Wednesday, February 08, 2017

Andanzas de Pisadiablo. Huarás: “BATALLAS Y SUEÑOS DE UCHKU PEDRO” Cantos o himnos épicos de gloria de Melacio Castro Mendoza



Fundada en Carhuás el 20 de enero de 1985

32° Aniversario
Noche de Gala


“BATALLAS Y SUEÑOS DE UCHKU PEDRO”
Cantos o himnos épicos de gloria de Melacio Castro Mendoza

Víctor Hugo Alvítez / “Pis@diablo”

Huarás, 20 de enero 2017

“Año del Centenario del Nacimiento de los Escritores Peruanos:
MARIO FLORIÁN DÍAZ y MARCO ANTONIO CORCUERA DÍAZ”


Víctor Hugo Alvítez Moncada

“BATALLAS Y SUEÑOS DE UCHKU PEDRO”
Cantos o himnos épicos de gloria de Melacio Castro Mendoza

A: Francisco Gonzáles,
el gran Uchku Pedro de la Cultura ancashina.
Inolvidablemente.
/ “Pis@diablo”

El poemario Batallas y sueños de Uchku Pedro que esta noche nos honramos presentar al pueblo ancashino en general, en la Muy Generosa Ciudad de Huarás, capital de tan bella y bullente región, terruño de considerables hombres y mujeres destacados y valerosos, escenario de tantos acontecimientos históricos como la Revolución de Pedro Pablo Atusparia y Uchku Pedro de 1885, que hoy evocamos a través del indicado libro, dentro de las celebraciones del 32° Aniversario de fundación de la Asociación de Escritores y Poetas de Áncash (AEPA), acontecida en la provincia de Carhuás el 20 de enero de 1985, mediante una pléyade de entusiastas y brillantes escritores de esta región, a quienes con pleitesía saludamos, admiramos y es deber extender su magnánima obra, ejemplo y tenacidad a nuevas descendencias y futuro cultural promisor.

Su autor, Melacio Castro Mendoza, retoño de padres andinos de los campos del distrito San Gregorio (San Miguel/Cajamarca), nació en Caín, entonces caserío al que él suele llamarlo Cainmarka, provincia de Chepén (La Libertad). Estudió Ciencias Sociales, Filosofía e Historia en la Universidad Nacional de Trujillo –Perú, y en la Universitat Dufsburg y Essen (UDE) – Alemania. Radica en Essen más de 40 años desde donde ha continuado escribiendo sus obras tanto en novela, crónicas y  poesía inspiradas en torno a la realidad y recuerdos de nuestra patria. Batallas y sueños de Uchku Pedro así como sus otros libros: El hombre de Rupak Tanta, 2015 y Las buenas intenciones, 2016, de reciente aparición, fueron publicadas en libros físicos y Ebook por la prestigiosa Editora Club Universitario (ECU) de Alicante – España; el primero en 186 páginas, formato 13 x 21, idioma Castellano. 2016. La página donde se pueden adquirir estos libros, es: http://www.librolibro.es/libro/batallas-y-suenos-de-uchku-pedro/9788416479368 o: comercial@ecu.fm

Leyendo estas páginas, nos hace sentir y hasta sollozar como si hubiésemos estado allí, a la sombra prendidos de alguna punta del poncho de Uchku Pedro o alcanzándole sombreradas de agua para que no desmaye, como si aquella revolución ‘indígena’ de hace 132 años, habría sucedido ayer, y que los Andes, nevados, ríos, personajes y gente ancashina, seguirían teñidos de sangre en su honor, dignidad y grandeza. La Revolución Ancashina de Pedro Pablo Atusparia y lugarteniente Pedro Celestino Cochachín, el afamado “Uchku Pedro”, continúa latente en el tiempo, el alma y corazón del pueblo y, en especial de quienes continúan recreándola, desempolvándola, estudiándola, reviviéndola, redescubriéndola y reescribiéndola, para transmitir a nuevas generaciones, como es el caso de Melacio Castro Mendoza y demás escritores.

Bien sabemos que esta sublevación, sus líderes o protagonistas, fueron llevadas a las páginas de importantes libros por reconocidos autores regionales, nacionales y hasta del extranjero, como los que obran en nuestro Centro de Información y Documentación Regional “Pis@diablo” – Áncash: El amauta Atusparia (Novela, 1932) de Ernesto Reyna Zegarra, Atusparia (Teatro, 1981) de Julio Ramón Ribeyro, Cordillera Negra (Cuento, 1985) de Óscar Colchado Lucio, el ensayo precursor La sublevación de los indios del Callejón de Huaylas (1987)  de Santiago Antúnez de Mayolo, Pedro Pablo Atusparia (Historia, 1987) de Manuel Salvador Reina Loli, El levantamiento de Atusparia (Ensayo, 1988) del inglés William W. Stein, La rebelión campesina de 1885 en Áncash (Texto, 2013) de los hermanos caracinos Justo Luis y Richard Victoriano Rodríguez Álvarez, y el reciente Batallas y sueños de Uchku Pedro (Poesía, 2016) de Melacio Castro Mendoza. Asimismo, conocemos y hemos leído No preguntes quién ha muerto (Novela, 1989) de Marcos Yauri Montero y, debemos indicar que existen otros: Reinos que declinan (Poesía, 2001) de Selenco Vega.

Nuestro celebrado escritor Óscar Colchado Lucio, anota en el prólogo lo siguiente:
“Batallas y sueños de Uchku Pedro es un extenso poema épico cuyos versos de gran cadencia recrean la historia de un sector de los Andes peruanos, Ancash, donde tuvo lugar la gran revolución indígena de 1885 con la figura protagónica de Pedro Celestino Cochachín, más conocido como Uchku Pedro, lugarteniente de Pedro Pablo Atusparia, jefe del levantamiento.
Escrito en verso libre con una poética cercana a la prosa, Melacio Castro Mendoza nos muestra como un caleidoscopio diversas escenas de la revolución con testimonios dramáticos de sus figuras más destacadas. Esta obra se constituye en un monumento escritural, una bella sinfonía, sucesivos cuadros pictóricos de gran maestría, como un lúcido Homero de estos nuevos tiempos.

El libro es único y múltiple a la vez, donde encontramos no solo historia, sino también mito, leyenda, religión ancestral y filosofía.
He aquí una obra que a su autor le demandó cerca de cuatro décadas cincelarla para mostrarnos que el arte es un sacerdocio y no improvisada búsqueda”.
Entre tanto, Carlos Toledo Quiñones, maestro de la Universidad Nacional “Santiago Antúnez de Mayolo” (UNASAM) de Huarás y conocido escritor y crítico literario quien fue uno de los primeros en comentar la obra para el 4° Encuentro de Escritores y Artistas “Fortunato Rojas Caballero – Juan Mendoza Rojas del Perú” celebrado en la tierra hereditaria del autor: San Miguel – Cajamarca; dice lo siguiente:

“Estos versos son puestos como expresión de Montestruque, ideólogo de la revolución de 1885, y que cobra actualidad al ingresar a la ficcionalidad del lector.

La rebeldía, el descontento y el canto épico a los héroes de la revolución en la segunda parte del libro están pincelados con versos de tono épico, apoyados con epítetos, como por ejemplo cuando dice de Fernando Roque “madera fresca, pan de la mañana, raíz de flor de chuquiragua”; o de Pedro Pascual Guillén  “Puya alta florecida entre los puquios”; y seguir el mismo ritmo con los otros héroes.

La aspiración de cambio, en el libro está matizada de concepción andina que se advierte desde el inicio del libro cuando aparece la simbología de cada uno de los mundos de su concepción: el mundo de abajo, de aquí y de arriba (serpiente, puma, cóndor). Gira en torno a ellos el devenir de los personajes y el sincretismo no avisado lleva por un rumbo equivocado.

Por ejemplo, en la concepción andina, más allá de la vida en este mundo está la otra: la del ukju patsa, que es la de los malkis (semillas, almácigos). Desde el ukju patsa (mundo de abajo) se regresa al kay patsa (mundo de aquí), así está en estos versos:

¡De cuajo había que cortarlos!
Contra la voluntad del sol, dispararon y acabaron
primero con Bernardino y, después, con Martín Soriano!
Pese a todo, hechos semillas y verdes almácigos
ambos hermanos
continuaron fundamentando
el palpitar de los nuevos corazones y el alumbrar
de nuevos bosques. ¡Y, como el sol,
me sé parte de ellos!

Como se puede apreciar, el sueño, la lucha por la libertad de los personajes que desfilan en la obra no termina con la muerte de los combatientes, ellos viven y reviven en la concepción circular que se resume en: nacer, crecer, reproducir, deteriorarse y morir, para luego volver a iniciarse el ciclo con el nacer.

Los personajes que desfilan en la obra son varones y mujeres, destaca el papel de éstas que con coraje apuntan al liderazgo y la acción. De la lectura se desprende que sin ellas no existe la historia en la realidad ni en la ficción.

El Yo poético-narrador en Batallas y Sueños de Uchku Pedro, es Anacleto Méndez, testigo de los acontecimientos y que, en el mundo ficcional de la Revolución Campesina de 1885, ha ingresado a ser nombrado, como poeta popular desde la aparición de El Amauta Atusparia (1932) de Ernesto Reyna quien dice:

La guitarra de Anacleto Méndez Loli, ebria de chicha de Jora, mezcló los propios dolores, de su amor de yaraví, con la sangre de la tragedia. (p. 80)

Y Marcos Yauri dice de Anacleto:

…Anacleto era un buen cantor, en sus manos la guitarra hablaba, más si tomaba sus tragos.”

(No pregustes quién ha muerto, pág. 195)

La biografía de Anacleto Méndez se construye en la realidad ficcional, ahora relatándonos la historia de los combatientes de la Revolución Campesina de 1885, de quienes hace pinceladas e incluye sus testimonios. Pero, si como venimos diciendo que los acontecimientos se actualizan, el poeta Anacleto Méndez vive entre nuestros cantores populares y nuestros músicos andinos. 
 
Melacio Castro, relata en su libro la historia de personajes andinos, y llama la atención para rescatar a héroes anónimos e integrarlos a nuestra historia nacional que reflexivamente nos lleve a la racional y humanizada justicia social.

Huaraz, octubre 2016

Y, Gonzalo Pantigoso Layza, docente de la Universidad Nacional del Santa, en Chimbote, igualmente destacado poeta y crítico literario, nos acerca al libro:
 
“Batallas y sueños de Uchku Pedro de Melacio Castro Mendoza, muestra el testimonio de la gente común y corriente identificada con una lucha silenciosa, al estilo de la novelística de Manuel Scorza, contra un poder grande, aliado a las fuerzas del orden y la religión. El libro transita por aquellos hechos que la historia oficial no recoge. Hechos que muestran indignación, resistencia, lealtad, valentía propios de una raza que se ha visto siempre despreciada por sus propios compatriotas: “A partir de la fecha, los indios han de pagar/ al Estado / dos soles de plata por semestre./ Trabajarán, al mismo tiempo, / sin excepción alguna, obligatoria  y gratuitamente,/ en cada una de las haciendas, sean sus dueños/ civiles o militares. Sus hijas y sus mujeres/  deberán, por los demás, ejercer/ en cada una de las casas de sus bienhechores/ servicios especiales. Quien a estas disposiciones/ oponga resistencia no armada/ será castigado con la pérdida de todas sus parcelas. / Subrayamos que quien oponga resistencia armada/ será castigado con la pena de muerte. / Por Dios, por la Patria y por la Ley, firmado:/ Coronel Manuel Noriega/ encargado del Gobierno de la Región de Ancash”. Y el testimonio es contundente: “… éramos presas de la humillación / y del abuso. / Para nosotros, lo único garantizado / eran los latigazos, los puntapiés, los trabajos / gratuitos y los pagos obligatorios de impuestos.”  “Nuestro levantamiento estaba / impulsado por nuestra sed de justicia y de paz. / Para conquistarlas, teníamos que asumir / el desafío del nutrido / fuego con que nos recibían  los que se creían / dueños / absolutos y únicos de nuestra patria, ¡el Perú!”. Esto es lo que encendió aquella gran fogata que iluminó de esperanzas el cielo de nuestra serranía, allá por los años 1885, bajo la conducción de Pedro Pablo Atusparia junto a su lugarteniente Pedro Celestino Cochachín, llamado Uchku Pedro, quien es, en esta obra,  el que pone la voz y por intermedio de él toda esa gama de personas valerosas, que asumieron esa lucha en búsqueda de reivindicación. 
 
Esta gran lucha se alimentó de un pensamiento mágico propio de nuestro ande, que siempre ha estado presente en los hechos trascendentales: “un día / las montañas y los montes se vistieron / de siete múltiples colores. / Portándolos a todos como si se tratara de una / gran bandera, te vi montado a tu caballo, / agitándote como una rama movida/ por el viento.”  “Cuando en la tierra reina la sequía, / es ella quien sopla y llena las nubes de agua dulce. / Fue ella, papá Uchku, quien me mandó a luchar / a tu lado…” . Acercarse a cada uno de los testimonios es recobrar  o ir tras la memoria histórica colectiva, que el autor ha construido con una poesía, que no tiene interés en hacer gala de un lenguaje florido, sino de un lenguaje lo suficientemente lírico en la medida que sirve para trasmitir el sentimiento de rebeldía o indignación surgido por la dimensión de la injusticia. Es una poesía objetiva, plasmada en la línea de una visión realista bajo una dimensión oral, que narra un hecho histórico, con una gran carga política y con sentimiento amoroso por la patria, por los demás, por la familia, por la tierra. 
Acercarse  a este canto épico es marchar hacia nuestro pasado para ir tras el rescate de un signo de resistencia, de dignidad social, necesarios en nuestra época y circunstancias actuales  para alimentar la valoración andina y nuestra conciencia para forjar nuestra identidad”.
Finalmente, un gran aporte a la reivindicación de héroes anónimos de un pueblo de grandes contradicciones y explotación de entonces y, revaloración de nuestra identidad resumidos en épicos poemas cuales himnos o cantos de gloria y justo homenaje a legendarios forjadores y defensores de esta sublevación aquí presentes y titulados: ‘Mamá Hortulana’, ‘Habló el Auki’, ‘Lucía, mi amor’; ‘Huaraz: lámpara encendida’, ‘Compañero picaflor’, ‘Todos para uno y uno para todos’, ‘Loa a los combatientes’; poemas y testimonios a ‘Manuel Granados’, ‘Ángel Baylón’, ‘Pedro Pascual Guillén’, ‘José Orobio’, ‘Severino Tukushuanca’, ‘Fernando Roque’, ‘Marcelino Sifuentes’, ‘Luis Felipe Montestruque’, ‘José Toribio Dorado’, ‘Grimanesa Andrade’,’ Tiburcio Mallki’, ‘Bernardino y Marín Soriano’, ‘José Gonzáles García’, ‘Teodoro Pardo’, ‘La familia Cochachín’, ‘Testimonio de Lucía’, ‘Pedro Pablo Atusparia y Pedro Celestino Cochachín’, ‘Dos luceros’, ‘Carta inconclusa de Pedro Celestino Cochachín a Lucía, su esposa’; ‘Los sueños’, ‘José Alegre’ y, ‘Mi última palabra’; cierran las páginas de este nueva oración, ofrenda  y consideración.

¡Que lavazas de choloque continúen haciendo crecer las trenzar de nuestros alcaldes pedáneos y jefes de le revolución!

¡VIVA UCHKU PEDRO!

Centro Cultural de Huarás, 20 de enero 2017.
pisadiablo100@hotmail.com

MAMÁ HORTULANA

Melacio Castro Mendoza

¿Oyes, mamá Hortulana?
Las rocas lloran la suerte de la patria
y, entre tanto,
las palomas arrullan la hora matinal.

Sabia mujer; en ti hay un aire y una rama
que te hermana a la seguridad de mi flor
más linda: ¡la retama!

Cuidando a tus criaturas del frío,
con tu característico amor, con razón
tú solías inculcarnos: «En las haciendas,
hijos, peor que los animales,
nuestros campesinos son maltratados.
¡Látigo en mano,
el patrón o sus caporales
les rompen las espaldas!
¡Forzados a trabajar sin alimentos,
sus pulmones saltan a pedazos!».

Arrugando el ceño, agregabas:
«En apoyo de cada hacendado, ¡militares
y policías dejan hablar a sus pistolas;
los sacerdotes, biblia y crucifijo en mano,
predican obediencia y paciencia!
De cuando en cuando, con aquellos
padeceres, la tierra se sacude.
La nieve adolorida se contrae
y en desorden se hace agua
huyendo a nuestros ríos».

«Por favor, hijos —suplicabas—,
para que acabe tanto abuso,
antes de mi muerte quisiera
pedirles solo dos cosas:
Una, hagan vuestras las espinas de las rosas
y, dos, defiendan aunque sea solo con las
espinas
la dignidad de nuestra humilde gente».

Tus palabras, mamá Hortulana, construyeron
el puente que me llevó hacia los pobres.
Más que vida, ¡la suya era una
inmerecida tormenta!

Flor de pacae en primavera,
tu amor por nuestro suelo,
mamá Hortulana,
y tu voz de alerta golondrina
abrieron nuestros ojos.
Tu espíritu contagiado del azul y claro
cielo nos copó con el más allá
y más acá de las montañas.

Separando el grano de la paja,
asumimos tu mensaje.
Muy a pesar nuestro,
desde entonces,
junto a Maximiliano y a mis propios hijos,
tus nietos,
empezamos a tejer una madeja
que trataría de reconstruir
para todos los que amabas,
un esplendoroso y gran mañana.

En parte, tú lo viste,
mamá Hortulana: lo nuestro no eran solo
palabras. Llegado el momento,
a lomo de caballos que en sí eran
fuego vivo,
armados de piedras que albergaban
grandes mitos y tiernos sueños
nos hicimos a los caminos
que desembocaban en campos y ciudades.
El runa simi,
mamá, cobró una nueva vida.
Y, cuando empezamos a defendernos,
¡mala suerte,
se nos infiltraron los soplones!

«¡Los Cochachín —denunciaron primero—
andan robando sal para
distribuirla entre la indiada!».
«¡Los Cochachín y sus amigos
son unos subversivos:
andan asaltando las haciendas!», acusaron.

Sentados en su silla de cómodo espaldar,
los jefes militares y los jefes policiales,
autosuficientes los unos y ufanos los otros,
asumieron sus denuncias.
A coro, comentaron:
«A Pedro Celestino,
un minero serio y honrado,
¡lo jodió su madre, la rata
Hortulana!».
«Aunque bonita, la Hortulana era un mal ángel.
Fue ella quien señaló el mal camino
a sus hijos».
«Mal bicho la Hortulana,
¡su verbo portaba más veneno que la manzana
del pecado original!».

Curas y obispos se sumaron a semejante juicio.
«¡Santa Rosa de Lima! —sentenciaron—, patrona
de las armas nuestras, ¡aplasta a la Hortulana
y con ella a la sierpe
que constituye su estirpe!».

Graves,
los terratenientes opinaron:
«El padre de Pedro Celestino se dejaba pisar
el poncho por su mujer. Ante la Hortulana,
¡carecía de autoridad!
En sus barbas, sus muchachos
se forjaron
falsos sueños: ¡abrazaron las ideas comunistas!
¡Rechazaban, por ello, nuestra condición
de únicos dueños de las tierras
y exigían las compartiéramos, al igual que las minas
y otros recursos naturales, con las indias
y los indios! ¡Qué barbaridad!
Por Pedro Celestino, en especial,
y por los suyos, ¡recemos de corazón
a los santos evangelios y a la cruz:
como son gente también adinerada,
que el cielo aporte a sus cerebros
el calor y la sabiduría de nuestra propia luz!
Por voluntad y mandato del Señor,
¡viva la patria y viva la propiedad privada!».

Desde entonces, mamá Hortulana,
las personas pías y contritas
andaban afirmando: «¡Pedro Celestino es comunista!
¡Sin más, ha convertido la dinamita en su credo!
Su espíritu, espejo y reflejo del que su mala madre
poseía,
lo desnuda como a un simple pecador.
¡Compremos su conciencia! ¡Hagámoslo cónsul
o embajador! ¡Los hombres de su condición
se rinden por dinero
o con los besos de un falso amor!».

Lo afirmo y sostengo:
¡no, mamá Hortulana,
tú no fuiste la única fuente de mi pecado original!
Junto a tu verbo, fue la miseria reinante en nuestro
pueblo la que a mí y a mis hermanos,
como después a mi mujer
y a mis hijos,
nos llevó a levantar
en alto las razones de justicia y paz que
reclamaba nuestra patria!
Claro como el cielo serrano de los mediodías,
¡hice mío, por lo demás, el arrullo de las palomas,
el canto de los ríos y el llanto de las rocas!
No importaba ya si en mi intento de contribuir a
reconstruir lo ya destruido
caería
como tantos en el árido camino.

Antes de mi partida,
mamá Hortulana, solo una cosa te suplico:
si me asesinaran, ¡recoge y entrega a las montañas
mis cenizas!
¡Envuelve en tu dulzura de pan y de cereza
los restos que quedaran de mi corazón!
¡Sacude de tus ojos la tristeza y ríe,
ríe para mí, linda mamá!

Hortulana, la parte de tu sangre
que corre en las venas de tus hijos
se debe,
para siempre, a la suerte de los nuestros.
En nombre suyo y de mi nombre,
te saluda y se despide, tu hijo,
¡Pedro Celestino!

 Centro Cultural de Huarás "Lombardo Mautino Ángeles"
 En Plaza de Armas de Huarás
 Presidenta AEPA junto a Alcalde de Huarás y alcaldes distritales de Antonio Raimondi y Olleros
 Alcalde de Huarás
 Con los "Caballeros de Bolognesi" luego de presetar los libros "Batallas y sueños de Uchku Pedro" de nuestro paisano Melacio Castro y "Cosecha de otoño" poemario de Dante Lecca
 Con amigos e intelectuales ancashinos



 Pisadiablo





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