Daniel
Cubas Romero
DIME RECUERDO ¿CÓMO TE LLAMAS?
Algunos de mis recuerdos los he tendido
en el cordel,
para que el viento sacuda los tormentosos sueños
que suelen acompañarme, perseguirme e intentan hablar
por ello le he pedido a la ventisca, se los lleve lejos donde vive el sol.
El tendal hecho de soga de cabuya entrelazado
lo encontré con un aroma a medio concluir,
agrietado como piel transitada de dolor
con la mirada ciega abrazada de soledad
carentes de ternura, sin belleza que se pueda dibujar.
Tan solo me he quedado con un recuerdo reciente
un recuerdo que tengo entre manos y suspira
lo llevo conmigo y siempre le pregunto su nombre
pero no me sabe, no me quiere contestar.
A pesar que lo llevo bajo sombra, le enseño mis caminos
y escuchamos juntos el cantar de los tordos
el susurro de la tarde cuando se dispone a retirarse sin despedirse
cuando besa los ramajes de un viejo sauce llorón.
Ese único recuerdo que llevo en el pecho
se parece tanto a ti, tiene tu sonrisa, tu mirada
tu forma de hablar y cuando se enoja cierro los ojos.
Llevo siempre conmigo ese único recuerdo
pero si no me quiere o no me sabe decir cómo se llama
me quedaré sin recuerdos, porque aquella soga de cabuya
la abrazará con la mirada ciega envuelta de soledad
carente de ternura, sin belleza que se pueda dibujar.
para que el viento sacuda los tormentosos sueños
que suelen acompañarme, perseguirme e intentan hablar
por ello le he pedido a la ventisca, se los lleve lejos donde vive el sol.
El tendal hecho de soga de cabuya entrelazado
lo encontré con un aroma a medio concluir,
agrietado como piel transitada de dolor
con la mirada ciega abrazada de soledad
carentes de ternura, sin belleza que se pueda dibujar.
Tan solo me he quedado con un recuerdo reciente
un recuerdo que tengo entre manos y suspira
lo llevo conmigo y siempre le pregunto su nombre
pero no me sabe, no me quiere contestar.
A pesar que lo llevo bajo sombra, le enseño mis caminos
y escuchamos juntos el cantar de los tordos
el susurro de la tarde cuando se dispone a retirarse sin despedirse
cuando besa los ramajes de un viejo sauce llorón.
Ese único recuerdo que llevo en el pecho
se parece tanto a ti, tiene tu sonrisa, tu mirada
tu forma de hablar y cuando se enoja cierro los ojos.
Llevo siempre conmigo ese único recuerdo
pero si no me quiere o no me sabe decir cómo se llama
me quedaré sin recuerdos, porque aquella soga de cabuya
la abrazará con la mirada ciega envuelta de soledad
carente de ternura, sin belleza que se pueda dibujar.
No comments:
Post a Comment