CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
Construcción y forja de la utopía
andina
2015 AÑO
DE LA DEFENSA DE LA VIDA
Y DEL PLANETA TIERRA
ENERO, MES DE LA DEFENSA DE LIMA
DEL NACIMIENTO DE ARGUEDAS, HERAUD
Y LOS PARADIGMAS DE MACHUPICCHU
9 DE ENERO
EN DEFENSA DE NUESTRO PATRIMONIO
FOLIOS DE LA UTOPÍA
CADA QUIEN TIENE UNA PUERTA
Danilo Sánchez Lihón
1. Por muy humildes
que hayan sido
Cada quien recuerda la puerta de su casa de su pueblo nativo, porque yo
he indagado, creyendo que solo era mía esta pena. Y me han dicho:
– Yo mi puerta la llevo clavada en el alma. Y no me olvido de sus
rendijas, nudos, estrías, ni se sus agujeros.
He respirado aliviado, pero, me pregunto ahora: ¿por qué?
En cambio, he comprobado que muchas otras personas, nacidas en otros
lugares, no recuerdan las puertas de sus casas, sea la que da a la calle, o ya
sea las de sus cuartos interiores, en donde se criaron.
¡Nosotros, los chucos, sí! Las recordamos, por muy humildes que ellas
hayan sido.
Tanto que, pese a estar tan lejos en la distancia y en el tiempo, no es
que las evocamos sino que salimos y entramos por ellas cuando basta que
cerremos los ojos y soñemos.
O cuando basta que estemos simplemente dormidos que es cuando regresamos
a corretear por patios, corredores y rincones que dejamos ocultos cuando éramos
niños.
2. Silencios
inconfesos
Pero esto ocurre no solo cuando es de noche sino en los amaneceres
ojerosos y desvelados. Allí están.
O ya sea cuando en lo mejor de un momento nos atraviesa un
presentimiento que nos asusta.
Sea cuando de improviso nos asalta una tristeza, y que puede ser hasta
en el fragor de una batalla o en lo más hondo y empinado de una fiesta.
Y, estemos en el lugar del mundo en que estemos, nos sumergimos en el
subconsciente, entrando o saliendo por ellas.
¡Y qué dolor no estar con las manos y la frente apoyados o amparados por
ellas!
¡Rogándolas que calmen compasivas una amargura!
¡Y que nos sanen, o alivien por lo menos, aquellas heridas del alma!
¡Qué dolor no poder confesarles, o hablarles al menos a ellas; ya que
nuestra madre no está con nosotros!
¡Porque son ellas las que están abiertas en el fondo de nuestros
silencios inconfesados!
3. Desaparecieron
en sus entrañas
Es, quizás, porque de niños, yo en Santiago de Chuco, tú quizá en algún
otro sitio, hemos jugado mucho en sus travesaños y marcos de madera. Hechas de
algún árbol que ha crecido a la vera de un camino, o al borde de un río, o
erigiéndose tan alto en una campiña que ha mirado desde su copa compasivo la
vida que pasa allá abajo.
Y en sus vanos translúcidos, y en su quicio curvado por el paso de la
gente que allí pisa y donde está el temblor de nuestros latidos ha guardado lo
que quisimos que fueran secretos.
Y, aunque fallemos en muchas cosas, saben que somos sinceros y
valerosos. Y aunque no estemos donde deberíamos estar, apoyamos en todo las
causas nobles de esta efímera existencia.
A horcajadas sobre su umbral, ¡cuánto hemos soñado!, descubriendo
rugosidades, curvaturas, escondrijos. Perdiendo y encontrando tesoros entre sus
ranuras. Tienen todo el peso, el vuelo y la caída de nuestros impulsos e
inquietudes.
Yo he dejado talismanes, en que se convertía cualquier vidrio o dije o
botón de una camisa, y que desaparecían en sus entrañas. ¿Será por eso que
penan tanto en mí, o es mi ser de niño que se cobija en ellas y ellas en mi
insomnio y duermevela?
4. Son
decisivas
Porque es montado en ellas que nos hemos enlazado con la vida de adentro
y la de afuera.
Es desprevenido en ellas que se nos han quedado las voces de vivos y
muertos; de transeúntes y de sombras quietas que nos contemplan desde otros
mundos pero tan cerca de nosotros que se nos pega su temblor, suspiros y
estremecimientos.
Es cogido a sus jabas donde hemos contemplado a los viajeros impalpables
que se demoran en algún abismo o cuneta, y a los otros que aquí se quedaron.
Los adioses de gente que se va y las expresiones de dicha de quienes
vuelven o regresan.
Es curioso, pero creo que hemos aprendido a mirar el mundo desde una
puerta. Y eso es lo que nos prepara para asombrarnos, descubrirlo todo y ser
solidarios.
También, quizás, para estremecernos de angustia, de pena o de miedo. De
tal o cual presentimiento, pero muy poco de alegría.
Porque a los chucos nos cuesta mucho estar alegres, porque para ello
tendrían que coincidir muchas cosas. Y en todo ello son decisivas las puertas:
5. Por uno
y otro universo
Como, ¿cuáles?
Tendrían que coincidir los hechos de adentro y los hechos de afuera. Lo
que ocurre lejos y lo que ocurre cerca. Los sentimientos de antes y las emociones
de ahora. Y aquello que sucederá después en el futuro.
En todo ello son decisivas las puertas.
De allí que no hay dos puertas idénticas, porque cada una tiene su
memoria y también sus ausencias, carencias y huecos negros. Unas son galantes,
altaneras, soberbias. Y otras son sumisas, modestas, balbucientes.
Pero los niños borramos las diferencias y las universalizamos con
nuestra ternura y nuestra inocencia.
He aquí, por ejemplo, los portones inmensos de dos hojas arrogantes y,
dentro del marco de una de ellas, se abre una puerta más pequeña, donde muchos
dieron su primer beso.
Yo no. Quizá por eso me he quedado en la vida desvelado. Y vague errante
por uno y otro universo.
6. Como
estás viendo
Ahora tú has regresado a tu pueblo después de un prolongado silencio y
una larga ausencia.
Caminas lentamente recordando y observando cada detalle.
Las casas parecen abandonadas, los techos cimbrados, las tejas ladeadas.
Con soguillas que penden desde los aleros, rotas y ya hechas flecos, como manos
mendicantes.
Los muros de las tapias tienen hierbajos y espigas que se alzan hacia el
cielo.
En muchas casas, como ves la puerta ya está vencida e imposible de ser
abierta. porque los adobes han recostado toda su ancianidad sobre ellas
Todo ello porque han cedido y se han ajustado los parantes y las hojas
yacen mustias y yertas, como estás viendo.
7. Mariposa
de plumas doradas
¡Ah, las armellas, los candados y las cerraduras insomnes de las puertas
que yacen abandonadas!
¿Qué abren o que cierran? ¡Ya nada!
Nosotros, nos hemos venido a vivir en otras ciudades, pero las puertas
siguen allí; algunas enmohecidas, con el jardín familiar y el huerto entumecido
al fondo.
Y, a la vez, floreciendo al centro de nuestros estremecidos espíritus.
Otras aún con la madre y los niños sentados o de pie al filo de la
tarde, recibiendo y despidiendo a los seres queridos que se han ido, quizá para
no volver ya nunca jamás.
Aunque otros retornen firmemente asidos en las alas frágiles y a la vez
poderosas de esa mariposa de plumas doradas e impalpables:
La hermosa y, al mismo tiempo, entristecida nostalgia de las puertas.
El texto anterior puede ser
reproducido, publicado y difundido
citando autor y fuente
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CONVOCATORIA
A 50 AÑOS DE SU INMOLACIÓN:
HOMENAJE MUNDIAL A
LUIS DE LA PUENTE UCEDA
HÉROE, DEVOTO DEL APÓSTOL,
DIRIGENTE, BUEN CHUCO,
PAISANO, HOMBRE HONESTO
23 AL 25 DE OCTUBRE DEL AÑO 2015, EN
SANTIAGO DE CHUCO, SU TIERRA NATAL
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