¡MADRE!
Al abrir la puerta del corral, veía los capullos del rosal que se abrían a la luz de la vida, los girasoles se levantaban y giraban al sol. Las hojas de los helechos y las enredaderas con sus flores encendidas trepaban las paredes de adobe, los tuples mostraban sus maduros y anaranjados frutos y la yerbaluisa del rincón, emanaba su aroma en toda la casa.
Tus alumnos venían a saludarte, te pedían tizas para que jueguen rayuela y hagan sumas en la vereda.
¡Madre! los recuerdos crecen
los luceros relucen
tus abrazos se agrandan
nuestros corazones se agigantan
Eres río que recorre la aurora
entre cantos y luceros
alumbras violentamente
los colores ardientes de mi memoria
tu amor de pan y fogón perpetuo
define mi camino
moviendo mi alma
en tu alma despierta.
Hoy 15 de febrero, mi madre Elva Arévalo Hernández, estaría cumpliendo 93 años.
Siempre estás en mí, querida mamá.
Óleo sobre lienzo, 54 x 65 cm.
Ever Arrascue.
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