Arquitectura patrimonial cajamarquina
MATERIAL Y PROCEDENCIA
Conocedores de la técnica, el clima y las características físicas de
su entorno, los constructores de la arquitectura civil doméstica y
patrimonial de Cajamarca, utilizaron materiales naturales y fáciles de extraer.
Como en la mayoría de asentamientos coloniales, los cimientos fueron
elaborados con piedra y cal: "piedras de río" de grandes dimensiones
en la parte más profunda y "piedras de cerro" varios centímetros
sobre la superficie del suelo. Se construía así considerando la protección del
muro en los periodos de abundante lluvia. La cal era extraída de yacimientos
situados en los caminos a Otuzco y La Encañada.
En los muros predominó el adobe -elemento modular de tierra cruda
(rica en arcilla), paja y agua; secado al sol-. Estos adobes eran de grandes
dimensiones: el largo variaba entre 60 y 85 cm, el alto 10 cm y el ancho 40 cm.
Se continuaba el proceso constructivo con tierra cruda, paja y agua tanto en el
mortero (con el que se aseguraban unos a otros), como también en el enlucido.
Posteriormente se encalaba o enyesaba y finalmente se pintaba. La tierra se
extraía de los alrededores del asentamiento y se valoraba más la tonalidad
rojiza proveniente de Namora.
Se usó traquita -roca volcánica- en fachadas, bases de ventanales,
arcos, poyos de zaguanes, escaleras de escasos pasos y bases de columnas en
corredores. Este tipo de roca se extraía de Huambocancha Alta, Pariamarca y de
la actual salida a la costa. Se revestían los pisos con canto rodado y lajas de
un tipo de caliza de coloración llamadas "piedras azules", que
actualmente proceden de Pariamarca y Celendín. Sobre alguna variación en este
tipo de pavimento, la arquitecta y estudiosa de la casona cajamarquina Adriana
Scaletti (2013) afirma:
"Algunos autores señalan que en las casas de los mineros
prominentes los cuadros de cantos rodados y lajas eran reemplazados por otros
fabricados con los fondos convexos de las botellas en las que se transportaba
el azogue". (p. 130) indica también: en las viviendas declaradas como
patrimonio no hay indicios de pavimentos con estas características; si bien han
existido, con los años, se han perdido.
Construyeron con madera las estructuras de techos, entrepisos y balcones;
con cedro: columnas y escaleras, con capulí: umbrales de puertas y ventanas y
con caña y maguey mejicano: cubiertas y dinteles de menor importancia.
con caña y maguey mejicano: cubiertas y dinteles de menor importancia.
Colocaron cañas y carrizos sobre la estructura de madera de los
tejados, luego mortero de tierra cruda y finalmente tejas de arcilla cocida;
las viviendas más humildes debieron tener techos de paja. Una particularidad de
la arquitectura patrimonial cajamarquina son los aleros muy amplios para
proteger la construcción de tierra durante la época de lluvias.
Las ventanas se cubrieron con vidrio recién en el siglo XX, antes se
empleó madera, esteras de caña o simplemente barrotes./xchs.
Fuentes:
ARC. (S/F). Destrucción y reconstrucción 1 [Fotografía] Archivo Regional de Cajamarca.
ARC. (S/F). Destrucción y reconstrucción 2 [Fotografía] Archivo Regional de Cajamarca.
ARC. (1880). Casa esquina Tarapacá y Junín [Fotografía] Archivo Regional de Cajamarca.
Chávez. X. (2019) Colocación tradicional de piedra azul [Fotografía] Archivos fotográficos de Al Rescate de Caxamarca.
ARC. (S/F). Destrucción y reconstrucción 1 [Fotografía] Archivo Regional de Cajamarca.
ARC. (S/F). Destrucción y reconstrucción 2 [Fotografía] Archivo Regional de Cajamarca.
ARC. (1880). Casa esquina Tarapacá y Junín [Fotografía] Archivo Regional de Cajamarca.
Chávez. X. (2019) Colocación tradicional de piedra azul [Fotografía] Archivos fotográficos de Al Rescate de Caxamarca.
Scaletti. A. (2013). La casa
cajamarquina arquitectura, minería y morada (siglos XVII y XVIII). Lima, Perú:
Fondo Editorial Pontificia Universidad Católica del Perú.
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