Bruno Soberón, niño que crece en la música a la sombra de su madre cantautora, guitarrista MILACHA y abuelo Julio Soberón.
Sunday, April 25, 2010
Exposición virtual: "NUESTRA GENTE & DOMINGOS SANMIGUELINOS" / Víctor Hugo Alvítez
Bruno Soberón, niño que crece en la música a la sombra de su madre cantautora, guitarrista MILACHA y abuelo Julio Soberón.
Friday, April 23, 2010
"CAJAMARCA: EL SABOR DEL MESTIZAJE" / Marcela Olivas
N. de R.- El libro CAJAMARCA: el sabor del mestizaje, de Marcela Olivas Weston, es un gran aporte a la cultura y especialmente a la gastronomía peruana. Bello y pulcramente editado por el Fondo Editorial de la Universidad San Martín de Porres en gran formato, buen papel y full color más extraordinarias fotografías. Sus contenidos de alto valor científico logrados por una destacada investigadora profundamente enamorada del pasado y nuestra tierra, incluye importantes capítulos desde la alimentación prehispánica a la cocina campesina, la cocina festiva, la chicha, el pan, los dulces, testimonios y un amplio y seleccionado recetario de todas las provincias cajamarquinas destacando el rey CUY, condimentos y acompañamientos, entradas, sopas, platos principales, postres, bebidas y licores; más un glosario de plantas, especies, frutos y términos quechua de cocina en Cajamarca.
Nuestra provincia de San Miguel contribuye al enrequecimiento con las siguientes recetas: 'Chicharrón con trigo pelado' por la familia Becerra Pérez, 'Bollos de todos santos' de Irene Hernández Correa, 'Café a la sanmiguelina' de Imelda Rojas de Goicochea y 'Aloja de manzana verde' por Antonio Goicochea Cruzado.
Nos queda felicitar a su autora y editores por tan exquisita contribución, enriquecer y poner en valor nuestra tradición culinaria en cada uno de los pueblos, saborear y asentar con un buen cántaro de CHICHA como mandan los dioses. Así sea... Pisadiablo.
1. Cajamarca el sabor del mestizaje es un libro que acaba de tener un reconocimiento en París ¿Qué experiencia te queda de todo esto?
La cocina peruana está siendo reconocida a nivel internacional y en este caso, en el Gourmand World Cookbook Awards, uno de los eventos más importantes sobre libros de cocina. Varios de los libros peruanos quedaron clasificados y finalistas; esto quiere decir que se está reconociendo la calidad de las ediciones y, además que la cocina peruana está siendo probada y difundida en otros continentes y llamando mucho la atención por sus productos, combinaciones, calidad y originalidad culinarias, para sorpresa de todos. El famoso cheff español Ferrán Adrià señala que: “En el Perú se gesta el movimiento culinario más importante del mundo. Gracias a la cocina, Perú existe a nivel internacional. Los chicos quieren ser cocineros, no futbolistas”.
Ilustración interior del libro

(*) Marcela Olivas Weston.- Es Licenciada en Ciencias Sociales con especialización en Arqueología de la Universidad Nacinal Mayor de San Marcos. Ha participado en excavaciones en distintos sitios arqueológicos del Perú. Ha dirigido el Instituto Regional de Cultura de Cajamarca y de Antares, Artes y Letras; docente universitaria, consultora y curadora de exposiciones de artesanía. Autora de: Marcahuasi, montaña sagrada; De huacas y gentiles, Peregrinaciones en el Perú; Arte Popular de Cajamarca, Dulces y licores de Cajamarca y Fiestas Populares de Cajamarca.
Gran riqueza cultural cajamarquina expuesta en libros de Marcela Olivas.

Tuesday, April 20, 2010
A los Poetas Cajachos: DEMETRIO QUIROZ / MARIO FLORIAN / JULIO GARRIDO / MANUEL IBAÑEZ / Pisadiablo
Víctor Hugo Alvítez / "Pisadiablo"
CAMPANAS COMPAÑERAS
A: Demetrio Quiroz Malca
Hay hermano en nuestro pueblo
un camino urdido
por maternales manos magistrales
y cenefa encendido en vivo color.
Hay hermano en nuestro pueblo
Lámpara votiva
De inexpugnable roja luz
Junto al púlpito y altar mayor.
Hay hermano en nuestro pueblo
un camino y un calvario
un río y un molino
acarreando y triturando
nuestras aguas
nuestras vidas
bebiendo esencias cristalinas
del cielo y sus arroyos
de la tierra y sus infancias
Hay hermano en nuestro pueblo
campanas melodiosas
santarrosinas
compañeras de la vida y la muerte
Oh! … artesanas
Oh!... Girasol
Oh!... Uliques
Oh!... Cantora
Oh!... San Miguel
Oh!... Poeta Mayor
WAQRAPUKU DEL CIELO
a Mario Florián
Hermano
más arriba de las cumbres
en Tierra nuestra crece el sol
Señor Cuismancu
Patriarca
Divinidad
has de luz
trueno...
la hora del silencio
acepta el abrazo de los Chankas
en camino están
con cantos de triunfo
Hijo de Illapa
del Tawantinsuyo oblongo
rayo fugaz
viento pregonero
Waqrapuku inundando el cielo
sobreviviente de obrajes
obrajero
pastor del tiempo
a nosotros
nos hurtaron máscaras y pectorales
vasijas de chicha
mujeres e historia
¡ Broncínea raza
jamás abdicaremos !
Hermanos invencibles
corajudos
ahuyentemos invasores y barbudos
invasores y barbudos
¡ invasores !...
¡Oh! ... Cuismancu
¡Oh! ... Tayta Atahualpa
¡Oh! ... Incario
¡Oh! ... Mario
nos robaron nuestra historia
antiguo oro
antiguo tiempo
antigua herencia
antiguo Imperio.
KOREQUENQUE DE NARANJOS Y MADRESELVAS
a Julio Garrido Malaver
La siembra latente
siempre la iniciábamos con nuestros azadones
e infinitas esperanzas
en aquellas tierras
que jamás debimos desasirnos.
Aquel día
cuando corrió la noticia de tu muerte
fuerte estaba el sol
como tu afecto e inclaudicable fe.
Es temporada
donde ruedan los chungos del Marañón
desgajando estruendosamente nuestro corazón
¿ Y quién sabía
que en Trujillo
despojaban de su nido
al Korequenque de naranjos y madreselvas?
¡ Felizmente hubo tiempo
de despedirnos y abrazarnos
en el tiempo y la distancia
hermanos y amigos
en la tierra
el sentimiento
el destierro
el sufrimiento
el río abajo
la ribera
la choza
la canoa
las ilusiones
el cielo!...
Ese día cómo aullaron los perros
del Casiano Alva
por todos los caminos
sin fin de tu Celendín
por todos los ríos
cristalinos y sabios
por todas las casas y caseríos
hornos de paz y amor.
A nosotros…
- los muchachos -
quienes te admiramos
nos encargaron especialmente
seleccionemos los mejores fósiles
de la Pampa Culebra
y con el rostro de su dimensión
¡ perennicen la vida
el magisterio
los ideales
los picos
las estrellas !
Vámonos Maestro
en búsqueda de cóndores pétreos
en canteras del Perú.
CRISTO ERRANTE
A: Manuel Ibáñez Rossaza
Cristo errante
de bohemias y tertulia
piedra caminante
sembrada en surco de tu sien.
Allí nacieron y florecieron “Flores”
Cumbemayo Frailones
Ventanillas de Otuzco
petroglifos de Yonán
Gavilán y Kuntur Wasi.
Picapedreros reclámante
volar límpidamente Cóndor
en cielo de cristal y mar
y tierra repartida geométricamente
en tonos verde amarillo limón luciérnaga
habidas hoy y siempre
aunque cada vez más pequeñas siempre
cenefadas de penca maguey y sauce
haciéndole sombra con sombreros lloreones
a acequias cantarinas
y embelesadas matarinas.
Materia ígnea
eterna
pétrea
cósmica
porconera
el día que concluyamos de tallarte
se acabarán las torres truncas e intihuatanas
juntos oiremos repique de campanas
caja y clarín
luego
un caldo verde
unas coplas
y un Padre Nuestro !…
Sobre "Don DEMETRIO QUIROZ MALCA" / Jorge Horna Chávez
Jorge Horna Ch. (jornach@hotmail.com)
Enviado: martes, 20 de abril de 2010 16:43:55
Amigo Víctor Hugo:
Saludos afectuosos
Jorge H.
(*)Natural de Celendín - Cajamarca, escritor, dirige la interesante página: http://espinademaram2.blogspot.com
Monday, April 19, 2010
Poesía sanmiguelina "PALLAQUES, poesía terrenal" / Tito Pérez
Tito Pérez Quiroz

Sunday, April 18, 2010
Poeta Sanmiguelino: DEMETRIO QUIROZ MALCA / Autobiografía
Autobiografía

En resumidas cuentas, como poeta, he hurgado en la realidad y el sueño, en lo misterioso y fascinante, específicamente en el hombre y en el mundo. Como profesor, he compartido feliz –y comparto a través del recuerdo, hoy- la bulliciosa alegría de una juventud ansiosa de identificación y excélsior en el salón de clase que, para mí, es asimismo, otra forma de conquistar la vida.
(Firma) Demetrio Quiroz Malca.
Obras publicadas del autor:
1. Mármoles y vuelos. (1947).
2. Tierra partida. (1948).
3. Poesía. Antología publicada por la Dirección Artística y Extensión Cultural del Ministerio de Educación Pública, en la que figuran Agonía del amor y Estatuas del mar. (1951).
4. Poesía. Antología editada por la Dirección de Cultura del Ministerio de Educación Pública, en la que figuran Mármoles y vuelos, Jardín de invierno y la Voz elemental. (1956).
5. Hacia la ternura. (1957).
6. Poemas del ángel. (1962).
7. Judas. (1965).
8. Parábolas. Publicada por la Universidad Nacional de Educación “Enrique Guzmán y Valle”. (1969).
9. Oh ternura. Editada por la Universidad Nacional de Educación “Enrique Guzmán y Valle” – La Cantuta – Chosica.. (1971).
10. Del mundo en que vivimos. Auspiciada por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología – CONCYTEC. (1990).
(Por: Víctor Hugo Alvitez Moncada)
Poeta Sanmiguelino DEMETRIO QUIROZ MALCA / Antología breve: Víctor Hugo Alvítez
Antología breve (*)
(Selección de Víctor Hugo Alvitez Moncada)
8
echar una mirada a mi lejana infancia
cuando era yo
-me imagino por el color
de mi sueño-
el hermoso girasol que besaba
con pasión el viento
y alimentaba de inefables alas
el rocío.
Cuánta luz debí beber
de sus castas fuentes, allá en mi pueblo
donde mi madre se vestía
de rubias mañanitas para tejer
-con el candor de su inocencia
y adorable sencillez-
el mantel largo para la Fiesta Grande
o para el Pan del Pobre.
Cuánta luz debió colmar el Cielo
y las alegres farolas del amado mundo
que tengo en mi corazón:
San Miguel de Pallaques, donde
aprendí a escribir amor en la Cantora…
al tiempo que el destino empezaba
a arrancar, uno a uno, los pétalos
del entonces girasol que fui.
Cuánta luz, evidentemente debió
encandilar los despreocupados
y hasta inconscientes días de mi infancia,
en donde sí fulguran, perdurables
y grandiosos:
Mi Madre
Mi Pueblo
Mi Primer Amor:
“Dejo el mundo
paso a paso”

¿Por qué, Señor, la nota en mi costado,
espina florecida en blando leño,
ahoga los espejos, débil sueño
del casto gorgear embalsamado?
¡Por qué, Señor, si el vértigo ha bordado
con hilos de tu esencia y de tu ceño
el alba – flor del oro y verde empeño
que en gracia, en polvo y ala has deshojado?
En frente angelical, canto encendido
bañóse de altos soles tu pupila
dejando en su responso, lirio y nido.
Y ahora, en este vuelo que destila
un mar que, siendo mar, llévolo herido.
no sé si es rosa o muerte quien rutila.
En: “Mármoles y vuelos” (1946)

LA ESPIGA DE TUS MANOS
En mi sangre florecen las galaxias
y tus labios;
en mi sangre te encuentro a cada instante
dorada pupila,
Avecilla de paz y amor,
canción iluminada.
En mi sangre está eternamente la espiga
de tus prados,
oh, en mi sangre el fuego elemental
de tus ojos puros.
En: “Jardín de invierno” (1952)

ELEGÍAS
El aire, cómplices del hombre,
llevó en su sueño
la muerte.
Fue una muerte dulce.
alada
la que rodó apacible
por la hierba.
¡ Cuán bella parecía
en su mudez anclada,
en su ebria mudez de altura,
la paloma !
Fue una muerte dulce,
alba
la que cayó del cielo
como un beso.
No había herida en el eco,
no había herida en los ojos,
sólo un corazón
que sangraba sin protestas
en la hierba
De: La voz elemental, 1955.
ZONA DE ANGUSTIA
III
Con los huesos astillados, enmohecidos
por el odio,
los fantasmas del insomnio,
las fatigas,
freno mis pasos –zagal del tedio-
y pero mientes en el abra familiar
de las palomas
y los mayos
¡tan amados!,
¡tan distantes!.
Busco gacho, alucinado girasol,
el beso de la escarcha
(cuando mi madre alfombraba
sus pupilas en el canto)
y ¡oh!, verdad de los pájaros
silvestres,
de los trigos en sazón,
de la risa esmeralda de los puquios
sola,
jadeante,
yace mi humildad en el exilio.
¡Oh, lacerado de mí!:
¡Qué de la bondad del padre,
del amado padre de las trillas,
los luceros.
Las luciérnagas,
La exaltación del día en el follaje?
¿Qué de la serena biografía
de los trinos;
qué de la celeste paz en el tunal,
la madreselva,
el hermano entrañable y su vihuela?
¿Qué de la misteriosa y alta voz
de los oteros,
dulcificando el aire,
las actinias,
los desvelos,
las catarsis
del amor?
Podré decir algún día, acerbamente,
a la flor y sus aromas:
- “Amo tu seno,
sorpresa de Invierno y Primavera,
porque en ti el rocío}canta como un ruiseñor a la vida”.
Vedme rocas, alimañas, hombres
vedme
vedme,
mientras mi verso con sus ojos
de mar
naufraga en el plúmbeo
estertor
de la nostalgia.
En “Judas” (1965)

I
Llega la época del sembrío; yo seguiré sembrando en los hondos surcos de mi rostro. Vosotros los alegres, sembraréis de doradas espigas; vosotros los tristes, que tenéis llagas, sembraréis vuestra sangre. Mi llanto, las doradas espigas, la sangre, germinarán:
¡Todos cosecharemos!...
sólo que, desde los surcos de mi rostro, ahogado, os veré. A vosotros que cosecharéis estrellas, ciegos; a vosotros sembradores de la sangre, inflamados en la llaga.
¡Todos cosecharemos!
¡Estrellas!
¡Lágrimas!
¡Fuego! ...
II
La noche me llamó: “Sembrador de lágrimas, ¡ven!... “no tuve tiempo ni de sacar mi pañuelo del fondo de mi pecho. Su red envolvió mi estertor. Éramos amigos. Llorábamos en el invierno. Pero sentí miedo: ya no creía en el fuego. Vime pez. El pez en la red; el pez y la red en la noche; el pez, la red y la noche en la Nada. Ya no lloraba ni aleteaba: dormía. Si dormía soñando en mi sepulcro. Digo, en la del pez, de la red y de la noche. Sólo la nada bebía mis ruidos. Y los ruidos de la Nada, ¿quién? No sé. Por el mar rodaba una estrella: me besó la frente y siguió rodando. El pez había muerto en la red de la noche.
III
Era la sombra – bienamada serpiente – un brazo en mi garganta y un juguete deseado entre mis manos de hiedra. Alta sombra, recuerdo, que tragó, sin embargo, al navío malva. Mi navío alucinado y pertinaz. Mi primera virtud de vuelo: hijo del silencio y la esmeralda. Hijo mío, triste. Desde entonces mis ojos vagan insomnes por los acantilados o, rendidos por el sueño, rueden como baratijas olvidadas.
¡ Vedlos todas las mañanas despertar con la espuma en la encrucijada de dudas.! Védlos huérfanos, envueltos en el charco de sombra –esa sombra bienamada – hoy, tan sólo un recuerdo amargo.
De Parábolas, (1969)
Estás allí, poema luminoso de la tarde.
como un casto violín derramado.
Estás allí, como una columna de fuego
Entre mis ojos y el olvido,
entre la estrella que se escapa de mis manos
y la extraña mirada del Señor;
estás allí, en ascensión de frutas,
único latido en el desierto sin eco,
total, abismada, cofre de lirios,
pecado y camino blanco, estás allí.
Sí, amor mío, coronado de labios
y de ríos profundos,
tan sólo soy un lirio donde escribes
tu nombre y lo devoras.
POEMA
AMOR: dos manos como surcos de nieve
iluminan tu rostro en el silencio.
Amor: rió de amapolas encendidas
a través de tus ojos y mis ojos.
Amor: camino largo, ola solitaria.
¡He de mirar tu llegada desde azules
copos o bajo el pie diminuto, triste
de una hormiga de oro? ¿Habrá de beber
paraíso marino – los cristales de luz
que tiemblan en tu torso de lunas
o sorprender en la escarcha la verdad
absoluta que invada mi sangre igual
que la muerte? ¿Habrá de morir, juguete de
nácar, en tu seno puro, desnudo
al mar? Dios ciego que rechazas, flecha
que me hieres, deja que mis pupilas
vaguen errantes entra la yerba, tal vez
como un sueño, predestinado, niño.
PEQUEÑA ELEGÍA A UNA PALOMA
El aire, cómplice del hombre
llevó en su seno
la muerte.
Fue una muerte dulce,
alada
la que rodó apacible
por la hierba.
¡Cuán bella parecía
en su mudez anclada,
en su ebria mudes de altura,
la paloma!
Fue una muerte dulce,
alba
la que cayó del cielo
como un beso.
No había herida en el eco,
no había herida en los ojos,
sólo un corazón que sangraba
sin protesta en la hierba.
En: “Antología General de la Poesía”, Romualdo, Alejandro y Salazar Bondy. Buenos Aires, Librería Internacional del Perú, 1957.
Poeta Sanmiguelino / DEMETRIO QUIROZ MALCA: Dios de la nostalgia / Ángel Lavalle
Angel Lavalle Dios
Entonces la necesidad de una acercamiento más atento hacia las profundas intimidades artísticas y humanas de Quiroz Malca, paisano del fino Dios de la Nostalgia, empapado de lluvia y de terruño, de amor filial y pannaturalista, de tradiciones y habitantes de su natal San Miguel de Pallaques; pero, asimismo, hondamente preocupado por el ser y el deber ser del hombre y de la humanidad.
Intimo, coloquial, sincero, uno más entre nosotros, humano habitante, conciente y concientizándonos sobre las precariedades maravillosas de la vida nuestra, y sobre la necesidad de asumirla a plenitud y con optimismo. Y con las preocupaciones pedestres, la elevada altura del verbo: épico, pletórico de mundo y vida, peregrino aventurero, embelesado soñador. Tal íntegro poeta, total y cósmico contra la muerte que ya veía venir, cual “yedra implacable, repentino/ alud, latido enervante que crucifica/ el sueño, la palabra .../ por decir lo menos o decir lo más...” Todo, hábil, diestramente esbozado, con todos los recursos técnico poéticos, a manera de grandes y largas tiradas de platicante y lacerada ternura, que habita el corazón porque su origen es la vida que está cerca, en y delante de nosotros: “... y lo estará por mucho en sabiendo/ que en las puertas del horno....;/ en sabiendo que las guerras cultivadas/ por el odio, el miedo, el terrorismo/ y sus más diversos como satánicos rostros/ sigan fermentando/ ostentando hoy como ayer sus letales fórmulas;/ sus catapultas, sus hordas, sus flechas,/ sus espadas/ sus metrallas, sus misiles, sus hiroshimas,/ sus ojeras...”
Pero contra toda esta noche, mar oscuro y proceloso, una tabla con íntimos acordes, la voz de la vida: “Pero tal como ayer, la Música, la etérea/ diosa que amanece perla y encanto/ en los labios sedientos de la vida/ (y en los deslumbrados pero fríos páramos/ de la muerte)/ es la misma voz, dulce y embriagadora Voz..”
Así, Demetrio Quiroz Malca (1926), norteño y rural como nosotros, es, en gran parte, el poeta de “élite” que define el Maestro Luis Alberto Sánchez, por la altura formales de su lírico verbo y por la consistencia y humanidad de su mensaje. Pero diríamos, complementando o completando, una rara “élite”, es decir, nueva élite del arte que busca la verdad y se sotierra, enraizando, para crecer fortalecida sobre el corazón del hombre y el alma del terruño, fuente de la auténtica imagen del ser ecuménico: “Y lo hago, no sin antes/ echar una mirada a mi lejana infancia/ cuando era yo/ -me imagino por el color/ de mi sueño-/ el hermoso girasol que besaba/ con pasión el viento/ y alimentaba de inefables alas/ el rocío./ Cuanta luz debí beber/ de sus castas fuentes, allá en mi pueblo/ donde mi madre se vestía/ de rubias mañanitas para tejer/-con el candor de su inocencia/ y adorable sencillez-/ el mantel largo para la Fiesta Grande/ o para el Pan del Pobre./ Cuanta luz debió colmar el cielo/ y las alegres farolas del amado mundo/ que tengo en mi corazón:/ San Miguel de Pallaques, donde/ aprendí a escribir amor en La Cantora.../ al tiempo que el destino empezaba/ a arrancar, uno a uno, los pétalos/ del entonces girasol que fui./ Cuanta luz, evidentemente debió / encandilar los despreocupados/ y hasta inconscientes días de mi infancia,/ en donde sí fulguran, perdurables y grandiosos: Mi madre/ Mi pueblo/ Mi primer Amor:/ Dejo el mundo/ paso a paso.” Pero en tu caso, Demetrio, para vivir eternamente con nosotros.
Trujillo, lunes 18 Enero 1993.
Friday, April 16, 2010
CUENTOS SANMIGUELINOS / Kiara Alvítez Linares
Kiara Alvítez, en un paseo que hiciéramos al caserío de Vista Alegre (San Miguel) el año 2007
Sara decidió casarse con el Gato pero tenía un plan, cuando el padre diga: ¿acepta usted señorita Sara casarse con el señor Gato? ella indicara no. Todos los preparativos estaban listos y ya se iban a casar y cuando el padre dijo la frase, Sara respondió: ¡no acepto padre! Su tía, nuevamente compadecida: yo me casaré contigo Gatito, y así fue. Pero el gato quería a Sara; y, al conocer la noticia el marido de su tía Olga corrió al Gato por toda la iglesia a escopetazos: pum, pumm, pummm… el Gato daba de maullidos: miau, miauu, miauuu… hasta que lo atraparon y lo hicieron un rico estofado.
encierren la letra S y si creen que hizo mal;
encierren la letra N.
S N
CUENTOS SANMIGUELINOS / Ciro Mendoza Barrantes
Ciro Mendoza Barrantes(*)
Juan José cansado de tanto tocar, dejó caer la flauta y se recostó sobre el duro colchón de la gran roca. Pensó en ella, en la que hoy coqueta y alegre estaría en brazos de otro hombre. Arriba las nubes al no escuchar la sinfonía, sigilosas y movidas en complicidad con el viento se alejaron dejando al amo del día para que nítido calentara la tierra. Los rayos envolvieron con sus mantos invisibles al hombre que cansado y dolido por el insomnio de la noche anterior, se puso a dormitar.
Allá abajo la manada de ovejas, alegres, ligeras y retozonas corrían hacia las riveras del riachuelo para beber de esas aguas frescas y claras, mordisquear las verdes esmeraldas de jugosas hierbas que les servían de sustento- ¿Acaso ese sosiego devolvió la alegría a toda la manada al no escuchar las melodías tristes de su amo?, que por varios días no hacía más que llevar el instrumento a los labios y dejar que el corazón rompiera en llanto esparciendo por el campo el dolor y las penas.
El Ángel Guardián que nada podía hacer por aliviar el hondo sentimiento del muchacho, regocijado de la quietud y cansado de tanto lamento, salió de ese cuerpo y fue tras la manada; pero otra clase de música llamó su atención. Una cascada había templado las cuerdas de cristalinos hilos y el tamborileo de las gotas al caer sobre las rocas, entonaban una canción de paz, de quietud, de dicha y felicidad; al compás de esta música angelical unos hilos de colores salidos en dirección opuesta formaban el arco iris que descansaba quieto sobre el remanso de las aguas cristalinas y al otro extremo se perdía en el frondoso follaje de alegres helechos, y así escribían el pintoresco cuadro del paisaje. Se acercó batiendo sus delgadas alas y allí dentro de la poza un circo de plateados y multicolores peses jugaban, llevando en la punta de sus pequeñas bocas burbujas de ensueño. Fascinado por la armonía de esos seres tan bellos se quedó encantado.
Los peses le construyeron una barca de cristal, utilizando como base una concha de nácar que sus ancestros trajeron desde las profundidades del mar, tejieron la blanca cama de las más finas y caras sedas traídas de los cuentos de hadas, adornaron la barca con rubíes, esmeraldas, lágrimas y gotas de diamantes, pepitas de oro que abundaba dentro de las arenas y así la barca fue la más lujosa de sobre toda la tierra. Los anfitriones ante la presencia de un ser angelical estuvieron más felices que antes, en una paz inquebrantable y llena de alegría. El tiempo se había quedado quieto dentro del majestuoso pozo del ensueño.
Una tórtola vestida de la más pura y blanca seda, llegó abaniqueando sus alas, movió la pequeña embarcación hasta la rivera y con su dorado pico rompió el cristal.
- ¿Quién eres tú qué osas romper mi barca y perturbar mi tranquilidad?
- Acaso soy la voz de tu conciencia. Sube sobre mis alas y vamos pronto a ver al hombre que abandonaste.
- Soy feliz aquí y si antes cuidaba de un solo ser, hoy cuido de cientos de estas hermosas criaturas en donde no existe el odio y reina el amor y la bondad.
- Nuestro Padre te envió para cuidar un hombre, los peses se cuidan solos. Juan José se ha vuelto malo, mata por diversión y orgullo, viola por placer sin importarle que la mujer sea soltera, casada o viuda, roba por egoísmo, quiere ser el más rico de los ricos y hasta blasfema de nuestro Creador, azoló toda la comarca, mientras tú descansas plácidamente en lujosa mansión.
Los ojos parecieron nublarse de llanto, era triste la despedida y cual ágil jinete, subió sobre los lomos del ave. Casi ya no escuchó el coro de aplausos, las urras y las despedidas. Cuando llegó hasta el hombre que le encomendaron ser su guardián , tuvo miedo de entrar en el, lo dejó joven y hoy era un adulto endurecido, y ese corazón blanco e inocente que dejó, estaba teñido de negro, ensuciado en el más puerco lodo del camino; entonces pidió perdón.
- Señor, soy culpable de todo lo que ha podido suceder a este hombre, merezco el peor de los castigos – oró.
En esos mismos instantes, Juan José cayó de rodillas, como fulminado por un rayo y también se arrepintió.
- Señor Jesús, no soy digno ni siquiera mirar tu capa desde lejos; cuanto mal he causado al prójimo, como poder remediarlo ahora, sólo si puedes ¡perdóname Señor!
El negro manto que envolvía el corazón, clareó un poco
Siempre su semilla caía al agua, ésta arrastraba los pequeños granos para enterrarlas en profundas pozas. Mas un día el buen viento arrojó semillas en tierra fecunda, entre matorrales y hierbas delgadas.
- Pronto tendré compañía – se alegró el viejo esperando con ansias ver crecer sus frutos.
Larga fue la espera, bueno el resultado, por dentro de zarzas y pequeños montes asomaron plantas de hojas verdosas que día a día crecían y crecían, dejando tras ellas a pequeños arbustos. En el mes de agosto, en tiempo de viento, los árboles ya grandes jugaban alegres alrededor del viejo y siempre con el viento se daban un beso. El aliso viejo cantaba de gozo y con sus ramitas les daba n abrazo.
Los árboles ya maduros lo que quiso el viejo soñando en las noches albergar en sus ramas a bellas torcazas. Una hermosa tarde llegó una bandada y se posaron todas en sus viejas ramas. Desde aquella tarde el viejo no se sintió viejo. Feliz sonreía en noches de luna. Todas las torcazas allí se quedaron el viejo aliso los veía contento; como se amaron y pronto sus nidos allí fabricaron. Vio poner los huevos, nacer los pichones y con gran jolgorio volar en sus ramas.
Las liebres parduscas en medio del bosque sus nidos formaron y a la luz de la luna, alrededor del viejo en rondas jugaron.
La felicidad no dura y siempre perdura la melancolía. Un día llegaron cargando en sus hombros, hacha, machete, serrucho y calabozo. Al único bosque que allí encontraron; hombres que empezaron por rozar el monte y cortar los árboles de aliso en la pequeña floresta. Éstos se quejaron y lloraron mucho al sentir el hacha morder su corteza y malograr su carne. Con mucho estruendo caían y caían hasta no quedar ya en pie ninguno.
- Cortemos al viejo - los hombres dijeron.
- El viejo no sirve porque está muy viejo – contestaron otros.
- Servirá para tabla - otro hombre les dijo.
- Será otro día porque ya es muy tarde – dijeron entonces.
Luego descascararon a los ya caídos. El viejo miraba con ojos llorosos. Y pareció el viejo volverse más viejo.
Y desde ese día las aves se fueron a tierras extrañas para no volver. Los que si volvieron fueron esos hombres, que con mansas yuntas cargaron los troncos de todos los muertos y en fuertes caballos llevaron sus ramas.
Toda la madera sirvió para que hagan una casa blanca allá en la colina y las ramas gruesas sirvieron de leña para los fogones; sólo allí quedaron las más chiquitinas envueltas en luto con los pequeños matorrales que fueron cortados.
Un día de sol llegó un solo hombre y prendió en llamas lo que quedó del bosque.
Herido aquel viejo, se quedó parado junto a la quebrada y murió de viejo de dolor y pena.
Las liebres se fueron, nunca más volvieron y donde fue el bosque, ausente un buen tiempo, ni yerbas crecieron.
Hombres y mujeres lloraron y lloraron, no tuvieron troncos para sus viviendas, ni tampoco leña para los fogones y todos se quejaron por destruir el único bosque que allí tuvieron.
POESÍA SANMIGUELINA / Elmer Rodas Cubas
yuxtapuestos al designio polvoroso del verano;
repudió la lluvia la arcillosa piel de los bueyes,
mientras charcos enfermizos
fermentan apagados batracios.
Mis brazos de árbol, larvados de trabajo,
abren sus páginas que defolia el viento,
y lloro al mirar la brumosa lejanía
que ahoga el camino bajo colores ignotos.
Respirando a puñaladas de sol,
mientras se curten las piedras,
ígneas lagartijas, sulfuran sus aguzadas proas;
y es cuando pesa la alforja
repleta de halagüeños tubérculos,
mientras imagino la devastación de mi
fogón en orfandad.
¡Cómo quisiera beber ahora de
aquella borrascosa soledad!
de aquel río verde y frío de donde
abrevaban mis raíces tiernas;
repasar esas hojas humedecidas
al compás de distantes músicas,
ubicar un mugido emergiendo
dentro de la niebla,
imaginándome que mis pisadas
van disipando melancolías y
mi estomago va encendiéndose azul ,
por un cañazo fraterno.
Pero columbran ya los surcos cejijuntos,
el juramento del invierno,
y se extingue el erosivo fuego,
y mis manos, al recibir la lluvia,
dejan brotar al fin
semillas fermentadas,
prevalecidas entre mis arrugas.
Del poemario inédito: "PASION Y PUEBLERIAS", tiene además por publicar la novela "ISLITA SERRANA". Joven abogado sanmiguelino, talentoso artista de la música, la pintura, la fotografía y la literatura.
Foto@rte Pisadiablo
Wednesday, April 14, 2010
BALANCE PRO FIESTAS SUB COMITE LIMA
1.-VENTA DE 1000 ALMANAQUES 2010
IMPRESIÓN = S/ 5,750.00
Ingresos S/ 4,250.00
2.- CUYADA
Ingresos = S/ 1,910.50.
TOTAL DE INGRESOS s/ 4,250.00+
1,910.50
------------
6,160.50
Yrma Morales Ordiano
Presidenta
Hilmer Baca Quiroz
Tesorero
Monday, April 12, 2010
SEMANA SANTA EN SAN MIGUEL / Víctor Hugo Alvítez

San Miguel es un pueblo eminentemente religioso, vive intensamente las celebraciones de Semana Santa con recogimiento y gran devoción; además durante el año elogia diversas tradiciones enmarcadas en un amplio calendario de fiestas patronales.
Semana Santa en nuestra tierra, no es ajena a su costumbre y como tal la iglesia y familias sanmiguelinas se preparan con anticipación. El Domingo de Ramos simboliza el ingreso triunfal de nuestro Señor a Jerusalén, extendiéndose la celebración hasta el Domingo de Pascua de Resurrección; inicia con misa, bendición de ramos y procesión del Señor que recorre las principales calles de la ciudad montado en una burrita blanca, cubierto de un fino palio o toldo bordado el que le hará sombra a la imagen levantado por seis parantes portado por los mayordomos o principales autoridades del pueblo; a su paso la procesión recibirá desde balcones de las casas fraganciosos pétalos de flores de frescos jardines. Doña Carmen Lara, al pasar debajo de su balcón lanzaba el contenido de finos frascos de perfumes, olorizando el palio y a todos los asistentes.
Los ramos o palmas son plantas de hojas largas color amarillo que son traídos desde la vecina provincia de Santa Cruz y se dice que crece en ciénagas de las alturas, con ellos se adorna la iglesia y luego distribuyen a los devotos para acompañar la procesión. Los niños aprovechaban sus lanceoladas hojas para confeccionar sonoros “pitos” en forma de cornetas, clarinetes u otros similares instrumentos como saxofones que al paso de la procesión producían diversos acompañamientos de sonidos; entre tanto las niñas utilizaban para hacer pequeños petates, canastas y hasta sortijas simuladas de hermosos dijes; juguetes o adornos muy preciados y pasajeros por la naturaleza de la planta que rápidamente secaban y encogían dejándolos un tanto entristecidos como la muerte misma de nuestro Señor.
El día Lunes Santo se evoca al Señor del Huerto y para la misa de este día a todo el piso de la iglesia se esparce hojas de lima; el altar con la imagen luce rodeado de plantas frutales, dándole una característica y aroma especial, cual fructíferos huertos de nuestro codiciado y querido lar sanmiguelino.
El día Martes Santo, está dedicado al Señor de Cañas o Señor de la Columna; la imagen es colocada en un alto altar en base a mesas de distintos tamaños de mayor a menor y enclavadas en su alrededor cañas con sus hojas frescas. Muchos años de este día fue mayordomo don Casiano Castañeda, quien llegaba desde su chacra en La Mishca con uno o dos burros cargados del dulce producto. Los niños se acercaban a pedir les obsequie una caña, algunas oportunidades cedía al pedido, otras invitaba a la repartición en la iglesia después de la misa. La gente estaba ávida en especial los muchachos, en cuanto concluía el acto religioso se abalanzaban a jalar las cañas del altar, como estaban clavadas a las mesas, muchas veces peligró la estabilidad del altar y la imagen; entonces se procedía al reparto ordenado hasta donde alcanzaba a la gente quienes contentos salían de la iglesia a chancar sus cañas negras duras de trapiche al filo del atrio, comentando y agradeciendo la generosidad del “tío Casianito” personaje que ese día no tomaba una sola copita y de quien contaremos algunas de sus graciosas y recordadas aventuras más adelante
El día Miércoles Santo, se ofrece al llamado Señor de Plátanos, se venera al Señor Nazareno Cautivo, con similares arreglos al del Señor de Cañas. en su altar preparado para esta misa con la diferencia que es adornado con hojas de plátano, dándole también un ambiente espectacular y atractivo, símbolo de nuestra producción agrícola e identificación plena con la tierra y la gente.
Los días Jueves y Viernes Santos son los más importantes, percibiéndose sentimiento, unión, profunda devoción y hasta consternación. La gente asiste masivamente a la iglesia a compartir todos los actos recordatorios y misterios de la celebración. El Jueves Santo se realiza la Santa Misa de la Cena del Señor, lavatorio de pies a niños o personas notables en gesto y demostración de humildad, procesión del Santísimo Sacramento al monumento y adoración del mismo; convirtiéndose en un día de mucha solemnidad y recogimiento. Las campanas del templo no doblan, repican o “llaman” a las misas –están muertas también-, silentes, hecho que son reemplazadas por la “matraca” que es un aparato de madera con asa, argollas de fierro en ambos lados que al movimiento de la muñeca de la mano y destreza de personas produce un sonido grave y estruendoso característico.
El Viernes Santo, es el más sentido, los conocidos Santo Varones ataviados de atuendos como diadema blanca en la frente, túnica larga y paños blancos colgados desde al cuello, aunque en estos últimos tiempos se denominan “Hermandad de la Santa Varonía” y han modificado su atuendo agregando una capa corta color guinda más un grueso lazo trenzado color crema y guinda, son los encargados de compartir los actos religiosos como el descendimiento de Cristo desde su hornacina ubicada en la nave izquierda de nuestra iglesia matriz, el vía crucis, la crucifixión, etc. Con la imagen de Cristo sobre hombros, cubiertos del palio y sonido de matraca, se inicia el Vía Crucis desde el interior del templo donde se cumple el primer misterio o estación, continúa en procesión por calles de la ciudad visitando cada uno de los 13 misterios faltantes instalados en frontis de casas familiares, donde altares con cuadros, imágenes y crucifijos, más un cartel indican cada uno de ellos, se eleva oraciones y/o petitorios por la salud o descanso eterno de los familiares, continuando la procesión hasta el próximo arreglo, siempre en compañía de monaguillos, grupos parroquiales, hermandades, la feligresía en general, la matraca y banda de músicos hasta retornar a la iglesia donde en un acto profundamente sensible proceden a la crucifixión de nuestro Señor en la cruz de madera color verde plantada delante del altar mayor rodeada de dos árboles. Con mucha religiosidad aparentan la crucifixión generando enorme pesar en los presentes que muchos hasta llegan a derramar algunas lágrimas. Este día antiguamente la gente asistía vestida íntegramente de negro o luto especialmente las mujeres con mantillas negras sobre su cabeza y los hombres de terno y corbata oscuros.
Los Santo Varones inician la crucifixión con mucha reverencia colocando al Señor delante la cruz, dos de ellos suben a escaleras y uno a uno simulan clavar los grandes clavos en las palmas sangrantes de la imagen, el resto de Santo Varones hacen lo mismo en los pies, hasta fijarlo en el madero dejando un cuadro patético con el crucificado: cabeza inclinada con corona de espinas remontándonos a las sagradas escrituras, debajo su madre y María Magdalena; sobre la cruz la sigla “INRI” cuya traducción es: Jesús Nazareno Rey de los Judíos. En varios ángulos de la iglesia déjanse notar ojos llorosos de fieles presentes en profunda reflexión. En la tarde se continuará con el clásico “Sermón de las Siete Palabras”, celebración litúrgica de la pasión y muerte del Señor y por la noche la procesión de Cristo del Santo Sepulcro.
A la procesión del Santo Sepulcro le antecede en su compañía la cruz que anteriormente era cargada por adolescentes, luego la pesada urna con el cuerpo de Cristo inerte a cargo de los Santo Varones y personas adultas y la Dolorosa por los jóvenes, todos ávidos de turnarse una y otra vez las sagradas andas. En la actualidad es notorio los voluntarios para cargar las andas procesionales. Recorre las calles de siempre acompañados por gran feligresía y banda de músicos; otros desde sus balcones apenados ven transcurrir el paso del Redentor esperando la pronta resurrección.
El Sábado Santo o Sábado de Gloria por la noche se celebra la Santa Misa de Vigilia Pascual, ceremonia de la luz (Bendición del fuego y del cirio pascual), liturgia de la Palabra y bendición del Agua y Renovación de las Promesas Bautismales; no habiendo modificado en mucho nuestra tradición. A medianoche volverá la luz en la iglesia, el intenso repiquetear de resucitas campanas y cohetes de trueno, el bullicioso canto del coro parroquial acompañado de guitarras, el abrazo feliz y alegría entre todos los fieles anunciando la resurrección del Salvador.
Domingo de Pascua o de Resurrección del Señor, es un día muy esperado, luego de la misa de este día, las familias se congregan en sus hogares como hasta la fecha para compartir el desayuno con los consabidos y sabrosos “pasteles” (panes especiales preparados con picadillo de carne, cebolla y manteca; en nuestros días también con manjar blanco). En este arte tuvieron mucha preponderancia nuestras vecinas señoras: Jesús Villanueva y Natividad Serrano; camino continuado por las hermanas Ada Cruzado y Esther, fieles herederas de su recordada madre doña Catita.
Entre los antiguos Santo Varones fallecidos se recuerda a los señores: Victoriano Chuquicajas, Rafael Quiroz Caballero, Manuel José Rojas Esquerre, Abel Quispe Quiroz, Artidoro Quiroz Quiroz, Orlando Cruzado Herrera, Marcial Gutiérrez Villanueva, Fortunato Rojas Caballero, Teodoro Lingán Hernández, Franco Romero Cruzado y Santos Cieza Serrano.
Actualmente encabezan la “Hermandad de la Santa Varonía” los señores Enrique Quispe Vera y Manuel Carrascal Herrera, junto a una nueva generación de entusiastas jóvenes sanmiguelinos encargados de mantener intacta la tradición de fe: Luis Vera Malca, Antonio Hernández Correa, César Cubas Quiroz, Wilmer Mendoza Rivasplata, Fernando Angulo Yeckle, Carlos Serrano Bazán, Rober Llanos Ignacio, Juan Lingán Malca, Miguel Lingán Malca, Teodocio Rosales Romero, Jaime Sánchez Célis, Manuel Alvitez Murga, Miguel Terrones Lozano y Fernando Casanova Sáenz.
Religiosidad del pueblo sanmiguelino. Foto@rte Pisadiablo
Desde décadas atrás se rememora Semana Santa en San Miguel, contaba el profesor Jorge César Díaz Sánchez: “Como un sueño recuerdo que en Semana Santa había LOS MAITINES, unos oficios especiales que eran el lunes, martes y miércoles santos después de la misa de 8 de la noche. A manera de un posten había dos filas de ceras que iban apagándose conforme rezaban los responsos, esto era en la época del Cura Edmundo Guevara, por el año 1950, El que acompañaba en el canto era don Santos Malca Becerra y los sacristanes eran Tomás y Alfonso Quiroz, cuando se llegaba apagar la última vela, empezaban los palomillas a lanzar el PAN DE BODAZO que era una bola de cera amarrada con una pita, y se lo tiraba y no sabíamos a quien le caía. En la procesión del Viernes Santo, los muchachos seleccionados llevábamos una potencia, ofrenda, cinta, clavo, el Sol radiante lo llevaba Lucho Arias, hijo del Gobernador o Pepe Gálvez, hijo de la señora Aurorita de Gálvez, dueña de la Botica la Salud”.
Don Tomas Quiroz, quien fue cantor en la iglesia acompañándose del “melodio” (piano pequeño mecánico) por más de cuarenta años entre las décadas 40 al 80 en nuestra iglesia, ratifica que los “maitines” eran cantos en latín interpretados por los señores León Mestanza, Antonio Cerna, Humberto Quispe y el cura Edmundo Guevara. Dice que en Semana Santa se realizaban “misas de pasión” a las siete de la mañana y rezaba el “quinario” durante las cinco noches de lunes a viernes santos. También han sido sacristanes sus hermanos Pedro y Alfonso Quiroz, Augusto Sánchez, entre otros. A los curas que ha asistido figuran: Edmundo R. Guevara, padre Bartolini, Víctor Ruiz Vargas, Zenobio Mazgo, Salvador Cabanillas Chomba, Juan Medina Clavijo, Conrado Mundaca y los españoles Oblatos. Don Tomás, retirado de labores eclesiásticas hasta la fecha recuerda la celebración de la santa misa toda en Latín; es decir, todo un patrimonio viviente al servicio de nuestro pueblo.
La imagen de Cristo, es una bella escultura de madera con movimiento en los brazos ideados especialmente para la crucifixión. Nuestros padres contaban que don Manuel Quiroz Becerra “Taita Maño”, (bisabuelo del suscrito) fue el encargado de la confección de la urna para la procesión que se conserva hasta la actualidad más otros altares de nuestro centenario y bello templo, uno de las más altos del norte del Perú construido íntegramente en adobe. La Madre Dolorosa, luce de blanco cubierta de fina capa negra abierta y extendida, pudiéndose leer en la parte posterior:”Mater Dolorosa, ora pronobis” orlada de flecos dorados, cenefa de flores multicolres y estrellas en todo su esplendor semejando el cielo y universo en su plenitud.
Gratísima oportunidad para celebrar Semana Santa en San Miguel junto a familiares, bajo la conducción espiritual, contagiosa y entusiasmo de nuestro actual pastor sacerdote Juan Luis Peña. Es conveniente mirar hacia nuestros orígenes y esta tradicional costumbre de fe que ha vuelto a revivir y lograr importancia por la solemnidad y arraigo religiosos de siempre, nos sumemos a tan significativos actos que no hacen sino, mantener vivas las esperanzas de reencontrarnos, vigorizando nuestra exquisita identidad y religiosidad. Así sea.
San Miguel, “Puerta del Cielo”, abril 2010