Presentación
de “Sueños de Palomas” 09 de Noviembre del 2012
Congreso
de la República
DANIEL
CUBAS ROMERO
A donde
van las tardes cuando mueren, serán tal vez los enojos de Duclea o se convertirán en aromas de un tierno
capulí.
Las
tardes se van sin despedirse, se alejan tristes arrastrando sus huellas de
sombra y un silencio queda vagando entre los cactus que no duermen.
Hay
tardes cortas como los pliegues de tu faldón azul, que arrugan tu sonrisa sanmiguelina.
Esta tarde te dije, que estuve tratando de atrapar el vuelo del colibrí porque en su aletear me pedía conocerme, me
insinuaba invitar el néctar de su vida y tú te pones celosa.
He
llevado mis paseos al campo, he
descansado bajo la sombra de manzanos y
las flores del almendro acariciaron tantos
sueños con tu nombre y el mío.
Tu
sonrisa que con mis besos alimente, se enfadan ahora porque soy parte de los
sueños de palomas, se convierten tus enojos en
nubes fantasmales y me ocultas al no decirme. Adonde van las tardes
cuando mueren.
Se llevan
acaso mis poemas y las convierten en azules mariposas? Se llevan al eco
moribundo porque nadie se percató de su
existencia? Que se lleven tantas cosas, pero a mi amor nadie la toca, déjenla
solita que se moleste y que se ponga a indagar con mis personajes y con sus
historias, que les pregunte si están contentos o desilusionados.
Ella me
mira a lo lejos y me ve dormido con mis cincuentiseis años, me contempla de
pies a cabeza y sigilosamente se acerca besando mis manos, despierto y la veo tierna diciéndole “Que bella eres inspiración”, ella me abraza y queda
dormida como una niña.
Este
libro “Sueños de Palomas” es un hijo del 2012, un hijo de su padre que lo
estuvo gestando en su mente, acumulando vivencias y ahora desnudo mi alma para
que la conozcan todos.
Los
observo a ustedes
y mis recuerdos que aun respiran,
me llevan a una infancia mágica son los
recuerdos de San Eugenio la
historia de Betty de los ocho años, las travesuras están grabadas en los
muritos de piedra de cada patio, donde solíamos jugar a las escondidas, al mata
gente al chicote quemado, juegos que se vienen destejiendo por el olvido. Las
Fiestas Patronales de San Miguel la tierra de mi padre, donde en cada esquina
encontrábamos primos y primas por doquier, los días se hacían largos, quedando
grabado el olorcito de café pasado de la abuela Carmen, el correr de los cuyes
debajo de las cocinas de leña, los biombos de tela en cada puerta, la criada
Nieves descalza con sus trenzas largas, son recuerdos que aun respiran.
Cajamarca año 67 cuando le leía las noticias de los diarios a la mamá Equela, sentadita
en mi cama me esperaba todas las noches, cuando iba a recoger los diarios de la
librería Boza. Los paseos en bicicleta a los fundos de los amigos, íbamos en
grupo de diez o doce y el aguacero nos perseguía como queriendo compartir nuestros
juegos, el corretear a las gallinas y torear a los carneros. Las matinées del
cine San Martín, las retretas con las primeras sonrisitas en plena misa a mitad
de un padrenuestro, Cajamarca te llevo dentro de mi corazón. Me veo de pronto
en la Ciudad de la Primavera, en el Colegio Militar Ramón Castilla de Trujillo,
integrante de la novena Promoción, de las mañanas con neblina ,en los
despertares con el toque de Diana, cuando el cholo Claudio nos daba los buenos
días con el correaje en mano y recortábamos nuestros sueños repasando las
cartitas de amor, los recreos cortos respirando el perfume Huanchaquero con sus
brisas de olas inquietas y las nubes de polvo de Chan Chan, cubrían nuestros capotines verde olivo, la Novena
rebelde, la Novena de siempre de los amigos hermanos. Argentina país hermoso me
recibió a mis 19 años, mis primeros amigos fueron la nostalgia y la tierna
soledad, luego llegué a la pensión de Panchita donde las habitaciones se adornaban
con afiches y lemas de Domingo Perón y Evita. Aquella pensión había sido un
local partidario, Panchita con sus diez gatos era perseguida por toda la casa,
pero obedientes se quedaban en la puerta mientras ella nos advertía no pasar
por tal calle porque a tal hora iba a ver una manifestación, el Barrio de la
Chacarita de Buenos Aires compartiendo la habitación con mi amigo Násser que
luego dio origen al Cuento La Apuesta Final. La Ingeniería y el Arte, el Arte y
la Ingeniería, gracias a ambos pude viajar mucho y conocer pueblitos muy
alejados, mis primeras publicaciones de mis Cuentos en el Comercio y en el
Diario La Industria. Mis personajes, que se pasean por mi mente, comen, duermen
conmigo, dialogamos y algunas veces discutimos, otras nos enamoramos. Se los
entrego a ustedes y que ellos les cuenten sus historias en Sueños de Palomas.
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