Los
sombreros se guardan los sueños e ilusiones, cuando ellas descansan
suelen ponerlos al sol. Bajo los sombreros duermen los recuerdos y
cuando ellas van hilando sus días, los recuerdos se descuelgan entre
sus trenzas y se sientan al lado y quedan quietas como estatuas por unos
segundos, luego retoman su quehacer y suspirando dicen: ¡Quién no ha
querido y sufrido por Amor...!
Daniel Cubas Romero
Textos: Daniel Cubas Romero
Fotos: Víctor Hugo Alvítez
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