XXI.
4° Encuentro de Escritores y Artistas Sanmiguelinos "FORTUNATO ROJAS
CABALLERO - JUAN MENDOZA ROJAS DEL PERU" - ¡Reviviendo el Teatro!
04
de Nov. 2016.
EL TRINO DE LOS ZORZALES
EN SAN ANDRÈS DE LLAPA
(Escribe Consuelo Lezcano)
Llapa, óleo de Ever Arrascue
Desde Cochán Bajo con un pie en la media noche y en
el uno de la madrugada, en a afectuosa casa de Alipio Barrantes Becerra, el
nuevo día levanta al cuerpo caminante y doña Vila atiza el fogón para dotarnos
de un buen mate de cedrón y de cachangas del trigo de agosto.
Callejones vestidos de flores y hierbas para
ramoneo de los animales reciben a los pasos que entre piedras, cascajo y
resbaladeras enrumbarán hacia Llapa. Mi guía, un adolescente de ojos zarcos,
atisba el culebreo de la ruta y entre conversas y conversa nos dirigimos a las
colinas. El cielo es un trigal de estrellas y la luna se enseñorea en la
concavidad de azul intenso.
Yerbabuena, Tambo, Agua Dulce, El Molino: Ojos
atentos en estos atajos. En los potreros el ganado rumia pacífico de bullicio.
Un tuco rompe la quietud con su fúnebre música, el cuerpo se escarapela
tenebroso, se estiran los pasos para evitar el canto del más allá.
Cuesta de Llapa, lengua afuera, tosiendo de cansancio,
templanza de peregrina andariega, puesta a prueba en esta espalda de ascenso
caprichoso.
“El camino del cielo está siempre empedrado”. Este dicho tiene valor en esta escalera fragosa, donde hasta los párpados
de los ojos se vuelven virolos tratando
de hallar una ruta menos dificultosa.
-
Avance, avance oiga –me dice el guía. Manos sobre
la cintura, el corazón un tambor de marcha militar, las piernas obedecen a
medias en estos pasos de cangrejo. Esta debe ser “La cuesta de las comadres”
del cuento de Juan Rulfo, o la subida de Cansacaballo.
Tras obligarme a proseguir por entre las pencas y
sugares de Pampaverde, llegamos a los manzanos: ¡Música! ¡Música! ”Sierra de mi Perú, Perú del mundo, / y Perú
a pie del orbe, yo me adhiero¡” (César Vallejo). En los atléticos
eucaliptos y en los frondosos alisos gorjean los zorzales a todo buche. Es un
canto esencial, único, terreno, agrícola, labriego. El campo trina de verdor,
saluda a la mágica aurora. Me siento sobre una piedra musgosa y en mis
cajamarquinos oídos una orquesta pajaril brinda su sinfonía emplumada.
-
Nos vamos hacer tarde, el carro nos va a dejar –me recuerda
Wilton el guía. Llegamos a los Manzanos y luego a la carretera: Llapa con sus
tejados rojos y pardos, sus pastizales, su serena quietud, su gente, la más amable y amistosa de
la región nos recibe. Pájaros de cantar,
Pájaros transitivos, y orejones(…) / no escucharé ya desde mis hombros / ejecutar
sus dianas de animales… (Vallejo).
Los zorzales conversan con dulces notas y con más
ternura que en otras lides del Perú en San Andrés de Llapa. Yo, Consuelo
Lezcano, me dejo habitar espiritualmente por este homenaje musical.
Llapa y sus históricos Cinco Arcos
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