LA CARTITA ESPERADA
Cuento de Antonio Goicochea Cruzado
Imagen: EDUCARTE
Ninguno, como yo, estaba más ansioso, de que abrieran el paquete que
llegó a la Dirección de mi escuela “José Antonio Encinas” con la respuesta a
nuestras cartitas que les escribimos a nuestros amigos asháninkas, a los que
hacía un mes y medio los habíamos visitado.
En mi cartita le decía a Juaneco Shirorinki mis impresiones de la semana
que pasamos en su comunidad, -“cuando en un mortero de
piedra, sacamos “del sacha inchi su aceite”, y que me dijiste que era
buenenque para quitar “de la sangre sus grasas malas”, cuando
“recogimos parel majaz y parel ronsoco su yerbita”, y cuando me pinché el
dedo al colocar la carnaza en el anzuelo y me envolviste mi dedo con una hojita
y lo amarraste con la corteza de una liana y al día siguiente, no tenía ningún
daño”. Y, le decía que nuestros talegos de dormir, solo sirvieron de
colchón en las tarimas de caña, por el calor, en cambio si nos sirvieron los
mosquiteros. Que la yuca, el plátano, los peces del río y los animales del
monte hacen de su comida una exquisitez. Le decía, también, que aquí en Lima
preparé patarashca con cachemita y hoja de plátano, no como allá con gamitana y
bijau. Que me gozo de haber hecho un amigo, un confidente que me enseñó cómo
respetar la naturaleza, respetar y querer a las áreas protegidas y que le
seguiré contando de mi escuela y de mi vida, al igual que espero que él me
cuente las suyas.
La profesora Érika abrió el paquete, puso, en la mesa central de
conferencias, las cartas para que cada uno cogiera la suya. Todas traían el
mismo sobre, los abrimos. Las cartitas venían en un en un hermoso papel de
color verde, como la naturaleza selvática,
Y todos, sorprendidos, después de leer las primeras líneas, husmeamos en
la carta del vecino y así la de los otros y como impulsados por un resorte al
unísono leímos: Río Negro, Satipo, Junín, 25 de julio del año del 2005.
Niño:../Estimado amigo: …/Doy inmediata respuesta a
tu atenta cartita del 6 del presente mes. Estoy alegre que guardes
hermosos recuerdos pasados en nuestra comunidad de Río Negro, los que dejaron
serán imperecederos… y seguía la letanía. Rieron algunos, se asombraron otros,
y otros, como yo, nos pusimos tristes.
Con ceño fruncido pensé
¿Cómo, Juaneco, hubiera hecho su cartita si la profesora no les hubiese
dictado?
¡Qué cosas habría escrito!
Deilú Oliveros (escritora cajamarquina), señora Bercella Yeckle Llique y Antonio Goicochea Cruzado, en visita al Taller de Arte Textil "Arcángel San Miguel" de la señora Martina Hernández Correa (Jr. Miguel Grau primera cuadra), con ocasión del I Encuentro de Escritores y Artistas Sanmiguelinos "Demetrio Quiroz-Malca" - San Miguel, 2013. Foto Pis@diablo
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