Señor Doctor ABRAHAM BURGA HERNÀNDEZ
Dr. ABRAHAM BURGA HERNÀNDEZ, en su natal San Miguel.
Mi querido Papi, mi cholito San Miguelino. Hombre de Corazón noble,
fuiste un gran médico, un excelente cardiólogo, un padre ejemplar, un lindo
abuelo, un gran amigo y maestro que tocaste la vida de muchos. Tantos recuerdos
vienen a mi mente. En mi niñez fuiste mi héroe y de tu mano aprendí a explorar
el mundo. De adolescente, con mucha firmeza me guiaste y apoyaste. De adulto te
convertiste en mi amigo y mi fan número uno.
A tus seis hijos nos pusiste alas y siempre nos repetías: les he
puesto alas, de cada uno depende volar como AGUILA o como GALLINA. Y teniendo a
la mejor águila como ejemplo, como no aprender a volar alto. Como el gran
maestro que fuiste, me incentivaste a conquistar el mundo, y a pesar de estar
km de distancia siempre estuvimos juntos: tus cartas, tus textos, tus llamadas,
tus videos llenaban mis días de alegría.
Fue un gran honor poder estar contigo siempre, especialmente al final.
GRACIAS por darme el honor de estar a tu lado los últimos meses de tu estadía
en esta tierra. GRACIAS por que dejaste que te cuide, te cambie, te alimente.
GRACIAS por que compartiste tus ultimas inquietudes y dolencias conmigo. ME
QUEDO con el más lindo recuerdo de cuando tomabas mi mano muy fuerte, me
acariciabas el rostro y con una Mirada dulce me llamabas por mi nombre. GRACIAS
por haberme dado el honor y la satisfacción de estar contigo hasta el final.
De ti aprendí que la sencillez y la humildad nacen del Corazón.
Aprendí que los sueños se conquistan con esfuerzo y dedicación. Que las
experiencias y no las cosas son las que nos llenan de alegrías y
satisfacciones. Que la paz interior y dignidad viven con nosotros cuando
actuamos con honestidad y nos respetamos a nosotros mismos y a los demás.
Te vi conquistar tantos de tus sueños. Uno de los que más te lleno de orgullo y satisfacción personal fue el ser el decano fundador de LA FACULTAD DE MEDICINA HUMANA DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL PEDRO RUIZ GALLO.
El 23 de febrero abriste tus alas y volaste alto, muy alto hasta donde
Mama, tus otros seres queridos y amigos te esperaban.
¡PADRE MIO, DIOS TE GUARDE EN SU
REINO!
DECANSA EN PAZ.
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