Sunday, November 29, 2020

GRATA VISITA DEL TÍO FREJOLITO / Jorge Adolfo Ramírez Quiroz


GRATA VISITA DEL TÍO FREJOLITO

Jorge Adolfo Ramírez Quiroz*


Conocí al Dr. Alfonso Barrantes Lingán, en un almuerzo de confraternidad que tuvimos los sanmiguelinos residentes en la ciudad de Chiclayo, allá por el lejano 1984. El carismático político había llegado a la Capital de la Amistad en visita protocolar cuando era alcalde de Lima, y mi hermano Wilson Gustavo Ramírez Quiroz, (Pupo) era su edecán.

Era un día cualquiera de mediados de diciembre del año 1988, y en aquella ocasión teníamos un recreo de comida chiclayana con mi suegro, en esta hermosa ciudad.

Puedo recordar con mucha claridad que ese instante era minutos ante de las diez de la mañana, y nos disponíamos a abrir las puertas del negocio. Cuando de pronto - ¡Oh sorpresa! Veo bajar de un wolsvagen al Dr. Alfonso Barrantes Lingán, al tío Arístides Barrantes y a la tía Olga Arias. Después del recibimiento y los saludos formales los invité a tomar asiento en una mesa familiar y especial del negocio.

Es allí entre abundante salud y buena comida criolla, que empezó una conversación amena y familiar entre los integrantes de aquella mesa, en ese bonito recreo chiclayano.

- Sobrino Jorge - dijo el tío Frejolito - ¡Por favor, no abras tu negocio todavía!

 – Quiero comer tranquilo un buen ceviche contigo. - Además - prosiguió manifestando - he tenido muchos deseos de conocerte.

- Gracias tío Alfonsito - contesté - Yo también he tenido muchos deseos de conocerlo.

-Tío Alfonsito - dije más en confianza. Nos comeremos un cevichito. El gran político sanmiguelino aceptó con agrado. Precisamente ese día había conseguido en el mercado de esta ciudad cuatro lenguados muy frescos. Ordené a uno de los meseros del restaurant que mientras preparen el ceviche nos atendiera con cuatro cervezas para brindar con notable líder y referente de la política peruana.

- ¡Sobrino Jorge! -Dijo tío Alfonsito. Mientras saboreábamos el ceviche.

 - En muchos lugares he comido ceviche, pero créeme sobrino que como este ceviche nunca.

- ¿Qué pescado es? – Preguntó. Como tomar el primer vaso de cerveza con mucha sed. Se le notaba ese instante que estaba disfrutando de un momento familiar y con mucho agrado.

- Es lenguado tío Alfonsito – contesté. Mientras el Dr. Barrantes Lingán restregaba con ímpetu el ají, a su plato de ceviche.

- El ceviche es con ají sobrino Jorge – manifestó. Como tomar un buen vaso de cerveza.

 –Tío Alfonsito - dije nuevamente. Nos comeremos un sudadito de pescado.

- Con gusto sobrino – contestó alegre. Mientras el mesero estaba invitando cuatro cervezas más.

- ¡Sobrino Jorge! – Me hizo una confesión. ¿Sabes una cosa? - Cuando fui alcalde de Lima, lo primero que hice al llegar al Palacio Municipal fue averiguar en que unidad estaba trabajando Pupo, (Wilson) en él había pensado desde antes para que sea mi Edecán.  - Finalizó con el rostro color púrpura y mirándome fijamente a los ojos.

Hasta ese momento habíamos brindado varias veces, y con unas copitas demás, la charla se hizo más amena.

 - Sobrino Jorge - dijo nuevamente. Con Gustavo, tu padre, hemos estudiado de niños, yo mucho lo sentí cuando falleció porque lo estimaba bastante. Entonces la charla se tornó melancólica, también mencionó al tío Lolo que recién había fallecido, y preguntó por mis tías, las hijas de mi abuelo Lorenzo Quiroz.

Yo, me había quedado ensimismado contemplándolo, y pensaba en cuan humilde era. Tenía la honestidad, decencia y honradez, inherente a su grandeza de buen Sanmiguelino, y escuela para cualquier remedo de político actual. El Dr. Alfonso Barrantes Lingán era un señor de la política, y lo tenía frente a mí ese instante. Me pasó por la cabeza conversar de política. Pero, después desistí pensando que tal vez podía desaprovechar esta oportunidad de conversar de otros temas, como el familiar y de nuestro querido San Miguel. Mi hermano Wilson (Pupo) me comentaba de varias anécdotas. Cuando iban a almorzar, todos se sentaban en la misma mesa, edecán, sus seguridades y chofer, esa unidad que existía entre ellos, decía mucho de la gran calidad humana que tenía.

Estábamos bastante movidos por las cervezas que habíamos bebido, y la mañana pasaba de manera inexorable, ya era medio día y habíamos comido el sudado.

- ¡Sobrino Jorge me voy! – Dijo con ligera prisa.

-Tío Alfonsito – Le contesté. Ya están sirviendo el almuerzo.

- Sobrino Jorge - me contestó Abreviado y con ligero humor fino. Me voy porque me deja el avión. El avión salía de Chiclayo hacia Lima aproximadamente al medio día y estábamos sobre la hora.

- Pero, te prometo una cosa - dijo finalmente con ese buen humor que lo caracterizaba – Si me deja el avión, regreso para almorzar y tomarnos dos cervezas más. Nos despedimos con un fuerte abrazo, tal vez presagiando que esa sería la última vez que nos veríamos.

 

*ESCRITOR SANMIGUELINO

Cel. 980039288

Telf. 074237338.

Correo. jorgearamirezquiroz@hotmail.com

Chiclayo- Perú.

ALFONSO BARRANTES LINGÁN / Semblanza de Antonio Goicochea Cruzado

ALFONSO BARRANTES LINGÁN

Semblanza de Antonio Goicochea Cruzado

Por la impronta de la personalidad de Alfonso Barrantes Lingán, en la política nacional, la prensa peruana, recordará que un 30 de noviembre nació este singular líder.  Como pensamos, que ellos lo harán, principalmente desde el punto de vista político, nosotros pretendemos hacerlo como paisanos de un hombre que dio lustre a San Miguel de Pallaques. Por tanto, estos datos biográficos pretenden abarcar su vida familiar y lugareña, poco conocida por los no sanmiguelinos. Alfonso Barrantes Lingán, nació el 29 de noviembre del año de 1927 en la casa situada en la esquina de los Jirones “28 de Julio” y “2 de Mayo”, hoy esquina “Jr. 28 de Julio-Jr. Alfonso Barrantes Lingán”. Fue su padre el abogado Dr. Alfonso Barrantes Castañeda y su madre doña Peregrina Lingán Célis.

Sus estudios primarios los realizó en el Centro Escolar de varones 73, denominada después Escuela Estatal de Menores 82036 y hoy Institución Educativa “Manuel Sánchez Díaz”. Centro educativo donde también cursaron estudios Eduardo Orrego, sobrino de un sacerdote originario de Santa Cruz, que más tarde llegó a ser dirigente de Acción Popular y alcalde de Lima y Leonardo Torres, director de Teatro, esposo de Lola Vilar, sus condiscípulos.

Fueron sus profesores don Alejandro Medina Paredes, Raymundo Mondoñedo, abuelo del intelectual cajamarquino, Ricardo Ravines (El Pato); Salomón Cubas y Luis Malca Rodas.

Siempre recordaba a su Maestro Don Alejandro Medina Paredes, y de la “revuelta estudiantil” que promoviera cuando su mentor había sido detenido por la Guardia Civil, por su militancia aprista. Contestatario desde su niñez. Los niños fueron al puesto policial y abrazaron alborozados a su maestro. Los guardias quedaron gratamente sorprendidos por este gesto de solidaridad. Para alegría de los niños y del pueblo, su maestro, después fue liberado.

Sus condiscípulos le nombraron cariñosamente “Frejolito”. Éste, que sería su nombre de combate en la política, le vino porque de la tiendecita de artículos de primera necesidad, que su mamá Anita tenía en su casa, escogía frejoles pintados y retaba a sus amigos a jugar chanitos (canicas) con la exclamación de “¡arejoles! ¡arejoles! ¡arejoles!”; Arejoles, Frejoles, debió ser su apelativo, pero por su estatura pequeña, le nombraron “Frejolito”. A alguno de los siguientes amigos le debe el apelativo: Humberto Arias Cubas, Daniel Cubas Barrantes, Fortunato Rojas (Chiroque), Alberto Cubas, Abdón Barrantes, Arístides Barrantes, Alberto Córdova, Esteban Malca (El Gato), Reynaldo Quispe (El Panzón), Miguel Angel Mestanza de los Ríos y Demetrio Ramírez.


Siempre retornaba a San Miguel a pasar sus vacaciones de fin de año. En una de esas oportunidades fundó, en el ambiente del Teatro Fénix, la Juventud Aprista Peruana de San Miguel, que albergó a la juventud comprometida.

Sus estudios secundarios los cursó en el Colegio “San Ramón” de Cajamarca. Para ello pensionó en la casa de la señora Lucila Montenegro, en el Jr. 13 de Julio, frente a la antigua cárcel pública, a la vera del río San Lucas.

Sus estudios de Derecho, los cursó en la Universidad Nacional Mayor de “San Marcos”.

En sus retornos al terruño eran frecuentes sus noches de bohemia y serenata con sus amigos, como Galvarino Hernández, Félix Cubas, Carlos Cubas, Guillermo Guevara, Gonzalo Ascurra, Leonardo Torres, Jorge Torres (El Compadrito), Armando Cubas, Wálter Cruzado, Santos Malca (“Chimbalcao”) Fortunato Rojas y otros.

Los sanmiguelinos que iban a refrescarse con la chicha fresca que vendía doña Anita y, veían en el patio, colgado del balcón interior el poncho merino color raicilla, sabían que en pocos días Alfonsito llegaría a San Miguel. La mamá cuidadosa, ponía el poncho, al sereno, a que se le quitara el olor a naftalina, con el que lo ponía en su viejo baúl, a resguardo de las polillas. Ya en San Miguel, Alfonsito paseaba orgulloso con su poncho merino. Se identificaba, así, con los sanmiguelinos y con su mamita.

Amante del teatro, dirigía escenificaciones, en un ambiente que se había adecuado como “Corral de Comedias”, denominado pomposamente “Teatro Fénix”. Se recuerda la participación de las damas Emilia Hernández, Esperanza Lingán, Lucha Barrantes y Celia Lingán. Recordaba siempre la puesta en escena de LA DAMA DE LAS CAMELIAS, en que el papel de niño lo desempeñó Rafael Mestanza de los Ríos.

Por esos años los sanmiguelinos le llamábamos, con cariño y con respeto: Alfonsito. Nos enorgullecimos cuando a la muerte del poeta José Gálvez Barnechea, y en su calidad de presidente de la Federación de Estudiantes Universitarios del Perú, tuvo a su cargo el discurso de despedida. El alcalde de San Miguel, con acierto, instaló en las puertas del municipio, a todo volumen, el receptor de radio Lafayette, alrededor del cual le escuchaba una enfervorizada juventud, curiosa niñez y orgullosos apristas, (recordemos que ese entonces estos aparatos eran escasos y además funcionaban con pesadas baterías de camión).

 

Don Arístides Alfaro, sanmiguelino querendón de su tierra, había preparado estudios de factibilidad de la construcción de la carretera de San Miguel a Llallán. Todos estaban con él, porque nos uniría de manera rápida con la costa, incluyendo a don Arístides Ortega, tío de Alfonsito, que era dueño de la hacienda Yamalán, por donde debería pasar la vía. Ante el desmedido apoyo del hacendado al señor Alfaro, Alfonsito, desconfiado, por el aprovechamiento que hacían los potentados con las obras públicas, difundió un volante en el que manifestaba su punto de vista, entre los versos que recuerdo son:

Por un futuro de faro

los sanmiguelinos claman

la carretera de Alfaro

uniéndonos a la costa

 

Pero para nuestro bien

que se inicie en Llallán

porque si es de San Miguel

quedará en Yamalán.

 

Obvio que al tío Arístides, no le gustó.

Más recientemente, en la década del 70, con la colaboración de familiares y amigos residentes en Lima, presentó en el “Teatro Fénix” la obra teatral “En familia”, bajo la dirección de Manongo Lingán, de grata recordación entre los paisanos.

            En San Miguel era invitado a dar charlas vocacionales en el colegio secundario. En una de ellas manifestó estar decepcionado de la justicia en el Perú. Se comentó fuertemente la aparente incongruencia de un abogado, sutilmente sugiriendo a los estudiantes no escoger el derecho como carrera. Obviamente era la manifestación de alguien conocedor de la justicia en nuestro país y, en consecuencia, le dolía la cruel realidad jurídica de su patria.

            Cuando su padre, el Dr. Alfonso Barrantes Castañeda, estaba internado en el Instituto de Enfermedades Neoplásicas, en Lima, afectado de cáncer al páncreas; en su lecho de dolor era partícipe de la fluida conversación de su hijo con selecta visita, preferentemente familiares, amigos y diplomáticos de la órbita socialista. Su padre, murió en 1972.

            De los tragos, sus preferidos eran el vodka y el buen aguardiente.

Se definía como católico no practicante. Sin embargo, su profundo respeto a la religiosidad de su hogar, lo demostró cuando al instalar los servicios higiénicos en su añosa casa, exigió al amigo y técnico en gasfitería Alcides Alvitez, a que los tubos de desagüe dieran un caprichoso recorrido a fin de evitar cualquier deterioro en el oratorio que era por donde técnicamente debería pasar.

Cuando Alfonsito propició la formación de Izquierda Unida, un sanmiguelino, Elden Rojas Mestanza escribió estos versos:

ALFONSO ES UNIDAD

 

Limpio como el trigo de amasar el pan

modesto y fuerte como un poncho de hilo fino

suave y penetrante como el aire andino

defiendes a los humildes con afán.

Inteligente, sobrio y carismático,

sencillo y valiente cual titán

de San Miguel, el personaje más simpático

es su hijo: ALFONSO BARRANTES LINGAN.

 

Hombre de un pueblo que siempre te amará

hombre de una lucha que un día triunfará

eres la esperanza que al Perú grande lo hará

con una transformación total, todo cambiará.

Líder que no ambicionas el poder

tu sacrificio por unificar se esfuerza

conoces el secreto de vencer

sabes que la unión hace la fuerza.

 

San Miguel de Cajamarca, tu tierra

es feliz porque a ti te ha engendrado,

de amor y cariño te encierra

eres, otro hijo que ha triunfado.

Vivo ejemplo de las juventudes

por donde te miren, honesto eres tú

eres hombre de muchas virtudes

Alfonso ¡Eres el futuro guía del Perú!

 

Alfonsito, repetía con énfasis esta frase: He tenido la fortuna de nacer en San Miguel. Y su tierra lo ha honrado nombrado hijo predilecto, y el Instituto Superior Pedagógico lleva por nombre ALFONSO BARRANTES LINGÁN, también una calle lleva su nombre.

Muy respetuoso de las buenas costumbres, cuando en Tembladera, en la casa de su sobrino Teófilo Cruzado, en la sobremesa después de haber degustado un exquisito chupe de camarones y su plato preferido lentejas, esta vez con pavita; Lucho Castañeda, a la sazón regidor municipal por Izquierda Unida en ese distrito, buen cantante y guitarrista, a instancia de los presentes, empezaba a entonar una canción. Alfonsito, muy cortésmente dijo:

-Camarada, respetemos la mesa. Acto seguido, agradeció a los anfitriones y enrumbó a la sala y fue allí donde nos solazamos a los acordes de valses y marineras.

En los teatros limeños hay un palco, con varios asientos, reservados al alcalde local. Leonardo Torres y otros directores de teatro, referían que el único alcalde de Lima, que iba al teatro era el Tío Frejolito.

A veces hacía uso de un cáustico humor, como sabía que su teléfono, en Lima, estaba intervenido, por eso cuando algún paisano se comunicaba con él por este medio, le pedía que lo que dijera pudiera oírlo cualquiera, y le avisaba de tal situación, y acto seguido enviaba por el hilo telefónico:

-Saludos a mis amigos policías.

            Su sensibilidad y alto sentido amical lo ha demostrada innumerables veces. Muchos jóvenes fueron apoyados para conseguir becas para estudios en países socialistas. Cuando muriera su entrañable amigo Santos Malca Chimbalcao, se sintió profundamente dolido y, a la muerte del amanuense de su padre, al que los paisanos lo conocían como José Cunene, sufragó los gastos del sepelio.

Dos alcaldes sanmiguelinos tuvieron su apoyo político: Tirso Linares (Izquierda Unida) y Juan Quiroz Alcántara (Independiente).

Para lograr obras para su pueblo, influyó en el nombramiento en la presidencia de la Corporación de Desarrollo de Cajamarca, de su sobrino el Ing. Pedro Novoa Rojas. Ya que a través de esta entidad se podía asignar partidas para obras públicas. Así la carretera San Miguel-La Conga (Kuntur Wasi), recibió el apoyo económico para su ejecución.

La Primera Promoción del Colegio Nacional San Miguel, tomó el nombre de José Carlos Mariátegui y nombró como padrino a don Alfonso Barrantes Lingán, los trece alumnos de la promoción y la biblioteca del colegio, recibieron como obsequio sendas colecciones de diez libros de don José Carlos Mariátegui, en la colección de libros figuraban Los siete ensayos de interpretación de la realidad peruana, El artista y la Época, Escena contemporánea, entre otros.

En las últimas décadas, cuando no le sonreía ya el favor político del gran público, su círculo de amigos en San Miguel se había decantado; quedaban Teodoro Lingán y familia, Armando Cubas Montenegro, Santos Malca Ramírez, Fortunato Rojas, Abel Díaz, Alcides Alvites, Benjamín Malca, Emilio Armas y su primo Arístides Barrantes, con el que frecuentemente visitaba a su tierra.

            San Miguel, siempre ha estado orgulloso de este su hijo de talla excepcionalmente grande. Varias veces declarado en sesión de Concejo Municipal, “Hijo Predilecto”.

Afectado de cáncer al páncreas, fue a Cuba para su tratamiento, siempre apoyado y visitado por su amigo Fidel Castro. Allí murió Alfonsito, en Cuba, su Cuba querida, en olor de multitud, y queda en el corazón de su no menos querido Perú y de San Miguel.

Los Pisadiablos nos decimos orgullosos de ser paisanos de Alfonsito.

* Fotos Archivo Pisadiablo: 1, 2, 3 y 4.

Thursday, November 19, 2020

19 de noviembre: Día Internacional de la Muje rEmprendedora

 

La recuperación económica de nuestro país depende de todos y todas. Por eso fomentamos la participación de la mujer y el impulso de emprendimientos femeninos. #DíaDeLaMujerEmprendedora Juntos, #SomosAyuda.