Daniel
Cubas Romero
LA FIESTA DE MI PUEBLO
Mes de septiembre donde los días se tiñen de color y alegría. Paseante va por sus calles una fe encendida, que en cada esquina acordes musicales matinales suelen abrazar al visitante. El retorno al pueblo querido donde tantas primaveras han pasado, la higuera dio sus frutos y el ave fue anidando en todas las ramas del eucalipto de la chacra de la abuela Carmen. He regresado para reencontrarme con los amigos de antaño, a recoger el hervor de las risotadas adolescentes en medio del patio del Colegio San Miguel. He caminado con el recuerdo de tantas noches de serenatas, he pasado por tu calle por debajo de tu balcón en los claros de luna de romance. Regreso entusiasmado a la antigua casa de mi niñez, desempolvando las sillas de madera alrededor de una mesa extensa, que hoy fue adornada con manteles de hilo, por las virtuosas manos de mi anciana madre, tan bella en sus palabras color orquídea. Verla sonreír al estar rodeada de sus hijos grandes, es una ternura de Dios que nos regala en el palpitar de todos los días. Me he acercado al Arcángel San Miguel, besando mis rodillas con las manos levantadas en mis rezos, implorando, que no desaparezcan las costumbres de mi pueblo. Que las casas se mantengan con sus balcones de geranios, con paredes gruesas de abobe y llegar a encontrar a los escondidos biombos de tela que adornaban la entrada de tantos hogares. Mes de septiembre donde los días se tiñen de color, unas lágrimas tiemblan en mi rostro porque cada día quiero más a mi tierra y la distancia que me tocó vivir, acostumbro transitar por el patio de mis sueños convirtiéndome en un mishquichador luego de hacer hervir tantas veces el hueso de res regalado. Me siento correr descalzo como un moltoncito por la banda, por el puente de Calicanto hasta llegar a mojar los pies repletos de travesuras en el río Puclush venido de las alturas. Yanga le he dicho a la neblina porque sé que saldrá el sol y me bañaré de tanta belleza acumulada en los horizontes, de los sembradíos amplios de arveja y los verdes extensiosos maizales.
Foto@rte Pisadiablo
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