viejísimas del
hombre.
¿Del centro de la tierra?
¿Del corazón del fuego?
¿De algún árbol de piedra tumbado por
su sombra?
No sé
pero esparció sus plumas por el valle.
Estas plumas recojámoslas y
ostentémoslas en el ojal de nuestro pecho y en lo central de nuestro corazón.
8. Simbolizan maternidad y coraje
Porque las tejas recogen nuestra vida
sencilla y cotidiana y la subliman hacia los cielos abiertos. Pero también
afrontan los enigmas y nos lo ofrecen como pan de cada día. Más aún, viven de
frente y de cara a los arcanos y nos modulan tenuemente sus secretos a los
oídos.
Los tejados no solamente son bellos
sino que simbolizan entre otros contenidos trascendentes: la ternura, la
maternidad, como el arrojo y el coraje.
Son la línea fronteriza entre lo
terreno y lo divino. Porque eso somos y hemos sido.
Y hasta contienen la trascendencia
de la que hemos sido hechos. O bien somos y hemos de llegar a serlo, como
victoria en el universo.
Defender los tejados es dar valor a
nuestros pueblos, haciendo que ellos tengan identidad.
Nuestro compromiso generacional es
hacer que los dones y virtudes de nuestra tierra no se pierdan y, al contrario,
se exalten y consagren.
¡Por todo ello y en primer lugar, velar
entonces por la permanencia y conservación inalienable de los tejados!
El texto anterior puede ser
reproducido, publicado y difundido
citando autor y fuente
Teléfonos: 420-3343 y 420-3860
dsanchezlihon@aol.com
danilosanchezlihon@gmail.com
PÁGINA WEB
HACER CLIC AQUÍ:
http://spanport.byu.edu/faculty/GarciaM/new/CapuliXV.htm
Teléfonos Capulí:
420-3343 y 420-3860
99773-9575
capulivallejoysutierra@gmail.com
dsanchezlihon@aol.com
No comments:
Post a Comment