Madrid, te quiero un huevo
El
26 de abril del 2mil14, teniendo en cuenta que es un mes aciago para
las letras, la asociación “Integrando” de Madrid, me propuso presentar
mi libro "La mansión del shapi y otros cuentos" en la capital española.
“Extremecitado” acepté la invitación. De esta manera, pensé, mato varios
pájaros de un solo tiro, es decir, celebro el cumpleaños mi hermano,
conozco al editor y laureado escritor José Luis Torres Vitolas, me
reencuentro con el docente y escritor Mario Suárez, así como, por fin,
después de muchas postergaciones, tengo el gusto de conversar con Andrés
Robles Chacón, compatriota que lucha y sueña por un Perú nuevo dentro
de un mundo nuevo.
Con un clima primaveral me recibió “Madrid, te quiero un huevo”, como escuché decir por ahí en las calles cercanas a la Puerta del Sol, justo en el punto llamado “Km. 0”. Apenas “aterrizado” empezó a sonar el teléfono para concertar citas, también las de tercer tipo. La presentación de mi libro “La mansión del shapi y otros cuentos” se convirtió en algo más que un evento literario, fue una fiesta de integración latinoamericana, de música, de amena charla, de solidaridad con nuestros pueblos que luchan por justicia, paz y vida. Casi un centenar de amigos llegaron al local de la FEDAP (Federación de Asociaciones peruanas), algo que rebazó todas las espectativas pues hasta los más optimistas no esperaban una asistencia tan nutrida por tratarse de un acto cultural.
Temprano estuve en una librería de la Gran Vía buscando libros. “Joder, tío, que no te enteras, te quiero un huevo, hostias”. Le recriminaba una mujer a su distraída pareja que miraba las ondulantes caderas de una hermosa rubia. Supongo que de ahí proviene eso de “Madrid, te quiero un huevo”. Luego la “Asociación Caxamarca” y el “Restaurante Sabores del Mundo”, mediante el representante de la “Asociación Cultural Hijos de Jaén”, me invitaron a un almuerzo de camaradería. En pocas horas comí como si estuviera en Perú, en casa de mi madre, de mis hermanos. Previo a eso asistí a una entrevista por Radio Vallecas, en el programa “Voces de Latinoamérica”.
Minutos antes del evento tuve unas corta conversación con Mario Suárez y recordamos una fiesta latina en el pequeño local de una tienda de productos latinomaericanos en Hamburgo, también inicié diálogo, interrumpidos por los invitados que iban llegando, con José Luis Torres Vitolas, que la continuamos dos días después en un café madrileño. Se produjeron breves intercambios de ideas con representantes de algunos movimientos políticos. También hubo entrevista en radio Tentación en el programa “Rumbo Latino”.
Todos concuerdan que el evento fue un éxito. Excelente la participación de Mario Suárez y José Luis Torres Vitolas, encargados de la presentación del libro. El poeta español Antonio Ruiz leyó un poema dedicado a La mansión del shapi. “Si hubiera un lugar donde no muriera / eligiría la Mansión del Shapi, / donde no se marchitan los cantos / ni hay aves enjauladas, / allí perduran las palabras verdaderas, / sólo luz de luna y espejos en el lago...” Exhalarrastraron entremoniadamente las notas alegres del charango interpretado por Luciano Olazábal Castillo. Por lo que a mí me toca debo agradecer la paciencia y la hospitalidad sempiterna de mi hermano Luis y mis sobrinas Urpi y Lucero, de igual modo a todos los activos amigos que conforman “Integrando”, en las personas de Andrés Robles Chacón y su esposa, a la FEDAP por alojarnos en su local, a los miembros de la “Asociación Cultural Hijos de Jaén”, a la “Asociación Caxamarca”, a los integrantes del grupo de Sikuris, a la señora Catalina Lescano del restaurante “Sabores del Mundo”, al “Grupo Literario Encuentros”, al “Colectivo Pro Cultura Peruana Madrid”, a las revistas “El Hispano” y “Aquí Latinos”, finalmente mi reconocimiento a una gran amiga: María Valencia y a mis sobrinos Carlos y Alberto Heredia. Desde luego a todos los asistentes, cuya presencia fue lo mejor de la noche. Disculpen si alguien se me escapó de la memoria...
Todas las fotos son de Path.
Con un clima primaveral me recibió “Madrid, te quiero un huevo”, como escuché decir por ahí en las calles cercanas a la Puerta del Sol, justo en el punto llamado “Km. 0”. Apenas “aterrizado” empezó a sonar el teléfono para concertar citas, también las de tercer tipo. La presentación de mi libro “La mansión del shapi y otros cuentos” se convirtió en algo más que un evento literario, fue una fiesta de integración latinoamericana, de música, de amena charla, de solidaridad con nuestros pueblos que luchan por justicia, paz y vida. Casi un centenar de amigos llegaron al local de la FEDAP (Federación de Asociaciones peruanas), algo que rebazó todas las espectativas pues hasta los más optimistas no esperaban una asistencia tan nutrida por tratarse de un acto cultural.
Temprano estuve en una librería de la Gran Vía buscando libros. “Joder, tío, que no te enteras, te quiero un huevo, hostias”. Le recriminaba una mujer a su distraída pareja que miraba las ondulantes caderas de una hermosa rubia. Supongo que de ahí proviene eso de “Madrid, te quiero un huevo”. Luego la “Asociación Caxamarca” y el “Restaurante Sabores del Mundo”, mediante el representante de la “Asociación Cultural Hijos de Jaén”, me invitaron a un almuerzo de camaradería. En pocas horas comí como si estuviera en Perú, en casa de mi madre, de mis hermanos. Previo a eso asistí a una entrevista por Radio Vallecas, en el programa “Voces de Latinoamérica”.
Minutos antes del evento tuve unas corta conversación con Mario Suárez y recordamos una fiesta latina en el pequeño local de una tienda de productos latinomaericanos en Hamburgo, también inicié diálogo, interrumpidos por los invitados que iban llegando, con José Luis Torres Vitolas, que la continuamos dos días después en un café madrileño. Se produjeron breves intercambios de ideas con representantes de algunos movimientos políticos. También hubo entrevista en radio Tentación en el programa “Rumbo Latino”.
Todos concuerdan que el evento fue un éxito. Excelente la participación de Mario Suárez y José Luis Torres Vitolas, encargados de la presentación del libro. El poeta español Antonio Ruiz leyó un poema dedicado a La mansión del shapi. “Si hubiera un lugar donde no muriera / eligiría la Mansión del Shapi, / donde no se marchitan los cantos / ni hay aves enjauladas, / allí perduran las palabras verdaderas, / sólo luz de luna y espejos en el lago...” Exhalarrastraron entremoniadamente las notas alegres del charango interpretado por Luciano Olazábal Castillo. Por lo que a mí me toca debo agradecer la paciencia y la hospitalidad sempiterna de mi hermano Luis y mis sobrinas Urpi y Lucero, de igual modo a todos los activos amigos que conforman “Integrando”, en las personas de Andrés Robles Chacón y su esposa, a la FEDAP por alojarnos en su local, a los miembros de la “Asociación Cultural Hijos de Jaén”, a la “Asociación Caxamarca”, a los integrantes del grupo de Sikuris, a la señora Catalina Lescano del restaurante “Sabores del Mundo”, al “Grupo Literario Encuentros”, al “Colectivo Pro Cultura Peruana Madrid”, a las revistas “El Hispano” y “Aquí Latinos”, finalmente mi reconocimiento a una gran amiga: María Valencia y a mis sobrinos Carlos y Alberto Heredia. Desde luego a todos los asistentes, cuya presencia fue lo mejor de la noche. Disculpen si alguien se me escapó de la memoria...
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