VICENTE ALBERTO HERNÁNDEZ SÁNCHEZ
Por Jaime Henández Herrera
Todo el acervo de experiencias, todo el caudal
de verdades aprendidas, cobra sentido y valor cuando se sabe trazar esa imagen
nítida, que es la historia de vida de VICENTE ALBERTO HERNÁNDEZ SÁNCHEZ. “Un
árbol nunca está de espaldas para nadie. Si damos la vuelta en torno a él, el
árbol siempre estará de frente". A
nuestro padre que vela por su familia desde algún lugar especial. A ese árbol
que nos dio la vida y nos nutrió con su savia. A él, que nos cobijó con su sombra
para protegernos del calor excesivo, y que también nos mostró la cara del sol”.
HISTORIA DE VIDA
DE VICENTE
ALBERTO HERNÁNDEZ SÁNCHEZ
LAS RAZONES DE UN HOMENAJE:
Nuestra presencia aquí, ha dado hoy muestra
evidente de que el testimonio vital de Vicente Alberto Hernández Sánchez está
vigente. Este homenaje es una buena
ocasión para recordarlo, transmitirlo y proyectarlo en las nuevas generaciones
sanmiguelinas, en tres dimensiones: como padre, como educador y como político.
Dimensiones que no se enfrentaban, sino que colaboraban mutuamente en el
camino de vida y esperanza, por el que Vicente Alberto anduvo.
La vida, gramaticalmente definida simboliza un
proceso, un devenir, una constante. La vida también es un proceso que no se
inició con ninguno de nosotros y que, seguramente, tampoco terminará al
terminarse nuestro proceso vital. VICENTE, nombre de origen Latín, que
significa “vencedor”; de
cognición humana polifacético, seguro, consistente; de talento natural y de
pensamiento previsor, que se expresaba como pensador práctico.
Precisamente, cuando gobernaba el Perú su coterráneo don Augusto Bernardino Leguía, nace
Vicente Alberto el 07 de agosto de 1910, en la Caleta de San
José, que pertenece a uno de los doce distritos de la Provincia de Lambayeque, ubicado en el Departamento de Lambayeque; perteneciente a
la Región del mismo nombre, ubicado en la parte norte de la costa peruana, a
765 km. de la capital de la república (Lima) y a 11 km del "Parque
principal de Chiclayo"; y que según la leyenda, el personaje mítico
Naymlap, habría desembarcado en sus playas, cerca a la desembocadura del río
Faquisllanga, hoy río Lambayeque.
Hijo del sanmiguelino, Don Vicente Hernández
Ortiz y de la sanjosefina Doña Rosa Mercedes Sánchez Fiestas; fue el cuarto de
los 11 hijos que tuvo la familia Hernández Sánchez; de los cuales vive José
Lázaro Hernández Sánchez, de 90 años que radica en la ciudad de Chiclayo.
Manifiesta desde niño su inclinación por la
lectura. Sus estudios primarios y secundarios los realiza en el Liceo
Aguirre, en la ciudad de Chiclayo. Sus mentores los señores Valiente,
lo instruyeron personalmente y animaron a proseguir con paso seguro en el
camino de las letras; sin embargo, desde siempre destacó en las matemáticas. Para seguir su educación
según los planes de su familia, continuó obedientemente sus estudios de
teneduría de libros, o contador mercantil, educación técnica en aquellos años.
Se esforzó por mejorar la situación de su
familia. A los 18 años ya laboraba llevando la contabilidad del “Estanco de
Sal” de Lambayeque, lugar donde se fue a vivir con sus padres y hermanos. Al
estar allí, el clima de la evocadora ciudad de Lambayeque, afectó su salud;
circunstancia que obliga a viajar a la tierra de sus ancestros por el lado
paterno; primero para nutrirse del saludable clima de San Miguel, y luego para
radicar por 56 años consecutivos de su fructífera vida.
Los trazos más destacados de su trayectoria
humana:
Reclinada sobre la semiplanicie, rodeada de
aquellas escarpas ondulantes colinas y caminos, cercados de pencas y eucaliptos
se halla San Miguel, provincia de Cajamarca, a donde llega Vicente Alberto, en
julio del año 1933, a los 23 años de edad - “mozo vivo de costa”- cómo él solía
decir. La adaptación a las costumbres y, sobre todo a las comidas en la tierra
de su progenitor fue inicialmente, complicada; sin embargo, gracias al cariño y
cuidado de su abuela Natividad y sus tías Francisca y Circunsición, que vivían
en el “barrio Zaña” (actual calle Alfonso Ugarte), logra avenirse a las nuevas
circunstancias y condiciones de vida.
Desde su
llegada intervino en la vida social y política de San Miguel, con sabiduría
asume el compromiso con su tiempo, con la sociedad que le tocó vivir. Labora como secretario del Concejo distrital.
Cuando ya es provincia es regidor hasta en dos ocasiones, luego Teniente Alcalde y Alcalde provincial. Se
desempeñó también como Jefe Recaudador de la Caja de Depósitos (hoy Banco de la
Nación). Asimismo, ejerció como Juez de Paz y Juez de Aguas.
A la vez que desarrolla buenas y duraderas
amistades; en un primer momento, con las personas que vivieron pero que no
nacieron en San Miguel, como son los Señores: Benjamín Bravo Llontop, natural
de Monsefú, Dr. José Urcia Lara, médico de la Posta, natural de Pimentel;
Armando Ballena, natural de Chepén, Carlos Reyes Illescas, natural del Callao;
Carlos Roncal, cajamarquino. Luego, se
hace amigo de distinguidos sanmiguelinos, con quienes comparte ideales y
vivencias, entre ellos mencionamos a: Sr. Arístides Ortega Cruzado (uno de sus mejores amigos); Sr. Jacob Novoa Malca; Sr. Alfonso
Barrantes Castañeda, Sr. Ambrosio Arias; Sr. Carlos Baca; Sr. Justo Quiroz; Sr.
Santos Burga León; Sr. Luis Malca Alvarado; Sr. Alberto Ríos Hernández; Sr.
Abdón Barrantes; Sr. Abdón Saravia; Sr. Santos Cieza; Sr. Manuel Quiroz Ortiz,
Sr. Santos Malca Ramírez; Sr. Nieves Ramírez Ventura; Sr. Javier Lingán, Sr.
Vicente Sánchez Arribasplata, Sr. Manuel Cruzado, Sr. Wilfredo León Plascencia,
entre otros.
Es probable que en la vida de Vicente se hayan
cumplido las teorías de los científicos, Lev Vigotsky y Jean Piaget, que en
resumen dicen: “El ser humano, desde su
nacimiento, se encuentra en una interacción constante con la familia y el
contexto social; por lo que, para desarrollar las capacidades intelectuales,
aptitudes y habilidades requiere el afecto, comprensión, atención y estímulo de
las personas que comparten sus aspiraciones, expectativas y metas”.
En este sentido,
es imprescindible destacar ahora, el invalorable apoyo de la Sra. Julia Herrera
Celis, su fiel compañera sanmiguelina, maestra ya jubilada, que a sus casi 99 años mantuvo viva
su lucidez y que falleció el 04 de Enero del 2014 en la Ciudad de Chiclayo.
Ella supo compartir con él, toda una vida (más de
50 años consecutivos) hasta su muerte, el 8 de octubre de 1989.
COMO
PADRE:
Vicente Alberto, fue un padre de una
combinación singular de razón y sentimiento, aquel que supo orientar y exigir,
pero al mismo tiempo supo amar a sus 13 hijos, a quienes seguramente, después
de haberlos regañado con severidad, lanzó sonrisas de cariño y de ternura.
Se recuerda que gracias a su esfuerzo, en la
casa familiar con frecuencia se escuchó radio para informarse; además se
implementó una biblioteca familiar con libros, periódicos y revistas de
actualidad nacional, predicando siempre con el ejemplo, la lectura. Producto de
ello resultan inolvidables las veces, cuando al calor del bullicio y
participación con sus hijos, se solía “debatir” la noticia del día, o un tema
en particular; tanto así, que parecían “la cámara alta y baja del Congreso”.
Testimonios:
La figura paterna se interiorizó en sus hijos,
de diversa manera, tal como lo testimonian las siguientes opiniones. Para Vilma y Lupe: “Fue un padre responsable;
asumió esta obligación desde su primera hija, hasta su última nieta, con amor y
ternura; cariñoso, pero poco expresivo, siempre celoso con sus hijas. Asimismo
se preocupó por desarrollar en ellos,
educación para la vida”.
Ena Jesús
recuerda, que fue “un intelectual respetable y un político reconocido”.
Por su lado Juan
expresa: “Fue el padre que supo orientar y llevar a su familia por los senderos
del bien; además dejó que sus hijos tomen sus propias decisiones, y cumplió con
todos”.
Según Julia “hay un hecho que trasciende la
vida de su papá Vicente, es la de haber asumido con interés responsable la
educación y formación de sus hijos, preocuparse por la consecución de la misma,
a dedicación exclusiva, facilitándoles los medios materiales y afectivos para
el logro de su profesión”. Recuerda con precisión: “Lo orgulloso que se puso
cuando recibió la copia de su título más un sello post firma de abogada;
confirmando así el resultado del esfuerzo de sus padres”.
Jaime por su parte dice: “Fue un padre querendón, recto, ordenado, intuitivo, audaz,
certero en sus decisiones, me enseñó que con el estudio todo se puede
lograr. De él aprendí que la verdad, la honradez y la responsabilidad, son
valores que me sirven para abrirme paso en la vida en la ciudad donde radico.
La inteligencia innata que poseía, hizo de él una persona de consulta no sólo en la familia, sino en el pueblo de San
Miguel. Su amor y cariño por nosotros lo demostró al darnos la formación que
nos permite destacar en las actividades que realizamos. Quiero que hoy esté
junto a nosotros, sus consejos me hacen falta. ¡Cuánto te extraño Papá!”.
Para sus nietos Quique, Gladys, Patty: “Fue el
Papá amoroso, protector, referente del seno familiar”.
Silvia dice: “Un modo de recordarte es que
permaneces vivo en nuestro cotidiano quehacer. Este es el mejor lugar para
recordar tus valores y darles una nueva vida con este homenaje: Valores como la honestidad, el
respeto, la dignidad y el cariño que de ti aprendimos”. “Nunca estuviste solo,
Papá: tus hijos, tu familia, tus amigos, compartimos hoy más que nunca tus
ideales, y esta noche nos hemos reunido para recordarte en tu valerosa
travesía, al igual que hace veintiún años, de proa al futuro con mucha fe, y
tras esta noche con renovado optimismo seguiremos tu impronta”.
Seguramente el devenir de Vicente como padre,
se sintetiza en el texto escrito por la Madre Teresa De Calcuta: "Enseñarás a volar, pero no volarán tu
vuelo. Enseñarás a soñar, pero no soñarán tu sueño. Enseñarás a vivir, pero no
vivirán tu vida. Sin embargo... en cada vuelo, en cada vida, en cada sueño,
perdurará siempre la huella del camino enseñado."
COMO EDUCADOR:
Fue autodidacta
permanente; su preclara inteligencia le permitió ser un hombre de consulta.
Laboró como profesor rural en Chuad y Llapa. De amplio conocimiento sobre
didáctica de la educación, leyes laborales. Integró varios jurados examinadores
en los Centros Educativos locales; cuando ésos eran designados entre personas
preparadas de la población.
El año 1961,
integra por primera vez - como Secretario - la Asociación de padres de Familia
del Colegio Nacional San Miguel. Años posteriores es elegido como Presidente de
la Asociación de padres de familia del Centro Educativo más importante de la
ciudad. Y es en ese entonces, cuando al informarse que un profesor del colegio,
decía con frecuencia a los estudiantes: “Salga de mi clase, no sirve ni para
chofer”, opta por preservar los derechos de los estudiantes, y logra que en la asamblea
de padres de familia, se sancionara las actitudes antipedagógicas de dicho
docente.
Sabido es que mente y materia no están
separadas, por lo que los humanos, podemos usar la mente subjetiva para influir
en el mundo objetivo. En ese sentido, Vicente mostró habilidades artísticas, participó en obras teatrales; fue un poeta
innato; supo aplicar el principio: “Lo físico es metáfora de lo psíquico”.
La creatividad e ingenio de JMOYA, seudónimo
que utilizaba con frecuencia, cuando de escribir poesía se trataba. Tiene
en su haber varias creaciones en poesía y letras ya musicalizadas como por
ejemplo: “Madre querida”; “La frazada perdida”; “Colegio de mis amores”.
Asimismo, desarrolló la habilidad para
bosquejar y dibujar; capacidad que le permitió ilustrar en el papel textos e
imágenes, mapas. Igualmente la destreza de cortar letras moldeadas con la ayuda
de las tijeras, lo puso de manifiesto en diversas ocasiones; una de ellas, en
la construcción de los nacimientos navideños de la familia.
En 1980, entusiastas jóvenes forman una
agrupación Musical, con la finalidad de participar en las Fiestas Jubilares del
Colegio San Miguel. A la consulta de ellos, Don Vicente les sugiere el nombre
de Grupo “AMAUTA” explicando las razones siguientes: “Amauta”, palabra que en
la sociedad inca significó “Sabio o Filósofo”, y segundo en honor a José Carlos Mariátegui, fundador de la
Revista Amauta, donde expuso con brillantés los problemas de la sociedad
peruana. Fundamentos que
convencieron a los jóvenes integrantes del Grupo.
Esta circunstancia sirvió también para que
escriba, con la creatividad que lo caracterizaba, una parodia
titulada: “COLEGIO DE MIS AMORES”, con la música del pasacalle
ecuatoriano, “Ambato Tierra de flores “, la misma que fuera estrenada en voces
del flamante Grupo “Amauta”; la noche del 13 de Junio de 1980, en la Verbena
por el Aniversario del Colegio San miguel; y cuyas letras dicen:
COLEGIO DE MIS AMORES
Colegio de mis
amores,
Nacional Mixto de
San Miguel
aquí en tus
aulas, los profesores
formaron mi alma
para bien,
y sus recuerdos
son los mejores
que guarda mi
alma de lo más fiel.
tus días gratos
recordaré por siempre
con gran cariño
al son de este gran coro
hoy que es tu día
de aniversario
te saludamos con
emoción
como Alma mater
de la cultura
de esta Provincia
del corazón.
Colegio digno y
brillante
Colegio grande te
quiero dar
la serenata dulce
y galante
que hoy te
mereces al celebrar
tu aniversario
tan rutilante
en la cultura de
este mi lar
Colegio eres Para
mí
el gran tesoro,
que allí bebí el
saber
que es más que
oro
que tu existencia
sea infinita
para el progreso de la nación,
que continúes
dando cultura
a SAN MIGUEL de
mi corazón.
COMO POLÍTICO:
En esta parte, la historia de vida de Vicente
Alberto, se pretende pasar del análisis
de la historia individual al análisis de la vida social. Es fundamental considerar que su
personalidad, temperamento y espíritu noble, no obsecuente, supo
sortear las ingratitudes y mezquindades dibujadas para impedir la
realización de sus sueños.
Puede decirse que practicó tres cualidades
decisivamente importantes como político: Pasión, Sentido de responsabilidad, y,
mesura. Pasión en el sentido de entrega apasionada y de servicio por un ideal.
Responsabilidad para que ese “ideal” guíe su acción. Mesura para saber guardar
la distancia con los hombres y con las cosas. Leal a sus principios, siempre crítico y directo si el caso lo requería;
preocupado por la unión y el incremento de los afiliados del partido en el que
militaba. Supo renunciar cuando notaba que la mística de hacer política, se
desviaba.
En 1975, el
gobierno militar de Francisco Morales, a través del Ministerio del Interior y
vía telegrama lo designa como Alcalde provincial. Sin embargo, luego de
participar la noticia a su familia, no acepta tal designación, demostrando con
ello sus principios democráticos.
Años más tarde,
importante testimonio registra, que en una capacitación compitió con
profesionales economistas, contadores, en la que luego de la evaluación obtuvo
la nota de 20. Gracias a este resultado, logra acceder al cargo de Jefe provincial de un Censo de
Población y del Censo Económico.
LA CREACIÓN DE LA PROVINCIA DE SAN
MIGUEL, y su decisiva participación:
Sin duda uno de
sus mayores sueños, hecho realidad, fue su amor por San Miguel. De allí que en
1964, Vicente Alberto Hernández Sánchez, al igual que los señores: Alfonso
Barrantes Castañeda y Arístides Ortega Cruzado, ponen “la vida” en este cometido. Solo ellos y sus familias
conocen en detalle, las horas dedicadas para el logro de la CREACIÓN DE LA PROVINCIA
DE SAN MIGUEL, protegida desde siempre por El Arcángel San Miguel. Este hecho
facto perceptible, nos debe enseñar a concebir el reconocimiento, sinónimo de
gratitud, como una necesidad universal que nos acompaña desde
la cuna hasta la tumba, es algo que vive y perdura en nosotros para siempre.
Vicente Alberto es elegido Alcalde provincial
de San Miguel, tras ganar las elecciones municipales el año 1986. Una de sus
primeras acciones fue construir la infraestructura para el Instituto Pedagógico
de San Miguel. Por ello, su gestión toma la decisión de ejecutar dicho
proyecto, en el terreno ubicado junto a lo que fue la plaza de Toros (hoy
Coliseo Multiusos); el mismo que según cuenta la historia, años atrás la
Municipalidad Provincial de San Miguel donara al Ministerio de Agricultura,
para la construcción de su agencia. Pero según la ley vigente: “cuando un
terreno donado no es utilizado para el fin cedido, pasado cierto tiempo,
revierte de nuevo a la institución donante”.
Por esta acción, tuvo que afrontar como
alcalde, un proceso judicial que le planteara el Ministerio de Agricultura; el
mismo que estuvo “atizado” por sus detractores, al más alto nivel político. Sin
embargo años más tarde, cuando él había fallecido, la Corte Suprema falló a
favor de lo promovido por su gestión municipal. Es decir, el terreno en
cuestión es el local donde funciona el Instituto Pedagógico ¿“Cosas de la
política”?, o ¿“paradojas de la vida”?.
Hacemos nuestro lo escrito por el poeta francés Honorato
De Balzac: “El amor no es solo un sentimiento. Es también un arte.”. Y esta
historia es un acto de amor, porque un padre, un educador, un político como
Vicente Alberto, nunca muere, simplemente se esfuma para
continuar enviando en su recuerdo, sus enseñanzas.
¡Cómo negar que
también el dolor es un sentimiento que todos lamentamos en señalada fecha del 8 de octubre de 1989!
fecha de su muerte.