“BOBACHÒN”,
LA BOHEMIA Y YO.
PPgalvez
“Porque no han de saber que te amo
todavía”…
Aunque he cambiado el final de la estrofa, la esencia del amor
fraternal que te tengo, no varía.
“Amar y vivir”, una de las canciones favoritas tuyas, para terminar
una serenata y una de mis favoritas para escucharla en tu voz e interpretación.
Seguiremos caminando por las calles de nuestro pueblo, en sus noches
de luna de plata y de estrellas sin fin.
Buscaremos balcones y techos, para decirle el amor a una amada o para
expresar el amor a nuestro querido San Miguel.
“Ya no vamos onde aquella”, ¿di?
─ “Hace tiempo se mudó pa Lima”. Me decías…
“No importa hermano, no importa… Allá todavía vive el recuerdo de una
“mi antigüedad”… y nos reíamos recordando al flaco Oscar…
Caminaremos buscando a Tirso, a Huguito Pérez o a los hermanos Rodas.
¿Y si no los encontramos?...
─ “No importa Pepito… Los
dos ya somos mayoría”
Todavía no acabo de pasar el sorbo amargo de la noticia.
Todavía no me repongo de mi tristeza.
Ese día amanecí triste sin razón aparente, tarareaba el pasillo “Sombras”,
ese que algún día lo cantaban, el Cuyejo
y el Machazo. Si, Jorge Tirado y
Jorge Castañeda…
“Cuando tú te hayas ido.
me envolverán las sombras,
cuando tú te hayas ido
con mi dolor a solas”…
Llamé a mi amigo Víctor Hugo, para saludarle por Navidad y aproveché
para preguntarle, si sabía algo de ti.
Me agradeció el saludo y me dijo que solo sabía que no estabas muy
bien de salud y terminó diciendo, “tan pronto sepa algo de inmediato te llamo”.
No pasaron ni diez minutos y me llamó mi primo Marcelo y me dijo de tu
deceso.
Me quebré, no lo pude evitar, a través del teléfono él se dio cuenta y
me dijo lo siento mucho primo.
Volví a llamar a Víctor Hugo y le pedí que lo verifique. Llamó a San
Miguel y luego me confirmó el suceso.
Mi tristeza se ahondó y no sabía que hacer…
Veía que todos escribían sus condolencias. Escuchaba el doblar de las
campanas y los niños que corrían con la noticia y a ti.
A ti todavía te veo con la guitarra en la mano cantando… “Que triste y que penoso, se vuelto mi
existir”…
San Miguel está de duelo
sube Canchero a la
torre,
sube ligero a tocar
y que doblen las campanas
con su tristeza infinita,
se ha marchado un hijo ilustre
se nos ha ido Bobachón.
Era el zorzal del pueblo
el amigo singular,
era siempre predispuesto
a cantar de corazón.
La nostalgia, el recuerdo,
el amor y la pasión,
ya no tienen su vocero
se ha marchado Bobachón.
Todo es triste, todo es duelo
en mi pueblo San Miguel,
se ha marchado un hijo ilustre
se ha ido Bobachón.
Las campanas están doblando
mi pesar no tiene fin,
te queremos, te extrañamos
mi querido Benjamín.
Chicago, diciembre 2018.
Fotos: Víctor Hugo Alvìtez / “Pis@diablo”
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