Sunday, March 30, 2014

SAN MIGUEL DE AYER Y HOY. I - ESTAMPA DE SAN MIGUEL: M. Nicolás Saravia


SAN MIGUEL DE AYER Y HOY

 

El valioso libro SAN MIGUEL DE AYER Y HOY publicado en 1981 por el distinguido sanmiguelino señor Víctor Celis Becerra, entonces Mayor Ejército Peruano, a la par integrante de Comisión Pro Creación Provincia de San Miguel  -en Lima- bajo Presidencia de otro ilustre sanmiguelino Dr. VÍCTOR M. VERA CUBAS, guarda en sus páginas el testimonio imperecedero de más de cincuenta años de gestiones hasta alcanzar tan acrisolado sueño de creación de nuestra Provincia San Miguel, mediante Ley 15152 del 29 de setiembre de 1964. Hombres que no se amilanaron ante adversidades del gamonalismo y tinterillaje, especialmente.

Como homenaje a tan distinguido soldado de la Patria y del pueblo que lo vio nacer, así como a todos y cada uno de los gestores, forjadores e  insignes hombres, tócanos colocar sus inolvidables nombres en lo más alto del pedestal del honor y dignidad sanmiguelina por el deber cumplido a cabalidad; honrando su memoria y coronando con laureles de oro y plata su grandeza, sabiduría, entrega y valor, testimoniando nuestra eterna gratitud, al celebrarse el presente año Bodas de Oro de nuestra Provincia. Igualmente reproduciremos el folleto SAN MIGUEL, PROVINCIA, por el interés de sus contenidos y preservación de nuestra historia reciente y documentación.

Hemos reservado para esta grandiosa oportunidad estos textos e iremos publicando progresivamente capítulos más importantes de estos documentos con la finalidad que los sanmiguelinos y nuevas generaciones conozcamos y revaloremos de fuentes fidedignas cuando el amor en contagiantes llamas  encendidas de esperanza y gritos de Paz y Libertad, recorren inacabables  caminos de nuestras venas e infinitos lares del terruño y el corazón.

ESTAMPA DE SAN MIGUEL

Engalanamos nuestra obra, transcribiendo en
Sus primeras páginas los apuntes de M. Nicolás
Saravia, ilustre Educador sanmiguelino ya
Desaparecido, que titula ESTAMPA DE SAN
MIGUEL, cuyo tenor es como sigue:

Manuel Nicolás Sarabia Quiroz

“Estampa - San Miguel de Payacques”.- En un paraje rodeado de escarpas transparentes cuya vertiente viene de las que insurgen de la parte Occidental de la Cordillera, y que son, digamos, los que inician el Jequetepeque que irriga los valles de la vecina costa; vive un pueblo al que la naturaleza le ha prodigado singulares caracteres por la belleza de sus múltiples paisajes la benignidad de su clima y la laboriosidad ingénita de sus moradores.

Quienquiera que viniendo, por primera vez de la Costa o de otros lugares de la sierra, por los caminos que dan acceso a la comarca, la contempla; innegable, irremisiblemente, se siente atraído por su manigficencia; y se detiene a buen seguro, algunos momentos para plasmar en su memoria el panorama.

Hermosa tierra esta de San Miguel de Payacques que bajo un esplendente sol, el rumor acariciante de su cristalino rio y de sus murmuradoras fuentes, el beso quedo de sus áureas y el plácido arrullo de sus frondas, sabe confraternizar con quienes se aproximan a ella trasuntando en su corazón su inefable belleza.

Reclinada sobre las semiplanicie rodeada de aquellas escarpas ondulantes, colinas y caminos, cercados y arboledas, se halla la ciudad de San Miguel, apacible y romántica como una ensoñación; pudiera decirse quieta, porque sus mujeres, dedicadas dentro de sus casas a sus diarias tareas al son de canciones que constituyen un regalo de sus melifluas voces, escogen la hilaza que ha de transformarse en bellos tejidos, desde la delicada tela para servilletas hasta la fuerte para cubrecama u otros artefactos; y sus hombres se preocupan ya en la sombra en sus talleres, forjando los productos de sus peculiares oficios, ya porque las semillas cubren su verdor y mieses sus cercados, o están en las dehesas cuidando con solícito interés sus ganados.

Abajo, a sus pies, el rio de su nombre, en cuyas márgenes los molinos triturando el trigo que produce la región y que ha de convertirse en el pan de cada día, modulan su constante y queda canción con un himno al trabajo.
Vista la ciudad, desde cualquiera de las rutas que de diversos lugares conducen a ellos, semejan una de esas poblaciones de leyenda.

Acaso un villorrio suizo o una aldea andorránea; porque San Miguel tiene ya muy poco origen incásico.

Sus calles rectas y sus edificios de dos pisos, con sus tejados rojos difieren mucho de sus coetáneas andinas.

Y en medio de ella yérguese con pretensiones de elevarse al cielo magnífica torre de su hermoso templo, de tres naves de estilo vernacular con su campanario de melodioso tañido, porque sus vetustas campanas, que saben interpretar cual ninguna otra, esa gama inefable de los sentimientos del corazón, al decir de las gentes, tiene mucho del rey de los metales.

Tal es San Miguel de Payacques, conocido en los tiempos que corren con el nombre de San Miguel de Cajamarca.


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