“RECUPERANDO LA IDENTIDAD SAMPABLINA” / Elio Nóbel Burgos Vargas

“RECUPERANDO LA IDENTIDAD SAMPABLINA”

Elio Nóbel Burgos Vargas.

 

Disertación del artista Elio Burgos, en el XXXIII Aniversario de la creación política de la Provincia de San Pablo, en el Club San Pablo de Cajamarca –

Lima. el 13 de Diciembre del 2014.

Sr. Doctor: BENJAMIN CASTAÑEDA CASTAÑEDA

Presidente del Club “San Pablo de Cajamarca”

Estimados paisanos:

La falta de identidad con nuestro terruño, es una de las graves falencias de los Sampablinos. Siendo una de sus causas, el desconocimiento de nuestras raíces, la despreocupación de las autoridades, instituciones, maestros, y aún nuestra propia desidia, inacción e indiferencia, pues muchos no comprendemos que la vida vale sólo por las obras que hacemos ya que es inconcebible hoy día, la osadía de algunos personajes que existen en vano como contrabandistas de la vida al decir de José Ingenieros. Descuidamos sin disculpa valedera esenciales valores en nuestra juventud y hasta en nuestros propios hijos que carecen de paradigmas y modelos de sus ancestros.

Así como no podemos amar a una persona que no conocemos, es imposible querer a un pueblo del que nada vemos o nada conocemos, en consecuencia sólo volviendo a nuestras raíces que jamás debemos olvidar y haciendo que nuestra descendencia también se ilumine con la belleza y el legado que nos dejaron quienes nos precedieron, abriremos nuestros pechos y el corazón de nuestros hijos que latirán orgullosos por San Pablo.

Nos preciamos de ser un pueblo heroico recostándonos en la gloria del 13 de Julio. Pero, ¿conocemos el hecho a cabalidad?, ¿Sabemos quiénes fueron los vencedores de la satrapía araucana?, estoy seguro que casi la totalidad de los aquí presentes desconocen ello. No hacemos justicia con los que derramaron su sangre, entregaron su temprana vida y los condenamos al ignominioso e inmerecido olvido.

San Pablo, no es únicamente el 13 de Julio o el Kuntur Wasi. En San Pablo vive la historia, Nuestro pueblo, como ningún otro de Cajamarca, está bendecido con paisajes de acuarela que encandilaron a Pizarro durante su travesía de Piura a Cajamarca, según Alberto Tauro del Pino en su “Enciclopedia Ilustrada del Perú”, Tomo V, asegura que fue él quien lo fundó y confió a los franciscanos la evangelización de sus pobladores.

San Pablo, es también su tradición, sus costumbres, su acervo cultural tan singular, su inconformidad latente, su insurgencia puesta prueba desde nuestros ancestros “LOS CHALAQUES”, una etnia audaz, laboriosa y guerrera, los kuntur wasi, admiración del mundo por el arte lítico y su riqueza orfebre con el oro labrado más antiguo de las américas y nuestro pueblo que supo ponerse de pie un 7 de enero de 1821 aunándose al grito libertario cuya acta guarda la historia y que ni la capital regional ni ninguna otra provincia cajamarquina ostenta, copia publicada en el diario El Comercio el 07 de enero de 1971 hoy les hago entrega, y que por la contribución con hombres, dinero, especies, el Libertador Simón Bolívar por Ley del 07 de agosto de l825 creó el Distrito de San Pablo, motivo también por el que José de la Mar el 03 de junio de 1828 nos confiere el título de Villa y el 25 de octubre de 1887 por haberse librado en nuestro suelo la Batalla del 13 de julio de l882, el gobierno de ese entonces nos eleva a la categoría de Ciudad, documentos que por su importancia conviene conseguir , finalmente el Arquitecto Fernando Belaunde Terry, en ocasión de la celebración del Centenario de la batalla librada en las laderas sampablinas, merecidamente nos encumbra como Provincia.

Nuestros orígenes se remontan al Señorío de Cuismancu. Los historiadores Waldemar Espinoza Soriano y Pilar Remy, al citar a Cristóbal Barrientos y Diego Velásquez de Acuña (1571- 1572) sostienen que el actual territorio de San Pablo, formó parte de las Huarangas de Chandal y Chuquimango, a su vez parcialidades de Malcadán, estado que alrededor de 1461 fue sometido por los incas, incorporado al Tahuantinsuyo como Wamani de Caxamarca.

 

Durante la colonia, San Pablo integró la enorme encomienda del cruel terrateniente Melchor Verdugo que decía haber hallado en Paredones las primeras minas de plata aunque Valdemar Espinoza sostiene que estas minas se trabajaban desde épocas de Huayna Cápac y que de la plata que se extraía, se hizo la vajilla real de Pultumarca, el tambo real de Yomabamba y los adornos del Inticancha de Cajamarca.

La rebeldía, la casta guerrera y valentía siempre fue blasón de nuestra estirpe, de ahí que se nos acuñara el calificativo de “CACHABLANCAS” por la cacha nacarada o blanca del revólver, inseparable compañero con el que se hacían respetar, ganándose reputación de hombría temeraria y fama nuestros mayores, constituyendo al recorrer el tiempo nuestra legítima identidad de la que por supuesto y con cabal derecho nos sentimos orgullosos.

Este temperamento lo encontramos como argumento, cuando humildes campesinos de El Lloque y Succhabamba que en defensa de la santidad de sus hogares, dieron muerte y desbarrancaron a un pelotón de soldados chilenos por los desfiladeros de su estancia. 

Sin fundamento se nos enrostra de que en la Batalla del 13 de Julio, no hubieron Sampablinos, pues bien:

Sampablinos que se bañaron en la gloria vencedora del 13 de julio, fueron: VICTORINO ARRIBASPLATA, sargento de la Compañía del Batallón Marina que después se refundó con el nombre de Callao 2 y que luego de la victoria tomó el nombre de 13 de Julio. Herido fue llevado al hospital de Cajamarca para su recuperación. SIMON CASTAÑEDA MONCADA, que participó en la columna Vengadores de Cajamarca” que jefaturó Mariano Castro Zaldívar, su hermano TORIBIO CASTAÑEDA MONCADA, también están el Sub Teniente JOSE MANUEL PORTAL, ANIBAL CHÁVARRY, entre otros y victorioso fue también el pueblo entero por que los Sampablinos con palos, horquetas y lo que tuvieron a la mano, como un vendaval bajó por las laderas de El Montón, para lavar el estigma que empañaba la honra peruana y a cuyo honor en el año 1922, siendo alcalde el presbítero de la parroquia Dr. Neptalí Pajares Barba, se erigió como homenaje el obelisco que testimonia la efervescencia y el pundonor de la sangre sampablina en el mismo campo histórico.

Sampablino fue el Mayor MANUEL ARCE DE LA OLIVA, nuestro máximo héroe que nació en este suelo el 26 de diciembre de l841, luchó al lado del general Tomás Gutiérrez en un inicio durante los movimientos vivanquistas, tomó parte en los combates del 6 y 7 de marzo de 1858 en Arequipa bajo las órdenes del Mariscal Ramón Castilla, asistió a la campaña del Ecuador en 1859 así como a la de 1865 a órdenes del general Juan Antonio Pezet, participó en la acción de Los Molinos cerca de Ica con el general Francisco Alvarado, en el Combate del 2 de Mayo en el Callao en 1866. En la guerra con Chile concurrió a las Batallas de San Juan y Miraflores en el Batallón CAZADORES DE JUNIN No. 89 donde cayó mortalmente herido en acción de armas; sus restos descansan en el santuario patrio de la Cripta de los Héroes de la Guerra del 79.

Sampablino fue también el Coronel TOMAS ROMERO Y FLORES, que paseó su valentía combatiendo junto al Mariscal Andrés Avelino Cáceres llegando a ser Jefe Supremo Político y Militar de los Ejércitos del Norte del Perú.
Entonces, como leí un artículo en el diario Panorama de Cajamarca ¿merecemos ser adjetivados arteramente con la injuriosa e inaceptable blasfemia de “NEUTRALES”. ¡¡¡N O ¡!! Nuestra raza y nuestra estirpe como águila bravía del Cashorco se resiste al ultraje y a la afrenta y no puede aceptar semejante infundio que enluta la honra de nuestros padres, la nuestra y la de los hijos de nuestros hijos.

Sintamos orgullo de lo que Dios y la naturaleza nos prodigó, un legado histórico de gloria, un edén con paisajes que parecen alcanzar el infinito en sus azules lejanías, con atractivos que aguardan su visita y les invitan a conocer primero lo nuestro después el resto , como la bio diversidad de los distintos pisos ecológicos que conforman nuestra provincia, el paradisíaco colchón acuífero de las Lagunas de Alto Perú, el poncho verde de más de 10,000 hectáreas de forestales de la Granja Porcón, las pinturas rupestres de Tupac, Cashorco, las necrópolis como las de Cuzcudén, Tumbadén, El Balconcillo de Callancas, que nada tienen que envidiar a las de Otuzco en Cajamarca, el bosque de piedras de Las Vizcachas, La catarata de “El Chorro Blanco ”, hagamos turismo de aventura, turismo vivencial, visitemos Anispampa, Capellanía para conocer el procesamiento de nuestro famoso aguardiente, gocemos de los miradores naturales de “El Montón”, “El Balcón”, maravillas que todavía no valoramos en la dimensión que merecen, el cerro San Pedro y San Pablo cuya tradición festiva ya lo lleva el tiempo, el Pozo de La Laguna y tantas y tantas exquisiteces que tenemos.

 

La Ciudad, tan hermosa con sus rojos tejados que le atribuían un especial tinte andino, poco a poco va cediendo ante la voracidad del cemento, el ladrillo y la calamina del modernismo alienante que no tiene en cuenta nuestra identidad arquitectónica. No es chauvinismo cuando digo que pretendiendo una cursi aristocratización, se llega a variar el nombre de nuestros antiguos barrios. No va más “La Banda”, ahora “California”, tampoco “La Travesía” hoy “Miravalles”, el nombre del antiguo “Baratillo” simplemente fue sepultado para siempre, desapareció.

Sin embargo, ofrece atractivos que pasan desapercibidos: la Iglesia matriz, única en la región por sus tres torres que fuera cuartel general de los chilenos, donde ahora se venera a la imagen del Señor de los Milagros, dueña de una especial tradición recogida en el antiguo pueblo de San Luis Grande, donde se le rindió culto hasta el año 1881 en una de las más importantes celebraciones religiosas del norte del país, cuya imagen data desde el siglo XVIII y fue trasladada a San Pablo luego que los chilenos incendiaran su iglesia.

El singular Barrio La Ermita con sus miradores de la” Cruz de los Faroles “y “San Pedro” con su capilla a nuestro Santo Patrón San Juan Bautista a cuyo honor se celebra la Fiesta del 24 de junio imagen que fue traída desde Cascas por la familia Quilcate, levantándose su capilla en el siglo XIX aproximadamente entre los años 1840 a 1845 en un solar donado por la señora Narcisa Tantaleán en cuyo interior fueron enterrados los restos de muchos héroes de la Batalla de San Pablo como Néstor Batanero que después fue exhumado y trasladado a Lima.

También puede admirarse el arte lítico de un monolito o cabeza clava chavinoide encontrada en una calle aledaña y que actualmente se encuentra en casa de la familia Burgos Moncada.

Señores, dejé para el final como una añoranza el recuerdo de lo que fueron aquellos bardos bohemios como Antonio Sánchez, Alejandro Burgos, Alfonso Montoya, entre otros, zorzales de las noches que atravesaban con sus cantos de sentidas serenatas de amor la dulzura del sueño femenino al pie de los pálidos balcones como rendida pleitesía a la bellas sampablinas y que son también parte de nuestra identidad, las fiestas de mayo, de setiembre, los quintos de octubre, la navidad tan particular en nuestro pueblo, quiero dejar también testimonio de mi homenaje al maestro Antonio Burgos Cubas, el recordado “Tío Chico”, paradigma máximo de nuestra música propia, dos de cuyas composiciones finalmente la actual gestión como el himno que nos identifica y nos distingue, pudieron recuperarse y trasladar a música de banda con el apoyo de la doctora Dani Arribasplata Celis: “San Pablo de Chalaques” y “El Llanto de mi Serranita” majestuosas composiciones que también dejo con Uds. San Pablo está en deuda con este insigne maestro que se fue sin un reconocimiento merecido en vida.

San Pablo tiene valores en el difícil campo de las letras: ELQUI BURGOS BURGOS, reconocido internacionalmente como poeta, actualmente residente en Francia, MIGUEL ARRIBASPLATA CABANILLAS, dentro de la narrativa nacional contemporánea, un joven que viene destacando últimamente en la poesía como MOSHENGA VIII CABANILLAS PÉREZ, y porque no decirlo en la plástica de la pintura a dos jóvenes como JUAN TERÁN LOZANO y ELI ROMERO CABANILLAS que van apareciendo y ya no son promesas sino que constituyen concretas realidades que prestigian a nuestra tierra.

Junto a estas noveles luminarias, nos llegan noticias de jóvenes profesionales, hijos de coterráneos que igualmente vienen destacando cada quien en su campo y que necesitan reconocimiento, incentivo en el credo de apego a la de la familia sampablina para inculcar en ellos como hacen otras provincias, el amor a la tierra de sus progenitores, dejemos en ellos un legado de nuestra identidad, de nuestras raíces, de nuestro sentimiento o cuando abandonemos este mundo, no tendremos la absolución ni el perdón de nuestros mayores.

Cordialmente:

Un Cachablanca.