Homenaje a Prof. MARCELO YECKLE
SERRANO (3)
MARCELO EN
SU VIAJE SIN RETORNO
Antonio Goicochea Cruzado
Yo era un niño que vivía junto a la
casa de don Vitalicio Yeckle, vecino nuestro, que a mi padre le llamaba
Sampacho, por ser sampablino, y a mis hermanos y a mí los sampachitos. Adolfo
Marcelo, también nos llamaba así. Él era el segundo hijo de don Vita, como
cariñosamente le llamábamos y de doña Natividad Serrano (doña Nati), los demás
fueron Manuela, Emelina, Vitalicio, Juan y Mónica. Digo esto para evidenciar la
cercanía de nuestra relación.
Por tanto, conocíamos sus habilidades, buen futbolista y basquetbolista excepcional, pero también de sus locuras: En una oportunidad en que visitaba San Miguel, la compañía de teatro itinerante “Figueroa y los hermanos Herry”, y que realizaban escenificaciones de la Pasión de Cristo, en el Teatro Fénix, pero también números de acrobacia, presentaron “El hombre candela”, en que uno de los del elenco, salía al escenario ardiendo en llamas, pero al segundo se apagaba y lucía vigoroso su esbelta figura. Marcelo había visto como lo preparaba el artista y quiso imitarlo y en una sala de la casa enfrente de las nuestras, de doña Filomena Vera, replicó el número; pero como no había calculado la cantidad de alcohol que se echaba al cuerpo, en realidad se estaba quemando, menos mal que una de las asistentes, de manera muy ágil, jaló una manta que hacía de decorado y lo cubrió, salvando al artista en ciernes. Como consecuencia de ello, un buen tiempo le llamamos “el hombre candela”. Otra vez casi se rompe la crisma al caer de la reja de su camión.
Marcelo, también era buen “chofer”, y acompañaba a su padre, y a Chaplín, el conductor oficial, manejando a veces “El Obrero”, un camión mixto con el que don Vitalicio transportaba mercancías de Chepén a San Miguel y viceversa.
Cariñoso y amiguero, a todos los nos brindaba confianza. Con sus familiares se deshacía en halagos y apapachos.
Fuimos compañeros en la primera promoción “José Carlos Mariátegui” del Colegio “San Miguel”. Fue también, el abanderado de la escolta.
Marcelo era nuestro ídolo deportivo, aunque sus hermanos Vitalicio y Juan, también eran buenos deportistas, nos inclinábamos por él.
Se tituló de profesor de educación física y trabajó en el Colegio San Miguel, allí, por su don de gentes y dedicación pedagógica fue muy estimado por los docentes y alumnos. Con su ejemplo y habilidades docentes, formó buenos discípulos, que siguieron a su maestro.
El 1968, llegó a trabajar en San Miguel, la profesora Virginia Aniceto, de la que se prendó y la conquistó. Con ella contrajo nupcias y llegaron a tener dos hijos: Sandra y Luis Alberto.
Esposo dedicado y padre amoroso, soy testigo de las atenciones que hacía a su esposa y retoños. Los cuidados que ponía al alistarlos para que sus niños acudieran limpios y puntuales a la escuela; para pasearlos por el parque y alrededores del pueblo; y, para acudir a misa los domingos. Abstemio, “Rara avis” en San Miguel, en que los círculos de amigos siempre empinábamos el codo.
Pasaron los años y el matrimonio fijó residencia en Trujillo,
Designios del destino hicieron que aquel cuerpo vigoroso fuera afectado y cayera postrado en silla de ruedas y en cama. Fue allí en que Virginia, Sandra y Luis Alberto, le devolvieron las atenciones que ellos en su oportunidad recibieron. Cubrieron a Marcelo, con la mayor y mejor de las atenciones, haciendo que su enfermedad fuera menos agobiante. Hoy que Marcelo ha emprendido el viaje sin retorno, eso debe servirles de consuelo. Marcelo, has fallecido después de aportar con tus saberes al bienestar de la sociedad. Ya no se escuchará tu firme voz, pero ella quedará en oídos, mente y corazón de quienes de ti gozaron y hoy por ti, lloran. Te recordarán en tu traje deportista, ágil en tus desplazamientos, que en el baúl de los recuerdos quedarán.
Hoy, sin embargo, tu esposa e hijos estarán aprendiendo a sobrellevar el duelo y a vivir sin su querido Chelo. Para ellos; y, para Manuela, Vitalicio y Mónica, hermanos que lo sobreviven, y demás familiares, nuestras más sentidas condolencias.
Foto 3. Prof. Marcelo Yeckle Serrano, en desfile de
promociones con compañeros integrantes de primera promoción "José Carlos Mariátegui"
por Bodas de Oro del Colegio Nacional Mixto “San Miguel” – 2010, hoy IEP. “San Miguel”.
Foto: Víctor Hugo Alvìtez Moncada.
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