EVER ARRASCUE:
UN PINTOR DE SAN GREGORIO
Melacio Castro Mendoza
Artista EVER ARRASCUE ARÉVALO
Durante los
primeros días de julio del 2015, tuve la oportunidad de ser invitado –por
primera vez en el Perú– por la Asociación Provincial de Escritores de San
Miguel de Pallaques (APESAM), a un encuentro de escritores, poetas,
escultores y pintores. En medio del abanico de sus actividades, tuve la
oportunidad de conocer e intercambiar algunas experiencias personales, sociales
y artísticas, entre otros, con Ever Arrascue Arévalo, hijo natural del distrito
de San Gregorio de Mozique, un lugar a cuyos campos le debo parte de mis
orígenes y de mi identidad. Al encuentro organizado por APESAM me acompañó mi
esposa, Annette Maria Luise Seyfarth-Castro Mendoza.
Ansioso de
conversar con Ever, mi esposa y yo lo visitamos en su residencia de Lima, hacia
fines de julio. De paso, conocimos a su señora, Sonia Estrada Melgarejo,
natural del distrito de Quinuabamba (provincia de Pomabamba), Ancash. La pareja
resultó siendo de un gran valor artístico. Él y ella son pintores sin jamás
entrar en negativas competencias. Entre ambos predomina, más bien, la
colaboración mutua de sello andino. Padres ambos de dos niños, ¿cómo hicieron
para crear un fabuloso arte plástico? ¿Hay tarea más difícil de ejercer en el
Perú que ser mujer y al mismo tiempo, ser artista plástica? Francisco Izquierdo
López, uno de los maestros plásticos más importantes del Perú, alguna vez
advirtió a Sonia sobre la dureza de nuestra realidad, diciéndole: “Que tus
hijos no sean una carga para no hacer arte; al hombro tus hijos y a pintar
mucho”. Aquel consejo se completó con una observación: “Hay miserables que nos
quieren ver sin obra”. Mientras fueron pequeños, Sonia Estrada cargó a sus
hijos e hizo, junto a su esposo Ever, una excelente obra pictórica. Habrá
espacio y oportunidad suficiente para hablar algo más acerca de su trabajo.
¿Cuántos miserables
imposibilitaron la emergencia de artistas en San Gregorio, tierra de Ever y
también mía? En lo cultural, ni en otros campos de nuestro quehacer social,
nuestra región no fue tratada con amabilidad que se merecería ni por la Colonia
ni por la República. En sus ansias por hacer, vía oficial y en favor de sus
círculos poderosos, solo fortuna y más fortuna, ambas terminaron semejándose.
William Shakespeare ya lo dijo: “Fortuna, gran ramera,/con pobres no se
esmera”. Ever Arrascue Arévalo es una primera excepción plástica de nuestro
terruño. Pintor identificado con el Perú profundo, sus cuadros reflejan un
robusto estilo de realismo expresionista. Su espíritu y sus manos pensantes
captan gentes y paisajes bien logrados sobre lienzos que resuman una
sustanciosa y alta técnica al óleo. Mientras en una visión general me entregué
a observar su obra, un abanico de colores de nuestros campos andinos cruzados
por caminos silvestres que conducen a pueblos caracterizados por una
arquitectura elemental, mi espíritu se fue nutriendo de la fuerza telúrica y
social que ellos emanan. Muchos de sus motivos me recordaron a los expuestos ya
por José Sabogal, Mario Urteaga, Andrés Zevallos, Juan del Carmen Villanueva
Rodríguez (el autodidacta “Bagate”), Rodolfo Atalaya –entre otros pintores
cajamarquinos– junto a los cuales Ever Arrascue Arévalo brilla con su propia
luz y su fineza.
Escritor Melacio Castro Mendoza, muestra orgulloso uno de los cuadros de Ever Arrascue.
Sin
quererlo, pensé: cuando uno vive lejos del Perú, no todos los días puede ver en
directo la geografía que hizo posible la emergencia de nuestras grandes
culturas: la cuismancu, la muchik y la inca –entre otras.
¿Llevarse un cuadro suyo para junto a mi mesa de trabajo tener a la vista, como
aliento, a la tierra que alimentó parte de ni niñez y juventud? En Alemania,
incapaz poder ver y oír diariamente, asimismo, a mis guitarristas andinos
favoritos, Raúl García Zárate y Manuelcha Prado Alarcón, mi esposa es mi mejor
testigo: invité a uno y a otro a Essen, y con Manuelcha en especial, en plan de
degustación de sus conciertos, me desplacé a cerca de un centenrar de ciudades
germánicas. Gracias a ello aprendí que en el campo musical, ambos guitarristas
poseen corazón y manos que piensan, recogen y expresan nuestra autenticidad,
elemento esencial que caracterizan sus logrados acordes. De idéntica manera,
Ever Arrascue Arévalo acopia con amor las ensenadas y las llanuras de nuestra
tierra, el modo de vida de sus humildes trabajadores cercanos a sus apus
(montañas sagradas), a sus ríos, a sus calles citadinas y a nuestro océano. Sus
obras, además, anudan ritmo, variedad, unidad, profundidad y psicología.
Conocedora de mi propia psicología, mi esposa se adelantó a mis propósitos:
adquiso un lienzo y gracias a su iniciativa, nos llevamos a Alemania uno de los
más preciosos tesoros producidos por Ever Arrascue Arévalo, a quien tengo ya
–de algún modo– alojado con mucho cariño en la sala de mi apartamento,
contándome a punta de pincel la historia de una de mis caminatas que él nunca
vio y que sin embargo, por intuición, expuso. Gracias a él me veo aun niño en
compañía de mi mamá Juana Mendoza Novoa, sombrero y trenzas largas de cabello
azabache ella, vestida con su blusa azul y su falda granate, llevándome de la
mano, vestido yo con mi camisa blanca y mi pantalón beigs, camino de cruzar un
pueblito de San Gregorio, en cuyo fondo se vislumbra nuestro imponente y
ampuloso cerro Killón. Los colores impregnados en su cuadro me permiten aspirar
mañana a mañana el aire puro que mi paisaje andino, pletórico de vegetación y
de aromas desprendidas de la tierra y de las flores, como el uchuko, es capaz
de despertarme placeres y dolores.
Aunque el
Perú oficial todavía no lo ve ni lo descubre, Ever Arrascue Arévalo ha hecho
exposiciones pictóricas en Alemania, en la Ciudad de México y en San Luis de
Maranhao, Brasil. Muy oportuno, el gobierno de Evo Morales le ha otorgado en
Bolivia el Grado Honorífico de Embajador Universal de la Cultura.
Melacio Castro: imágenes que retornan al lar amado, vigente, ancestral.
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MELACIO
CASTRO MENDOZA.- Nació
el 5 o el 23 de diciembre de 1947, en Caín, un caserío ubicado en la provincia
de Chepén, al norte de Trujillo (La Libertad).
Sus padres, don Víctor Castro Julca y
doña Juana Mendoza Novoa, ambos de los campos de San Gregorio (San Miguel de
Pallaques/Cajamarca), cuando él nació, acababan de emigrar a Caín.
Su origen familiar andino, su vida en
el campo peruano y su travesía de país en país por América, primero, y después
por Europa, se refleja en casi toda su prosa.
Estudios:
1.- Estudios primarios: Escuelas de
Caín y de Pacanga. Secundarios: los tres primeros años en el colegio Instituto
Nacional Agropecuario No. 19, de Chepén, y los dos últimos, en la Gran Unidad
Escolar “José Andrés Rázuri”, de San Pedro de Lloc. Universitarios: Universidad
Nacional de Trujillo (UNT), La Libertad, Perú, y en la Universität Duisburg-Essen
(UDE), Renania-Westfalia del Norte, Estado de la República Federal de Alemania.
2.- Docencia: Docente en diversas
instituciones, entre otras, el Arbeiter Wohlfahrt de Essen, Alemania.
Bibliografía (Autoría):
I.-
Poesía:
1.- “Remembranzas”.
2.- “La Montaña Errante” (2010).
3.- “Batallas y Sueños de Uchku Pedro”
(descripción de las luchas libertarias de Pedro Pablo Atusparia y Pedro Pablo
Cochachín, en 1885): 1969/1998/2010.
4.- “Malú: Tierra Adentro y Tierra
Afuera”, segunda mitad 2012.
5.- “Mis Campos y mi Pueblo”, 2013.
II.-
Prosa:
1.- “Mi República Ignorada. I Parte”,
(Autobiografía, 2000- 2005).
2.- “Las buenas intenciones” (novela):
1971- 2015.
3.- “El Hombre de Rupak Tanta”
(novela), primera mitad 2012.
4.- “Crónicas de Amor y de Muerte”
(relatos, abril-septiembre 2014).
5.- “Tres en uno (Caín, San Gregorio y
Essen)”- octubre 2014/diciembre 2015).
III.-
Investigaciones sociológicas:
"Staat und Soziale Klassen in Perú", Selbstverlag München, Germany,
1986, único libro publicado en idioma alemán.
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