Thursday, December 02, 2010

Hablando con la Srta. SUSANA LINGÁN CÉLIS tía-madre de "Frejolito"

Víctor Hugo Alvítez Moncada

CONVERSANDO CON LA SRTA. SUSANA LINGÁN CELIS, “MAMÁ ANITA” DE ALFONSO BARRANTES LINGÁN.
Srta. SUSANA LINGÁN CÉLIS, el día que cumplió 95 años. (Trujillo, 8 Dic, 1 996)

En 1992, conversé con la Srta. Susana Lingán Célis, tía-madre del Dr. Alfonso Barrantes Lingán o “Mamá Anita”, con quien solía hacerlo cada vez que retornaba a la Tierra que nos vio nacer, en su casa de la esquina formada entre los jirones Alfonso Barrantes Lingán y 28 de Julio; tratamos sobre sus ancestros, recuerdos y hasta origen del apodo del extraordinario político que nuestra tierra de San Miguel dio al Perú y el Mundo, entre otras cosas con la amistad y respeto heredada y que le profesamos desde siempre. El tiempo ha guardado en su paño blanco para ofrecerles ahora cuando la imagen del Primer Alcalde Socialista de las tres veces coronada Ciudad de los Reyes (Lima) se agiganta para ejemplo de nuevas generaciones y reserva política y moral del Perú. Además para conocer de cerca datos biográficos de sus cercanos parientes y distinguidos familiares, pre claros hombres a favor de la educación, cultura y desarrollo, referencias que servirán para la historia de nuestro pueblo. Pensamos que dicha casa y cuna que albergó sueños, esperanzas y desafíos del reconocido forjador de nuevos ideales, debe convertirse pronto en Casa Museo “Alfonso Barrantes Lingán” como pertenencia de lo nuestro, ahora que San Miguel cambia de rumbo vertiginosamente.
¡Las autoridades sanmiguelinas, tienen la palabra!


La Srta. Susana Lingán Celis, lució lozanía y alegría durante toda su vida, mujer de admirable memoria y lucidez, asistió con mucho esmero y dedicación como verdadera madre a su sobrino-hijo Alfonso Barrantes Lingán, luego de la prematura muerte de la madre biológica Peregrina Lingán Célis, de quien se convertiría en uno de los más distinguidos y famosos políticos del Perú. Ella posteriormente se trasladó a Lima a vivir junto a su “hijo” acompañándolo hasta los últimos días de su vida, falleciendo ella posteriormente a la edad de 102 años de edad.

La tía madre o mejor “Mamá Anita”, sostiene que el apodo de FREJOLITO a su "hijito" Dr. Alfonso Barrantes Lingán, fue colocado por el profesor de éste Raimundo Mondoñedo, esposo de la señora María Torres. Asimismo, cuenta que cuando Alfonsito era niño gustaba mucho jugar escogiendo frijoles “pintaditos” que ellas vendían en su pequeña tienda. Otros le han atribuido el apodo porque era muy bajito entre los niños de su edad, a pesar de ello jugaba igual a igual buenos partidos de fútbol con pelota de trapo en la entonces pampa del panteón, incluso con amigos mayores que él. Y la versión final cuenta que desde chico le decía “Frejolito” porque en su colegio solía entonar una canción que decía” “He plantado un frejolito” y de tanto escucharlo sus amigos le colocaron el apelativo, que por lo demás le asienta muy bien dada su corta estatura.

Por el lado familiar materno –refiere-, Alfonso Barrantes Lingán, desciende de don José Mercedes Lingán Arce (su abuelo) quien nació en Sayamud, campiña de San Miguel en 1855, hijo de don Felipe Lingán y doña Micaela Arce; a pesar de sus solamente seis meses de instrucción, destacó como Juez de Primera Nominación, receptor de correos, maestro de capilla donde compuso diversos solfeos musicales para la iglesia, también se desempeñó de comerciante, Fue asesinado a los 78 años de edad cerca del Río Reque (Lambayeque) el 21 de agosto de 1933.

Su esposa, fue doña Gregoria Célis Cruzado de Lingán, quien nació en 1856, hermana de Beatriz, Asunción y Petronila; fue una destacada exponente de los tejidos sanmiguelinos, sus obras merecieron reconocimientos mundiales; además era la encargada de hacer rezar las oraciones al Sagrado Corazón de Jesús.

Don José Mercedes y doña Gregoria vivieron en su casa ubicada en San Juan Puquio, denominado así al espacio geográfico donde actualmente se asienta el Instituto Superior Pedagógico “Alfonso Barrantes Lingán” –valga la feliz coincidencia- lugar primigenio al parecer de los inicios de la ciudad por sus antiguas construcciones ya desaparecidas y al lado existía un manantial o puquio de agua cristalina, no siendo casual entonces el nombre de nuestro viejo panteón “San Juan” o barrio del mismo nombre que hasta la fecha hace alusión, incluso su equipo de fútbol representativo liderado por la familia Pérez Quiroz y vecinos.

Allí nacieron todos los hijos de esta noble, inteligente y ancestral familia sanmigelina, cuyos herederos fueron los siguientes:

Octavio Lingán Célis.- nació el 12 de marzo de 1887, estudió primaria en San Miguel, secundaria en el Colegio Nacional “San Ramón” de Cajamarca. Se graduó de Maestro en la Escuela Normal de Varones, en Lima. Prestó destacados servicios como director del Centro Escolar de Contumazá en 1911 y donde es muy recordado, luego vino a su tierra natal donde ejerció la dirección del viejo Centro Escolar N° 73. Fue además autor de varios libros La Biblioteca Pública Municipal de San Miguel, lleva su nombre.

Al fallecer, el 23 de febrero de 1920, su única hija Augusta Lingán Pérez tenía tan solo 11 años de edad.

Demetrio Lingán Célis.- fue notario público, desempeñó sus funciones en las ciudades de Chongoyape, Guadalupe, etc.

Darío Lingán Célis.- mecánico, ayudó en las instalaciones de los relojes públicos de las iglesias de San Miguel y Contumazá.

Augusto Lingán Célis.- normalista, ejerció la docencia en Chepén, Pativilca, entre otras ciudades.

Peregrina Lingán Célis.- madre del Dr. Alfonso Barrantes Lingán, nació en 1900 y falleció el 9 de febrero de 1951, dejando muy joven a su entrañable vástago.

Susana Lingán Célis.- nació el 8 de diciembre de 1901, vivió en su casa del Jr. Dos de Mayo (Primera cuadra) hoy Jr. Alfonso Barrantes Lingán, esquina con Jr. 28 de Julio, en pleno centro de la ciudad de San Miguel, en compañía de su sobrina Srta. Augusta Lingán Pérez, ambas entusiastas y respetables damas sanmiguelinas, profundamente nobles y muy católicas, las vimos siempre juntas acudir a misa en la iglesia matriz cubiertas sus cabelleras de finas mantillas negras.

Refiere la Srta. Susana Lingán que una de las primeras laboristas (labores para el arte textil) de San Miguel, fue doña Julia Pérez García quien vivió en el Barrio Cuchumayo y sus obras los mandaba a Berlín, Suiza y otros países donde recibieron importantes premios.

La Srta. Susana Lingán, falleció en Lima el año 2003, a la edad de 102 años de edad, sin haber imaginado nunca que antes tenía que sepultar al querido hijo Alfonsito a quien acompañó hasta el último día de su existencia.

La familia Lingán Célis, será siempre muy bien recordada en San Miguel por su contribución al desarrollo y ejemplos de vida para las nuevas generaciones. Insistimos en que su domicilio debe recuperarse para instalar allí la Casa Museo “Alfonso Barrantes Lingán”, para el fortalecimiento de nuestra identidad y desarrollo del turismo, hoy más que nunca cuando su obra social y cultural de la familia y del querido “Frejolito” se ennoblece, eleva y dignifica a decir de José Carlos Mariátegui, en los destinos políticos del Perú. Quienes gozamos la amistad del Dr. Alfonso Barrantes Lingán, señoritas Susana Lingán Célis y Augusta Lingán Pérez, los seguirernos recordando con el mismo cariño que ellos nos prodigaron. Por ello también requerimos que el más importante Comedor Popular y/o Vaso de leche sanmiguelino perpetúe el nombre de “Susana Lingán Célis”, como homenaje a tan abnegada “madre” sanmiguelina que llenó de amor y felicidad a nuestro querido “Frejoito. Así sea…

Parece como si fuera ayer, acercarnos a saludar a las Señoritas Lingán en su casa de pasada o retorno del Celegio, ellas con la benevolencia de toda la vida, congratularon el saludo con un vaso de “chichita para colegiales”, es decir una chicha fresca preparada por tan suaves manos hasta combinada con cáscaras de naranja. Y es que durante la secundaria tuvimos de compañero a Ángel Rafael Lozano Ramírez, considerado por ellas como el “hermanito menor” de su adorado Alfonsito, hasta que egresamos y él fue a Lima y se hice policía, “Frejolito” lo envió a Sofía, capital de Bulgaria a estudiar una nueva carrera, fecha que no lo hemos vuelto a ver. Este hecho nos acercó más a las Señoritas Lingán, que en este recuerdo las tenemos vigentes y con eterna e inmaculada gratitud y afecto.
En: SAN MIGUEL: Cultura & sociedad / Víctor Hugo Alvítez Moncada (inédito)

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