“28 DE MAYO, DIA INTERNACIONAL DE
ACCION POR LA SALUD DE LA MUJER”.
Rosa Castañeda Gamarra
Cumplimos 32 años, desde que la Red
Mundial de Mujeres por los Derechos Sexuales y Reproductivos, propuso el 28 de
mayo como “DÍa Internacional de Acción por la Salud de las Mujeres” a
conmemorase cada año como fecha de movilización y demandas.
Promocionar la salud de las mujeres es ir más lejos de las campañas y
los servicios de salud tradicionales, hay que sumarle los factores, sociales,
económicos, políticos y culturales que determinan el acceso a sus derechos,
principalmente los derechos Sexuales y Reproductivos. En esta fecha proponemos
continuar la reflexión sobre estos temas prioritarios para ellas, en tanto son
las juzgadas, estigmatizadas por el ejercicio de su sexualidad, en tanto ellas
en su mayoría llevan en la espalda el peso de la anticoncepción ya sea hormonal
o con dispositivos intrauterinos, que a muchas las molestan y fallan; ellas
cargan con las alegrías y las penas de los embarazos ya sean deseados o no;
ellas sufren las consecuencias de los partos y cesáreas que no son un lecho de
rosas; ellas sufren la travesía, el estigma, la explotación y hasta la muerte
por abortos inseguros e ilegales, mientras que en el 70% de países ya es legal;
ellas sufren por el hijo que no llega tras múltiples intentos de tecnología
reproductiva dolorosa y costosa; muchas de ellas asumen la carga de sacar
adelante a sus hijos e hijas en soledad y vulnerabilidad. Nada de esto les
compete a la gran mayoría de los hombres de nuestro medio, salvo las honrosas
excepciones. Por eso, la ¡Nuestra lucha continúa!.
La esencia de estas demandas, consiste en no seguir dejando que las
mujeres tengan que seguir pagando con el deterioro de su salud o con vida el
ejercicio de su sexualidad y su reproducción, mientras los gobiernos junto a
los grupos fundamentalistas de poder como los Estados Unidos y el Brasil
prefieren invertir en las armas y en la desertificación de la Amazonía.
Vivimos un siglo del apogeo de la tecnología y a la vez de los vacíos
existenciales. Nunca tuvimos tantas religiones y/o sectas, que han reducido la
espiritualidad a una mercancía de consumo, disputándose los adeptos,
haciéndonos recordar que la religión tiene una fuerza legitimadora en las
políticas de los imperios que ofrecen sentido y plenitud de vida, pero en el
más allá, en el cielo, en el limbo. También lo nuevo de este siglo es que
producimos tantos bienes inútiles para llenar nuestros vacíos existenciales y
de empleo, porque ya somos tantos humanos inventando algo en que ocuparnos,
parece que el consumismo exagerado que nos toca vivir, se manifiesta también en
el consumismo de las creencias que corremos el riesgo de terminar volviéndonos
descartables, dejando nuestro destino, nuestra historia, en manos de los
representantes terrenales de dioses y diosas.
¿Que salida tenemos? no soy un ejemplo
para nadie, tampoco estoy sola en esta apuesta por la vida que está en muchos
hombres y mujeres que buscamos un sentido de la vida desde otro lugar, en el
lugar de lo cotidiano, de las interrelaciones humanas de cada día, de los
encuentros que comparten memorias, dolores y alegrías comunes, que atraen los
cuerpos…en los bellos sentimientos de afecto, en el arte, en la poesía, en la
ternura, en la acogida. Desde una ética anticonsumista y ecológica, diríamos
que no debemos ser esclavas y esclavos de las propagandas exageradas de ningún
tipo, ya sea de salud, belleza, confort, etc. Y del punto vista religioso
buscar algo semejante, simplemente mantener ese sentido de comunión y respeto
entre todos los seres del universo, elementos que contribuyen enormemente a
disfrutar de una buena salud.
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