DÍA DE LOS DIFUNTOS
Según la tradición Sanmiguelina y Cajamarquina,
desde doce del día del 1 de noviembre hasta el mediodía del día 2, las almas de
los difuntos andan sueltas y vienen a saludar a los familiares vivos.
En las casas suelen levantarse altares de ofrendas
con los alimentos preferidos puestos sobre una mesa, una vela encendida y una
cruz. Al pie se esparce ceniza para observar a la mañana siguiente si el
difunto ha dejado huellas a su llegada.
Nuestras amistades cuentan que. Entre las ofrendas
estaban los molletes, panes roscas y galletas que se preparaban con
anticipación, había que amasar y hornear el pan, también se hacían los bollos
para las niñas, y los toros para los hombrecitos. A un pedazo de masa le poníamos
hollín de la tronera del horno y así teníamos los cabellos para los bollos y
toros y nos sentíamos felices de hacerlo.
El 2 de noviembre. Día de los difuntos en el
calendario católico, los campesinos acuden al cementerio, visitan y rezan en
las tumbas de sus seres queridos. Los llevan coronas hechas con flores de papel
de seda y tela, ramos de flores naturales y encienden velas. En cientos de
sepulcros Sanmiguelinos se celebra una ceremonia familiar e íntima que consiste
en la limpieza de la tumba, el retoque de la lápida, el rezo de oraciones con
velas encendidas y la entrega de las ofrendas al alma del difunto.
La familia almuerza el fiambre que ha llevado un
plato de cuy, tamales, humitas, cancha y otros potajes tradicionales. Existe la
creencia de que el alma acude y comparte con los presentes las conversaciones y
el almuerzo al aire libre A ella le trasmiten sus vicisitudes, alegrías y
tristezas, hemos venido a visitarte taitito, te saludamos todos tus hijos, te
dejamos este pancito, madrecita ahora que bajas del cielo
.
El ritual se complementa con los rezadores, que hacen responsos funerarios con velas y agua bendita. Según la creencia, este acto alejara al difunto del purgatorio. Como recompensa, el rezador recibe en el sombrero frutas, panes y comidas.
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El ritual se complementa con los rezadores, que hacen responsos funerarios con velas y agua bendita. Según la creencia, este acto alejara al difunto del purgatorio. Como recompensa, el rezador recibe en el sombrero frutas, panes y comidas.
Saludos paisanos.
Antonio Correa
Malca
Fotos: Elmer Rodas Cubas
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