Antonio:
Créditos literarios sanmiguelinos: Antonio Goicochea y Walter Lingán, en su tierra natal.
Cuantas aguas han caído y cuantas lunas han hecho posible que
los terrenos sean fértiles y que las cosechas sean buenas.
Desde aquellos días hermosísimos en los que un niño, con el
candor de sus cinco años, "salió" a recitar una poesía en el patio de
nuestra querida escuela # 73. Lo recuerdo con cariño y lo recuerdo con aprecio.
Su hermano ya era un declamador consagrado, para aquellas lides
estudiantiles; pero en aquel momento y después de escuchar su cadenciosa voz y
sus bien coordinadas mímicas, Franklin, estaría condenado a pasar a un segundo
plano.
La Loba La Loba... se fue de paseo...
Así empezaba el poema y así parece que empezó el camino que hoy
estamos comentando.
A partir de entonces, y por mucho tiempo dejaría de llamarse Antonio y todos
sus amiguitos le llamaron "La Loba".
Ahora que se notan los "frutos" de aquellos tiempos de
siembra literaria, que bonito se siente haber asistido a esa época y
haber visto cómo iba naciendo el hombre de letras en que hoy se ha
convertido.
Ya no puedo agregar palabras a las expresadas por Socorro
Barrantes, cuando describe tu trabajo, a las de Garnett y a las de Walter
Lingan, sería ocioso redundar. Lo han hecho con tanta elocuencia y con tanta
objetividad, que solo me atrevo a decirte:
Lobita, que gusto me da
conocer de tus éxitos y !FELICITACIONES!!!!!
Afectuosamente te abraza tu amigo:
PPgalvez
Walter Lingán, Víctor Hugo Alvítez, Antonio Goicochea, Ridardo Ayllón e hijo de Walter, en San Miguel, casa de Pisadiablo, saboreando unos cuyes antes de presentación de libros.
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