SAN MIGUEL, LA TIERRA DEL TEJIDO
Miguel Ugaz Montenegro
Revista Mundo Empresarial
Cámara de Comercio y Producción Cajamarca
San Miguel de Pallaques es una apacible ciudad ubicada a 150 km de la ciudad de Cajamarca, llena del encanto de su arquitectura y de su paisaje incontrastable, tiene en su incomparable iglesia matriz dedicada al Arcángel San Miguel, el “Pisadiablo”; un monumento único del tamaño de la virtud de su gente y es capital de provincia desde el 29 de septiembre de 1964.
Por su origen, anteriormente se llamó Chondal y fue habitada por hábiles personas que fueron componiendo la “Qallwa”; un telar de compleja armazón compuesta de diversos palitos entrelazados en la extensión de los hilos y complementada con accesorios funcionales para tejer una gran variedad de piezas. Chondal, como hoy San Miguel; tuvo un gran intercambio cultural y comercial con otros pueblos del norte peruano y del Ecuador, intercambio que ha resultado progresivamente en el fino acabado de los tejidos. Muestra también de este intercambio es que los nombres de los palitos y demás componentes de la Qallwa, importantes para tejer las “labores”, provienen de cuatro idiomas: el Den (un idioma local), el Muchik, el Culle y el Quechua. Solo hay que imaginar cuan bulliciosas, coloridas y alegres habrán sido aquellas ferias en los diversos pueblos donde se intercambiaban los tejidos por otros productos y que, como ahora en el Ruraq Maki o durante la fiesta patronal de septiembre, cuenta con la presencia de la tejedora sanmiguelina como protagonista. La Qallwa entonces, es más que un telar, es un símbolo de esa integración e intercambio de los pueblos.
La Dra. Haydeé Quiroz Malca, destacada intelectual sanmiguelina quien radica en México, se ha encargado de realizar las investigaciones que han culminado con la publicación en El Peruano de la Resolución N° 211 – 2019 – VMPCIC – MC que declaró a los “Conocimientos, Técnicas y Prácticas Asociados a la Producción de Tejidos en Qallwa” o simplemente al “Arte Textil Sanmiguelino” como Patrimonio Cultural de la Nación. Este logro se “urdió” hace casi cuatro décadas de impecable labor, ha sido celebrado el 11 de enero con la presencia de la Ministra de Cultura y de autoridades de nuestra región y que han puesto a San Miguel y sus tejedoras en los ojos del Perú y ojalá con el tiempo, del mundo.
Es el momento para reconocer la labor de la mujer sanmiguelina que en el campo creó los coloridos pullos (una manta utilizada para transporte de productos o la crianza de los niños), las alforjas, las frazadas, los ponchos y los fondos (una falda que las mujeres utilizan debajo de su vestimenta típica) y en la ciudad fue creando chalinas, chales, caminos de mesa, toallas, servilletas, individuales para las mesas, fajas, los ya famosos ponchos de chalán y actualmente telas. Este legado ha sido y es reconocido por la finura del hilo, generalmente de algodón mercerizado, con el que se tejen las “labores” y por su gran valor simbólico y estético que puede muy bien incursionar en el mundo de la moda. Actualmente las tejedoras se han congregado en asociaciones para poder mantener este legado y poder comercializar su arte textil en las diversas ferias comerciales, hoy requiere de una adecuada promoción, presentación y puesta en valor.
Esta declaratoria representa una oportunidad para seguir descubriendo el potencial cultural de esta hermosa provincia que puede beneficiar al turismo y a la producción. Aún falta investigar y poner en valor al Castillo de Cochán, las ruinas de Miravalles en Niepos, la producción cafetalera de La Florida, los lácteos en Catilluc, Tongod y Agua Blanca, los sombreros de palma de Sayamud, la Festividad Patronal de septiembre entre otros. La cercanía de San Miguel con Cajamarca y la costa norte debiera constituir un destino turístico atractivo y vivencial.
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