Friday, May 22, 2020

Koko Shijam, El libro andante del Marañón, de Walter Lingán / Julia Wong




“Ahora, cuando la pandemia impacta fuertemente la Amazonía peruana, Julia Wong Kcomt escribe -para invitarnos a pensar en su geografía y su gente- este texto hermoso acerca de la novela Koko Shijam, el libro andante del Marañón, del escritor peruano Walter Lingán. Les invitamos a leerlo:
"Walter Lingán ha hecho un trabajo de médium como pocas veces he leído. No ha pecado, ni en comisión, ni omisión, sin ninguna intención preciosista ni de erudición y sin el miedo poético del deseo por lo absoluto. Así, como cualquier muchacho que vivió en Bagua y se enamoró alguna vez del entorno y sus muchachas, ha tratado de fotografiar cómo se encarna el río en un lenguaje legendario, transformándolo en Koko y luego, sin decirlo, pide la eternidad para ese paisaje, para ese espacio geográfico que incluye, agua, luna, cabeza, serpiente, mujer, sirena, peine, zapallo, barro y amor."

sábado, mayo 23, 2020
Crítica literaria hecha por mujeres






Koko Shijam, El libro andante del Marañón, de Walter Lingán


Del río su eternidad
Walter Lingán y su Biblia sobre Bagua o los misterios del Río Marañón.

…Desde entonces he regresado tres veces,
No he vuelto a comer pescado.
Hay un fino lodo en mi cuero cabelludo
Y se, por el olor de mi peine,
Que hay olor a rio en mi cabello.

Elizabeth Bishop (el hombre del río). Obra completa.

Una de las pocas poetas norteamericanas preocupadas por la geografía latinoamericana, específicamente la brasilera y, yendo aún más al detalle, por la región amazónica con sus embrujos fluviales, es Elizabeth Bishop. La poeta, con sus diligentes tratados transcendentales sobre el espacio que habitamos, nos hila una belleza y una filigrana de múltiples miradas al mismo río. Bishop se encarga de expresar a la naturaleza para afianzar lo esencial. Dicen que todo el trabajo de la poesía es trascender lo natural.

Conozco a Walter Lingán, quien no es poeta de oficio, pero que ha tratado de esculpir con enorme humor andino varios de sus textos novelados, también con la garra política que demuestran su militancia y sus simpatías por los menos favorecidos. Quizás en la actualidad la vida burguesa de un respetable médico educado en Renania del Norte-Westfalia le haya enseñado las pasiones del consumo, los artículos de ninguna necesidad y sobre todo el enorme valor de las diferencias pero, sobre ellas, él se ha quedado con el principio del arte como el único lenguaje mayor que podría calmar la sed de inmortalidad. Por lo que espero no caer en elogio fácil de los amigos que se leen entre sí.

Walter Lingán se decidió por la literatura hace mucho y, a punta de ejercicio, llegó (pienso yo, después de leer casi media docena de sus libros) que allí donde el alma de Walter trasciende justamente su primer asombro natural es en su libro Koko Shijam, El libro andante del Marañón, editado por La travesía Editora en Arequipa, Perú, el 2014.


En este libro, que puede parecer ameno y coloquial en la primera lectura, Lingán ejecuta su mayor acto de contemplación del río Marañón para llegar a lo esencial.

En Koko, como llamaré en forma abreviada al título extenso de esta alianza filosófica con sus raíces peruanas y la cosmovisión amazónica, Lingán demuestra que la pluma se le fue de largo y le convenció para decir todo lo que el Río Marañón hubiera escrito si las aguas tuvieran canales adecuados; si el río tuviera palabras combinadas con español y sobre todo pudiera hacer casi una mitología para la posteridad de las albricias que suceden en ese reino. Un reino del que apenas vemos un verde frondoso y recibimos noticias terribles, resultado de la mirada occidental sobre el devenir de las aguas que no se dejan controlar por agencias de periodistas (quienes nunca entenderían muy bien el lenguaje de la naturaleza).

Voy a recurrir a la biografía del escritor, cosa que casi nunca hago en mis breves ensayos, porque creo que vivir en Bagua le dio a Lingán, solo por esta vez, un lenguaje, un apasionamiento y una erudición que únicamente permite, a los iniciados, el gran amor de la sabiduría cósmica.

Es un libro que parece de lectura fácil, formula “hartos cuentitos”, como dicen en la tierra de origen de Lingán, pero en cada leyenda entripada en una eternidad necesaria hay más que historias, hay una antropología zoofónica (he leído alguna vez esta palabra  en textos de Internet y quizás resulte demasiado novedosa), pero se trata de entender de qué modo comulga el autor con todos los seres animados que serán descritos e irán cobrando vida a través de los capítulos.

Incluso la muerte de algunos o la extinción de otros, no es jamás desgarradora, accidental ni maldita. Ese tipo de Mal con mayúscula, a lo cristiano, no existe en la selva de Lingán. Existe un círculo de subsistencia que se genera y regenera constantemente a través de sus agentes vitales, ya sean humanos, masculinos, femeninos y se extienden al reino animal y vegetal. La transformación que genera el ciclo del agua. 

Es impresionante cómo los seres emergidos de las aguas van dibujando, con paciencia de recolector de insectos en medio de la penumbra, los adagios y entripados que la magia de un ser vivo tan tempestuoso y bendecido por los astros, como el río Marañón, va a dar a luz. Va a dar vida a un ser que se propone trascender a través de su quehacer seminal, pero sobre todo a través de sus historias, que subsumen el entorno natural hacia una proyección astral por medio de la palabra.

Walter Lingán ha hecho un trabajo de médium como pocas veces he leído. No ha pecado, ni en comisión, ni omisión, sin ninguna intención preciosista ni de erudición y sin el miedo poético del deseo por lo absoluto. Así, como cualquier muchacho que vivió en Bagua y se enamoró alguna vez del entorno y sus muchachas, ha tratado de fotografiar cómo se encarna el río en un lenguaje legendario, transformándolo en Koko y luego, sin decirlo, pide la eternidad para ese paisaje, para ese espacio geográfico que incluye, agua, luna, cabeza, serpiente, mujer, sirena, peine, zapallo, barro y amor.

Su cuidado gramatical, la entonación de las frases con una delicadeza de Mantra sacramentado, hacen de la lectura de Koko un viaje en medio del silencio frondoso entre Bagua, Jaén y otras aldeas.

Admiro el erotismo de Lingan, sus pinceladas cargadas de fáciles formas para encontrar el lenguaje del cuerpo y no llenarse de teorías generacionales sobre el cuerpo, el amor (sea del sexo que fuera necesario) y simplemente entregarse al enorme pacto con la vitalidad.

Koko no es Walter, ni es el Marañón, es del Río su eternidad.

Lingán, Walter. Koko Shijam, El libro andante del Marañón. La Travesía Editora, 2014.

Walter Lingán, es un escritor peruano, que vivió en la selva peruana durante su infancia. Es autor de los libros Por un puñadito de sal (Novela,1993), El lado oscuro de Magdalena (Novela,1996), Los tocadores de la pocaelipsis (Cuentos, 1999), La danza de la viuda negra (Cuentos, 2001), Oigo bajo tu pie el humo de la locomotora (Cuentos, 2005), La ingeniosa muerte de Malena (Cuentos, 2009), Un pez en el ojo de la noche (Novela, 2009), El espanto enmudeció los sueños (Novela, 2010). Koko Shijam, El libro andante del Marañón (Novela, 2014). Vive en Alemania.

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