Biografía de Alfonso Barrantes Lingán
Por: Carlos Reyes Álvarez
Alfonso Augusto Barrantes Lingán nace el 30 de
noviembre de 1927 en la ciudad de San Miguel de Pallaques, Cajamarca, a las
faldas del cerro Nahuilán a más de 2665 metros sobre el nivel del mar. Pueblo
de un cielo azul prístino, de antiguos eucaliptos, con plantaciones de maíz,
cebada, trigo; además que, guarda en sus entrañas, al puente Calicanto y a la
ubérrima catarata del Cóndac y goza, de una inexpresable fragancia. Lluviosa en
verano y templada-fría en invierno, San Miguel se crea como provincia en 1964.
Está a tan sólo 116 kilómetros de la capital, Cajamarca.
1. Entre el
colegio, el fútbol y los arejoles.
Nació en los brazos de la única partera del
pueblo, doña Úrsula Rojas Becerra, un 30 de noviembre. Creció en su pueblo,
bajo los nobles principios de la religión católica. Las señoras, todas, acudían
fervorosamente a misa, sin falta. Las casas del pueblo tenían un espacio para
el adoratorio. Él fue criado por su tía Susana Lingán Celis (a la muerte de su
madre Peregrina Lingán Celis) cuando apenas cursaba la primaria. Respecto a la
tía dice Alfonso, “mi segunda madre. Yo tengo el privilegio de tener dos
madres…”, “con ella aprendí a leer y a escribir”.
Estudió en el Centro Escolar N° 73[1]
(denominada hoy Institución Educativa 82736 “Manuel Sánchez Díaz”). Su curso
favorito era “matemáticas”, materia que aprendió porque le gustaba y también
“por miedo a la palmeta”. Allí tuvo como profesor a don Raymundo Mondoñedo, de
quien guardaba “un recuerdo muy profundo” porque “afinó esa enseñanza y dio
causa a esta inquietud por el aprendizaje y el estudio”[2].
En su natal pueblo no había enseñanza
secundaria[3],
pues San Miguel era, todavía, un distrito de la provincia de Hualgayoc (hasta
1964) entonces, quien quería seguir estudiando, tenía que migrar a la capital,
Cajamarca, allí fue Alfonso a matricularse en el Colegio Nacional “San Ramón”
(el más antiguo y prestigioso). El viaje lo hizo a caballo, junto a su familia,
teniendo que ir primero a Chilete y “había que hacerlo aceleradamente, porque
si uno se quedaba ahí, al día siguiente era víctima del paludismo”[4].
Además que fue “algo inolvidable, pero que él recuerda con mucha nostalgia,
pues no quería dejar su pueblo”[5].
Ya en Cajamarca, se hospedó en la casa de la
señora Lucila Montenegro (amiga de sus tías), en el jirón 13 de julio, frente a
la antigua cárcel pública. Fue en esos años, de igual manera, en que empezó a
adherirse a las ideas de Víctor Raúl, pues su tío Augusto Lingán, militaba en
el APRA y “una de las cosas que debía hacer era distribuir clandestinamente “La
Tribuna”. Alfonso cuenta: “Yo lo ayudaba y con mi curiosidad infantil, empecé a
leerla. Aprendí a adoptar una serie de posiciones contra los enemigos de
nuestro pueblo a quienes denunciábamos…”. No pasó mucho tiempo para que, dentro
de las filas del aprismo, él y un grupo de amigos promovieran “un movimiento
que adquirió el nombre de los “auténticos”, que reclamaron “un ejercicio
democrático dentro de las filas del partido…”
El quinto año de secundaria lo estudió en
Trujillo, en el colegio “San Juan”, él tenía 19 años. Aunque antes, un tío suyo
lo animó a postular al Colegio Militar Leoncio Prado, pero no lo logró porque
“afortunadamente o desafortunadamente un paludismo me hizo temblar durante
muchas semanas y se me pasó la fecha de los exámenes…”. En esta ciudad,
aprovechó para ir al norte, al valle de Chicama y escuchar, por vez primera, un
discurso de Víctor Raúl Haya de la Torre, con “admiración,
pero esto se fue diluyendo, conforme iba conociendo más de cerca la conducta de
quien inicialmente nos fascinó”[6].
En sus vacaciones él volvía a menudo a San
Miguel de Pallaques, su tierra. Allí en alguna oportunidad fundó la “Juventud
Aprista Peruana” que reunió a los muchachos de la ciudad. Pero también un
teatro, gustaba mucho de él, y participó en vida, en muchas obras. Antonio Goicochea nos narrará: “Dirigía
escenificaciones, en un ambiente que se había adecuado como “Corral de
Comedias”, denominado pomposamente “Teatro Fenix”. Se recuerda la participación
de las damas Emilia Hernández, Esperanza Lingán, Lucha Barrantes y Celia
Lingán”[7].
De niño jugaba al fútbol, e iba a la pampa, y
lo hacía “con pelota de jebe de esas que tenían bote…” y recuerda haber sido:
“el centro delantero y no haber jugado muy bien, pero era el dueño de la pelota
y me ponían en todos los partidos…”[8]. Y
también iba a las corridas de toros, que le gustaban, pues: “´para nosotros los
niños del pueblo era algo muy emocionante; se cerraban las bocacalles y se
soltaban los toros matreros para la faena. Eran de esos toros que iban al
cuerpo y no a la capa… a nosotros nos infundía terror, pero al mismo tiempo una
emoción muy grande. De ahí proviene mi gran afición por los toros, que cultivo
hasta hoy”[9].
En su pueblo lo llamaban, cariñosamente,
“Alfonsito”, pero su nombre de combate en la política era “Frejolito”, y le
viene de pequeño cuando, contado por el poeta Antonio Goicochea, “de la
tiendecita que su mama Anita (tía) tenía en su casa, escogía frejoles pintados
y retaba a su amigos a jugar chanitos (canicas) con ¡arejoles! ¡arejoles!
¡arejoles!; Arejoles, frejoles, debió ser su apelativo, pero por su talla
pequeña, le nombraron “Frejolito”. A
algunos de los siguientes amigos se lo debe: Humberto Arias Cubas, Daniel Cubas
Barrantes, Fortunato Rojas, entre otros”[10].
2. Alfonso Barrantes
Castañeda, padre.
Alfonso Barrantes Castañeda (¿ - 1972), abogado y juez instructor,
nació y vivió, durante toda su vida, en San Miguel de Pallaques, aunque tuvo
que haber migrado, por un tiempo, a Trujillo, para estudiar allí Derecho. En
San Miguel fundó, en 1956, el primer colegio secundario (particular) de San
Miguel, denominado con el mismo nombre de la ciudad. Dependía del colegio “San
Carlos” de Bambamarca y tenía, sólo, hasta el 3° año de secundaria. Los
primeros profesores de su plantel, fueron: Sr. Jacob Novoa, Hernán Mendoza,
José Manuel Cubas, Humberto Arias, Arístides Barrantes, Octavio Lingán Cubas,
Jorge Torres, don Lucho Malea, Jesusito Rabanal, el Padre Edmundo Guevara y el
señor Carlos Reyes Illescaz, entre otros.
Del mismo modo, don Alfonso Barrantes, padre del intelectual
cajamarquino, participó en la comisión “pro-creación de la provincia de San
Miguel”, como vicepresidente, para impulsar la creación de ésta, mediante ley.
Se tuvo que contactar con el senador por Cajamarca, Rafael Puga Estrada, para
que pueda presentar tal proyecto. Poco después, en una gran algarabía para los
sanmiguelinos, el 29 de noviembre de 1964 se promulgó mediante ley 15152 la
creación de la provincia, por el entonces presidente Fernando Belaúnde Terry.
La relación entre Alfonso (padre) y Alfonso Barrantes (hijo), no fue
muy estrecha. Esto se demuestra por la vivencia del intelectual, desde niño, en
dependencia de su tía Susana Lingán Celis. Del mismo modo no vivió para ver a
su hijo en la alcaldía de Lima ni muchos menos como candidato a la presidencia,
pues murió en 1972 en el Instituto de Enfermedades Neoplásicas afectado, al
igual que años después por Alfonso, por un cáncer al páncreas.
3. Catolicismo.
La aparente paradoja de su
ideología marxista con su catolicismo, él lo cuenta porque creció en un
ambiente así:
“Mi abuelo materno, José Mercedes Lingán, fue maestro de capilla y
desde el coro acompañaba la misa tocando el melodio. Mi abuela era también muy
católica; y yo, desde pequeño, estuve en estas actividades. Lo niños de mi
pueblo, en San Miguel de Cajamarca, participábamos en todas las festividades
religiosas. Asistíamos a las ceremonias de los Santos Varones, la Crucifixión,
el descendimiento y la Semana Santa. En la procesión del Viernes Santo yo era
casi un niño privilegiado por ser quien llevaba el sudario, lo cual
representaba para mí una inmensa alegría”[11].
De igual modo el biógrafo Antonio Goicochea Cruzado contará algo
parecido en una anécdota:
“Se definía como católico no
practicante. Sin embargo su profundo respeto a la religiosidad de su hogar, lo
demostró cuando al instalar los servicios higiénicos en su añosa casa, exigió
al amigo y técnico en gasfitería Alcides Alvítez, a que los tubos de desagüe
dieran una caprichosa vuelta a fin de evitar cualquier deterioro en el
adoratorio, que era por donde técnicamente debería pasar”[12].
También afirmó ser, en religión, “pascaliano”, pues “hay que creer en
Dios porque si no existe, no perderemos nada y si existe, ganamos creyendo en
él”[13]. Y
de igual modo, estaba en contra del ateísmo a ultranza, “que a nada ha
conducido y que, en última instancia, no tenían nada de auténtico y
genuino…"[14] No
contrajo, durante su vida, matrimonio, y tampoco tuvo hijos. Él decía porque
“había sido mejor no exponer a una esposa y a unos hijos a las penurias de la
persecución política…” Sin embargo estuvo a punto, una vez, de casarse. Y
también, se escuchaba su íntima relación con la cantante Paloma San Basilio, a
quien seguramente encantara con sus dotes de buen conversador.
4. La agitada vida
universitaria.
Llegó a Lima
el año 1947. En ese entonces “era un
joven provinciano que utilizaba un terno de casimir negro, anudado por una
corbata de tono invariablemente sombrío”[15]. Se
hospedó en la casa de su tío Carlomagno Lingán (fallecido a los 91 años), “en
el 551, número 2, de la avenida Brasil”. De esos momentos, recuerda:
“Los domingos en la mañana íbamos al Agua
Dulce. Mi situación de serrano fue superándose porque a nosotros no nos agradó
el agua salada, pero había que acompañar a la familia y, por las tardes, a
sentarse en el pasto del Campo de Marte a escuchar a la Sinfónica Nacional…”
Postuló a la entonces Facultad de Letras de San
Marcos para estudiar Filosofía, allí tuvo como maestro a Mariano Iberico, su
paisano, eminente y reconocido filósofo. Era un momento tenso, pues se discutía
el proyecto de reforma universitaria; los profesores, en su mayoría, querían
limitar el co-gobierno de los alumnos, principio ganado en la reforma de 1919.
El ilustre pensador, siendo ya rector de San Marcos (1953-1955) envía al
ministro de educación un comunicado, pidiéndole se resigne la autonomía
universitaria. Esto provocó la reacción de Alfonso Barrantes, quien escribiera
en una carta (bajo el seudónimo de Alejandro Gómez), con mucho malestar, un
texto de protesta a la acción del rector. Lo envío al diario “La Prensa”, pero
no lo quisieron publicar…
El año 1956
es elegido “Secretario General del Centro Federado de Letras” y, a fines de éste,
presidente de la “Federación Universitaria de la Universidad de San Marcos”
(con votos apristas). El juramento, estuvo a cargo del entonces emblemático
poeta José Gálvez. Al año siguiente nomás éste murió y Alfonso Barrantes, elegido presidente de la
“Federación de Estudiantes Universitarios del Perú”, dirigió el discurso de
despedida del vate. A la vez que el alcalde de su pueblo, San Miguel, para ello
instaló “en las puertas del municipio, a todo volumen, el receptor de radio
Lafayette, alrededor del cual le escuchaba una enfervorizada juventud, curiosa
niñez y orgullosos apristas”[16].
En el año
1958 (8 de mayo), Alfonso Barrantes termina por romper con el Apra, y dice:
“Durante mis actividades universitarias empecé a afirmar el
descubrimiento de las obras de José Carlos Mariátegui, o, digamos mejor, de sus
siete ensayos, que era la única que de modo muy restringido circulaba por esos
tiempos. A partir de entonces se fue produciendo en mí una contradicción entre
la posición teórica del aprismo y la posición teórica asumida por Mariátegui.
Muchas discrepancias se produjeron en el seno del Comando Aprista
Universitario. En 1957 se realizó el Congreso Nacional de Estudiantes en
Arequipa y se produjo la ruptura de hecho. A ese congreso asistió también Luis
Felipe de la Puente Uceda. Para mí era muy difícil abandonar las filas del
aprismo. Ahí empecé mi quehacer político. Ahí hice grandes amistades y grandes
fraternidades. Pero ideológicamente ya no era aprista. Faltaba la decisión de
salirme”.
Pero su salida del partido aprista fue, a
propósito de la llegada de Richard Nixon y de manera intempestiva. Él era
vicepresidente de los Estados Unidos (el presidente era Dwight D. Eisenhower) y había llegado al Perú en 1958. Los
estudiantes de San Marcos, porque éste tenía previsto visitar la universidad,
tomaron un acuerdo, por unanimidad, en la Asamblea General de Delegados de la
FUSM, de declarar ingrata la presencia de Nixon en el país. En ese momento se
reunieron, varios estudiantes, en la pileta de Derecho. Allí Ismael Frías y
Abraham Lama quisieron hablar, pero no les dejaron, los pifiaban, lo mismo
sucedió con Barrantes (los estudiantes no querían discursos), pero cuando
Alfonso dijo que Nixon “formaba parte de un gobierno que daba créditos a la dictadura
de Batista (dictador) y armas para asesinar a los estudiantes cubanos…”[17],
todos silenciaron y empezaron a escucharlo. Hubo un momento, también, en que
casi pierde el equilibrio y cae a la pileta, en ese supuesto dijo,
graciosamente, “ya no sería candidato a alcalde porque las posibilidades de
liderazgo se hubieran humedecido para siempre en el rídiculo”[18].
A partir de ese hecho, los estudiantes habían
protestado estentóreamente, hasta que el político estadounidense, en ese momento, dejando su sonrisa, dio media
vuelta y se encaminó a la Universidad Católica, en donde sí lo recibieron; de
pronto a Barrantes le llega la noticia de que había sido separado del Partido
Aprista (8 de mayo de 1958) el mes de marzo, a través del diario “La Tribuna” y
diciendo que “las actitudes de los dirigentes apristas en la universidad no
reflejaban el pensamiento del partido sino los acuerdos de las federaciones.[19]”
En setiembre de este año, Alfonso Barrantes
viaja al Quinto Congreso Internacional de Estudiantes en Pekín. Había visitado
China, la Unión Soviética y, a su regreso, formula su solicitud de ingreso al
Partido Comunista Peruano. Era un viernes santo, asegura (coincidiendo con la
muerte de Vallejo). Pronto, después de la escisión del comunismo internacional,
el PCP se parte y se dispersa en varias facciones, a partir de ese momentos
Barrantes renuncia y se convierte en un mariateguiano, esencialmente.
Estuvo en prisión en muchas ocasiones, por
persecuciones políticas. En aquellos años era un honor, para un político, estar
recluido por sus ideas. Estuvo en “El Frontón”, “San Quintín”, Seguridad del
Estado, la Carceleta y algunas comisarías. Pero le llegó su momento en el
“SEPA”, colonia-penal de la selva peruana, acompañado de sus amigos Jorge del
Prado, Raúl Acosta, Carlos Malpica en 1962, bajo la dictadura del militar, y
gobierno transitorio, de Pérez Godoy.
Se gradúa
como abogado en 1968, es decir cuando ya tenía 41 años. A partir de allí se
dedica a ser abogado de sindicatos y a la cátedra de “Derecho Internacional
Público” en San Marcos y “Sociología Jurídica” en la Universidad San Luis
Gonzaga de Ica. Alguna vez el periodista Alberto Bonilla de la revista
“Caretas” le pregunta, por esos 20 años que habían pasado, desde que entró a
San Marcos, y él responde: “Yo dejé las aulas en el 60. En los años siguientes
tuve muchas dificultades para hacer mi tesis. Pero lo paradójico es que yo
vivía haciendo tesis. El día que sustenté mi tesis dije con algo de ironía que
ya me había graduado varias veces de bachiller. No estoy en condiciones de
decir quiénes fueron los que pagaron para que les hiciera la tesis, pero hasta
hice una de odontología, hablaba sobre ética profesional, Gregorio Marañon, lo
que sirvió para varias profesiones”[20].
A lo que él periodista le dice: “algo que no era muy ético, por cierto”, y
Barrantes responde: “No era muy ético, pero me permitía vivir. La cuestión
ética no es imputable a quien hacía la tesis, sino a quien la mandaba a hacer”.
5.
Alcalde y candidato a palacio.
La izquierda
en el Perú gozaba de una tradición, pues venía de las propuestas de Mariátegui
y de Víctor Raúl Haya de la Torre, en los años 20 y, la posterior creación, de
partidos sólidos, como el APRA y, en el lado mariateguiano (aunque no fue
fundado por José Carlos), el Partido Comunista Peruano. Estos afrontaron
diversas crisis, entre las que cuentan sus alineamientos y pactos con gobiernos
de tendencia contraria a la de ellos (la oligarquía), como el de Manuel Prado
Ugarteche. Y poco después, en los 50, con la fragmentación del APRA, a partir
de su congreso nacional, en que un grupo de rebeldes funda en 1962 el MIR y el
Partido Comunista que se divide en pro-soviéticos y pro-chinos, a raíz de la
fractura, también, del comunismo internacional; pronto ambos grupos
(disidentes) se lanzarán a las guerrillas. En esas condiciones, hasta el año
80, sólo aparecieron tímidamente dos partidos “Vanguardia Revolucionaria”
(1965) y el “Partido Socialista Revolucionario” (1976).
A partir del
regreso a la vida democrática, con la salida de Velasco, la llegada de Morales
Bermúdez y la convocatoria a la Asamblea Constituyente y a elecciones
generales, aparece la Unión Democrática popular (1977) (frente que agrupaba a
UR, MIR, PCR) y otras tres coaliciones, partido que liderara Alfonso Barrantes
y que postulara, ya dentro de la IZQUIERDA UNIDA, a la elección del año 1980
(alcanzó el 2.5 % de los votos, con su candidato Carlos Malpica Silva. Logró
tres senadores y dos diputados). A partir de esa experiencia Osmar Gonzáles
dirá: “al menos ya se vislumbraba en Barrantes cierta capacidad de convocar a
personajes disímiles. Ello sería después su principal capital político”[21].
La
Izquierda Unida nace en septiembre de 1980 congregando a partidos de izquierda
(FOCEP, PCP, PCR, PST, UNIR, UDM, FNTC). A partir de ese momento aparecen
personajes de izquierda, que no formaban parte de la coalición, que criticaban
la postura de la Izquierda Unida por haber “abandonado el fusil para ser parte
del orden”, cosa que se saluda en Alfonso Barrantes. El haber entrado a la legalidad
política, le valió a Frejolito, a su partido, y a los demás, la crítica mordaz
de Sendero Luminoso, quienes en esas mismas elecciones daban apertura a su
“guerra popular”, con armas y muertes.
Para las elecciones a la alcaldía participa la
Izquierda Unida, con Barrantes a la cabeza, que aunque no haya ganado (pues
quedó en segundo lugar, triunfó el oficialismo con Antenor Orrego) “obtuvo en
la capital 28.3% de votos, y el frente IU, a nivel nacional, alcanzó el 23%. Es
cierto que todavía estaba lejos de lo alcanzado en 1978, pero era evidente que
había alcanzado un avance significativo en la aceptación ciudadana”[22].
El año 1983 sí fue el gran triunfo de la Izquierda Unida con
Barrantes, elegido a la alcaldía,
obtuvieron el 29 % y a nivel nacional algunas capitales importantes. La IU pasa
a ser la segunda fuerza electoral más fuerte en el país después del APRA. Ósmar Gonzáles dirá: “las formas
parsimoniosas de Barrantes contradecían con el ímpetu de las clases populares y
medias que exigían de su candidato definiciones con mayor énfasis. Pero el
humor de Barrantes, la lógica de sus discursos, su presencia física tan parecida
a la de la mayoría de peruanos, y otros aspectos, hicieron posible que
empatara, como nunca antes un líder de izquierda lo había conseguido, con la
nación”[23].
El gran discurso de su campaña fue la promesa del millón de “Vasos de
Leche” para niños de bajos recursos. La
gestión fue, además, transgubernamental, pues entró en el gobierno de Belaúnde
Terry y terminó en el de Alan García. Pronto en el año 1985 participa
nuevamente la Izquierda Unida en las elecciones generales (ya con disputas
internas) con Alfonso Barrantes, se llegó a una segunda vuelta, junto al APRA
con García Pérez, y “el primero declinó continuar ante la alta votación
conseguida por el aprismo. Esta decisión fue duramente criticada, pues, se
decía, IU debía ir hasta el final para utilizar la tribuna pública con el fin
de difundir sus planteamientos. Sin embargo, primó el análisis que una segunda
vuelta daba oportunidad para que la
derecha uniera sus votos al APRA y dejara a
IU con una mínima votación, lo que contribuiría al descrédito del
frente”[24].
La Izquierda Unida volvió a postular a las elecciones municipales de
1986. Ganó el oficialismo (por la intervención, según decían, de la maña de
García) pero a pesar de eso el partido de coalición ganó votos, incluso aún
mayores que el de tres años atrás, a nivel nacional, esto lo posicionaba como
un serio candidato a las elecciones de 1990. Pero la estatización de la Banca
anunciada por el joven Alan Gabriel y la formación de un discurso de derecha,
con Vargas Llosa y Hernando de Soto, opacaron un poco la posibilidad, pero a la
vez la reanimaban: el Apra después del 89 estaba descalabrada.
Al poco tiempo, empezaron las discrepancias al interior de Izquierda
Unida que, como ya se preveían, eran
inevitables. Algunos de los partidos y los actores políticos veían a Barrantes
como el líder indiscutible, otros, en cambio, decían que Alfonso sólo fue un
líder momentáneo, elegido como representante de un frente, que podía o no
continuar si así lo decidían. Esto terminó en la ruptura: por un lado la misma
IU con Henry Pease a la cabeza, y se presentó a las elecciones de 1990 así, y
Barrantes con su fundada “Izquierda Socialista”, que también participó de los
comicios. Los resultados de tales fueron trágicos para ambos: 8% de los votos
para Pease y 5% para Frejolito.
Durante 10 años se aleja de la política, y sólo se reciben noticias de
él cuando ya tenía un cáncer. Va a la Habana, Cuba, a tratarlo. Además,
mantenía una buena relación con Fidel Castro. Muere a los 73 años un 02 de
diciembre del año 2000.
BIBLIOGRAFÍA
- Apogeo y Crisis de la Izquierda Peruana, hablan sus protagonistas (2011). Alberto Adrianzén (editor). Lima: Universidad Antonio Ruiz de Montoya.
- Barrantes, sus propias palabras (1985). Marcela Cárdenas (compiladora).Lima: Mosca Azul Editores.
- Cambio de Palabras (2008). César Hildebrandt. Lima: Tierra Nueva Editores.
- Cantata a San Miguel (2009). Antonio Goicochea Cruzado. Cajamarca: Creart SRL.
- Historia del Perú Contemporáneo (2007). Marco Cueto y Carlos Contreras. Lima: PUCP.
- Perfiles Humanos (1985). Martín Garay Seminario. Lima: Imp. Atlántida.
Otras
fuentes:
- http://www.pcperuano.com/index.php?option=com_content&view=article&id=1677:federico-garcia&catid=1:coyuntura&Itemid=26.
- http://www.cajamarca-sucesos.com/san_miguel/san_miguel.htm.
- http://sanmiguelcajamarca.blogspot.com/2010/11/alfonso-barrantes-lingan-biografia.html.
Relatos:
- Antonio
Goicochea Cruzado, poeta, amigo de Alfonso Barrantes.
- Luz
Quiroz Goicochea, profesora, amiga de Alfonso Barrantes.
- Walter
Polar Quiroz, contador, amigo de Alfonso Barrantes.
- Jorge
Polar Quiroz, profesor, amigo de Alfonso Barrantes.
- Óscar
Ugarte Ubilluz, ex Ministro y regidor de Izquierda Unida, trabajó con Alfonso
Barrantes.
- Henry
Pease, ex regidor por Izquierda Unida, trabajó con Alfonso Barrantes.
[1]Centro
educativo donde también estudiaron Eduardo Orrego Villacorta (político,
candidato a la primera vicepresidencia en el FREDEMO, militante de Acción
Popular) y Leonardo Torres Descalzi (Director de Teatro, esposo de la actriz
española Lola Vilar)
[2]
Barrantes, sus propias palabras (1985). Marcela Cárdenas (compiladora).Lima:
Mosca Azul Editores. (entrevista realizada por Guillermo Thornkdike y publicada
en “El Diario” el 27 de noviembre de 1980).
[3]
En aquellos años San Miguel de Pallaques era un distrito de la Provincia de
Hualgayoc, no existía la escuela de segunda enseñanza, hasta 1959 en que se
promulga una ley que da origen al nacimiento de ésta. Alfonso tuvo que migrar
para seguir sus estudios secundarios.
[4]
El Diario. Pp. 14 – 15. 30 de noviembre 1980. Entrevista realizada por
Guillermo Thornkdike.
[5]
Perfiles Humanos (1985). Martín Garay Seminario. Lima: Imp. Atlántida. Pág. 46.
[6]
En: X Equis. El Semanario del pueblo peruano. Lima, 7 de noviembre de
1983. N° 365.
[7]
Cantata a San Miguel (2009). Antonio Goicochea Cruzado. Cajamarca: Creart SRL.
Pág. 42.
[8]
Perfiles Humanos (1985). Martín Garay Seminario. Lima: Imp. Atlántida. Pág. 46.
[9]
Ídem.
[10]
Cantata a San Miguel (2009). Antonio Goicochea Cruzado. Cajamarca: Creart SRL.
Págs. 40-41.
[11]
Perfiles Humanos (1985). Martín Garay Seminario. Lima: Imp. Atlántida. Pág. 46.
[12]
Cantata a San Miguel (2009). Antonio Goicochea Cruzado. Cajamarca: Creart SRL.
Pág. 44.
[13]
Barrantes, sus propias palabras (1985). Marcela Cárdenas (compiladora).Lima:
Mosca Azul Editores. (entrevista realizada por Guillermo Thornkdike y publicada
en “El Diario” el 27 de noviembre de 1980).
[14]
Barrantes, sus propias palabras (1985). Marcela Cárdenas (compiladora).Lima:
Mosca Azul Editores. (entrevista realizada por Guillermo Thornkdike y publicada
en “El Diario” el 27 de noviembre de 1980).
[15]
Descripción de Federico García, viejo amigo de Barrantes y militante de Patria
Roja.
[16]
Cantata a San Miguel (2009). Antonio Goicochea Cruzado. Cajamarca: Creart SRL.
Pág. 42.
[17]
Barrantes, sus propias palabras (1985). Marcela Cárdenas (compiladora).Lima:
Mosca Azul Editores. (entrevista realizada por Guillermo Thornkdike y publicada
en “El Diario” el 27 de noviembre de 1980).
[18]
Caretas. Pp. 26 – 30 y 40. 12 de octubre de 1983. Entrevista de Alberto
Bonilla.
[19]
Ídem.
[20]Barrantes,
sus propias palabras (1985). Marcela Cárdenas (compiladora).Lima: Mosca Azul
Editores. (entrevista publicada el 12 de octubre de 1983 en la Revista
Caretas).
[21]
Apogeo y Crisis de la Izquierda Peruana, hablan sus protagonistas (2011). Alberto
Adrianzén (editor). Lima: Universidad Antonio Ruiz de Montoya (artículo
titulado “La izquierda peruana: Una estructura ausente”).
[22]
Apogeo y Crisis de la Izquierda Peruana, hablan sus protagonistas (2011).
Alberto Adrianzén (editor). Lima: Universidad Antonio Ruiz de Montoya. (artículo titulado “La izquierda peruana: Una
estructura ausente”)
[23]
Ídem.
[24]
Ídem.
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