Sunday, April 15, 2012

DEMETRIO QUIROZ-MALCA Poeta de la ternura / Víctor Hugo Alvitez


Víctor Hugo Alvítez Moncada

DEMETRIO QUIROZ-MALCA
Poeta de la ternura

“Es mi tierra San Miguel
muy hermosa y amada,
entre montañas, encantada
con fragancia de clavel”

SAN MIGUEL, tierra del poeta y maestro Demetrio Quiroz-Malca, está ubicada en la Región Cajamarca, en una de las estribaciones de la Cordillera Occidental de los Andes, plena de belleza y grandiosidad; un pueblo en plena falda del cerro Nihuilán, a 2 666 m.s.n.m. entre la majestuosidad de su incomparable y bella campiña, sus aguas cantarinas; gente laboriosa, hospitalaria y generosa, donde han nacido una pléyade de intelectuales, maestros, artistas y especialmente mujeres hermosas que dan lauros al arte del tejido candoroso, alegre, complejo y multicolor, herencia ancestral sobreviviente en tiempos de globalización.

“Nací en San Miguel de Pallaques (Cajamarca) en 1924, ciudad que abandonó nostálgico pero esperanzado luego de cursar estudios primarios en la antigua Escuela 73, imprescindibles para afrontar con humildad y decoro la vida. Era propósito descubrir nuevos horizontes y forjar su destino en otros lares, siendo la capital peruana el lugar elegido de esa quimera y lejana fecha, a la actual (1990), -decía el poeta- “no vencí como plenamente lo anhelé, tampoco creo que perdí; pues, para mi orgullo y felicidad, devine en poeta y profesor, en profesor y poeta, esencialmente. De suerte que en el ejercicio de estas singularidades, me di al estudio y al trabajo, también a la realidad y al sueño. Sobre todo, al conocimiento de mi humana raíz, nativa y universal, vale decir, a la cabal comprensión del hombre y del mundo. No me precio de haber alcanzado todo lo que soñé; empero, y vale el deslinde, como poeta obtuve algunos merecimientos que me honran: el Primer Premio de Poesía en el Concurso promovido por la Facultad de Letras de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM) en 1946; el Premio Nacional de Poesía “José Santos Chocano” (1955)”.
También se le otorgó la Medalla Cívica de la Ciudad de Lima (1986); se le declaró “Hijo Ilustre” por la Municipalidad Provincial de Cajamarca, designación acompañada de Medalla y Diploma de Honor (1989); Miembro de Honor de la Casa Nacional del Poeta, en atención a “su terca, callada incendiada obra poética que, como río ampuloso y sin estruendo, ha ido construyendo su excelente labor poética…” (1990).
Doctor Académico en Literatura, compartió los venturosos y juveniles años de miles y miles de alumnos, a quienes asistió a lo largo de 35 años de servicio en la educación peruana, en los Colegios: “Toribio Casanova” (Cutervo-Cajamarca), “Hipólito Unanue” (Lima), “Santo Tomás de Aquino” (Lima), “Felipe Santiago Salaverry” (La Victoria-Lima) y en la Universidad Nacional de Educación “Enrique Guzmán y Valle” (La Cantuta-Chosica); Inspector General de Educación Rural y Promoción Comunitaria (Canas y Canchis) en Cusco (1967-68).
 “Como poeta, he hurgado en la realidad y el sueño, en lo misterioso y fascinante, específicamente en el hombre y en el mundo. Como profesor, he compartido feliz –y comparto a través del recuerdo, hoy- la bulliciosa alegría de una juventud ansiosa de identificación y excélsior en el salón de clase que, para mí, es asimismo, otra forma de conquistar la vida”.
Ha dejado a la posteridad las siguientes publicaciones poéticas: Mármoles y vuelos. (1947), Tierra partida. (1948), Poesía (1951), Poesía (1956), Hacia la ternura. (1957), Poemas del ángel. (1962), Judas. (1965), Parábolas (1969), Oh ternura (1971) y Del mundo en que vivimos. (1990); entre otros inéditos que esperan ver la luz del horizonte.
Los estudios de Literatura Peruana y las principales antologías de poesía, no han soslayado su nombre sin dejar de asombrar su alta, límpida y pura lírica y el silencio con el que supo afrontar su vida y obra.
Luis Alberto Sánchez, en su monumental obra: La literatura peruana, derrotero para una historia cultural del Perú. Tomo 5, pág. 1579; sobre nuestro Poeta, anota lo siguiente:
“Demetrio Quiroz-Malca (1924) ha sido una estrella fugaz en la poesía peruana contemporánea. Sus dos primeros poemarios Mármoles y vuelos, 1947, y Tierra partida, 1948, anunciaban a un escritor poseído de una sed de perfección formal. Esa actitud persiste en el resto de su interrumpida obra. Agonía del amor (1951) y su colaboración en Poesía (1957) reiteran su barroquismo. En el último de estos libros, los sonetos de Quiroz-Malca marcan el paso de un poeta egregio, aquejado del rudo mal del perfectivismo, que es donde es tan fácil escollar. En realidad, alcanza allí, armonía de fondo y forma. Su silencio posterior podría ser efecto de aquellos prematuros logros. Aunque Poema del ángel (1966), reitere, al cabo de ocho años de total apartamiento de la literatura, la autenticidad lírica de Quiroz-Malca”.
Su tierra natal, no estuvo exenta en sus versos y ella será la sustancia y raíz de su estro creador. Dirigió la revista LA ANTARA Vocero sanmiguelino,  dedicada al lar nativo, andino, de cerca al cielo azul, desde donde ahora nos mira embelesado, nostálgico y romántico, desde 1991 que en Lima pasó a la inmortalidad y el recuerdo perenne. Aquí su silenciada voz y verbo de su último libro: Del mundo en que vivimos:

8

                                   Y lo hago, no sin antes 

echar una mirada a mi lejana infancia

cuando era yo

-me imagino por el color
de mi sueño-

            el hermoso girasol que besaba
con pasión el viento
y alimentaba de inefables alas
el rocío.

Cuánta luz debí beber
de sus castas fuentes, allá en mi pueblo
donde mi madre se vestía
de rubias mañanitas para tejer

            -con el candor de su inocencia
y adorable sencillez-

            el mantel largo para la Fiesta Grande
o para el Pan del Pobre.

            Cuánta luz debió colmar el Cielo
y las alegres farolas del amado mundo
que tengo en mi corazón:

            San Miguel de Pallaques, donde
aprendí a escribir amor en la Cantora…

            al tiempo que el destino empezaba
a arrancar, uno a uno, los pétalos
del entonces girasol que fui.

            Cuánta luz, evidentemente debió
encandilar los despreocupados
y hasta inconscientes días de mi infancia,

            en donde sí fulguran, perdurables
y grandiosos:
                       Mi Madre
                       Mi Pueblo
                        Mi Primer Amor:         

                                               “Dejo el mundo
                                                 paso a paso”

No comments: