Thursday, February 18, 2016

UNA HISTORIA OLVIDADA: EL VIEJO PUEBLO ‘SAN MIGUEL DE CATAMUCHE’ EN CAJAMARCA. (Tercera parte) / José H. Rodríguez Villa



UNA HISTORIA OLVIDADA:

EL VIEJO PUEBLO SAN MIGUEL DE CATAMUCHE EN CAJAMARCA

(Tercera parte)



José H. Rodríguez Villa



Artículo presentado en el XI Congreso Nacional de Geografía, Geografía, Desarrollo y Sostenibilidad Territorial: enfoques, políticas y estrategias, Cajamarca, del 5 al 7 de Octubre de 2015.



V.       LA POLITICA DE REDUCCIONES Y EL PUEBLO DE SAN MIGUEL DE PALLAQUES



Lo que se plantea a continuación tiene el carácter de propuesta inicial; una suerte de hipótesis que hemos construido basándonos en documentos coloniales de archivo y otras fuentes secundarias. Esta información, de hecho, tiene que ser ampliada y contrastada con mayor detenimiento; sin embargo, hasta hoy, los indicios que hemos encontrado son lo bastante sugerentes como para fundamentar una primera aproximación a la etapa más antigua de San Miguel de Pallaques, en el momento que fue formado por los conquistadores españoles. No obstante es seguro que quedarán aún sin resolver varios puntos, tarea que corresponderá a un acopio futuro de información   a partir de investigaciones en los campos de la Etnografía, la Historia y la Arqueología.



Pienso que, aunque remota, todavía está la posibilidad de recurrir a la memoria de los viejos, a la tradición ancestral que como un seco cordón umbilical aún nutre nuestra identidad  y  nos  vincula  al  pasado  histórico.  Hab que  preguntar.  Tal  vez  queda  un registro oral, un escrito, que den cuenta del viejo pueblo de San Miguel.



La Arqueología nos puede evidenciar si, cerca o en el actual sitio de Catamuche, aún quedan los vestigios de la antigua población que lograron establecer los españoles en su primer viaje hacia Cajamarca. Una vez encontrada y develados sus restos habrán nuevos elementos para afirmar o desestimar nuestra idea.



En la actualidad el sitio de Catamuche es un área agrícola poblada por pocas y dispersas familias  campesinas.  Se  comunica  a  la  capital  provincial  por  medio  de  una  trocha carrosable que dirigiéndose hacia el oeste recorre unos diez kilómetros hasta llegar al pequeño caserío de Yamalán, en plena ladera que desciende en la banda derecha de la quebrada de Nitisuyo. Yamalán y Catamuche están uno al lado del otro; comparten límites y una historia común de haber sido pequeñas haciendas tradicionales trabajadas bajo el sistema de aparcería. A partir del año 1970 estas áreas fueron parceladas por sus propietarios y vendidas a sus mismos partidarios”, cuyos descendientes  actualmente trabajan y conducen las tierras.



Visité pidamente Catamuche y Yamalán en julio de 2015 con el objetivo de sondear sobre su historia local y la memoria de un probable pueblo viejo. Pero poco se puede obtener en tan poco tiempo y cuando los habitantes están tan dispersos. Sin embargo, conversé con algunos pobladores que viven junto a la escuela de Yamalán. Uno de ellos, don Gilberto Becerra Mondgón de 68 años, señaló algunas pistas interesantes. Cuando niño servía al patrón en la entonces hacienda de Yaman; una de sus tareas era cuidar el ganado. Con este propósito recorría diariamente las áreas de pastos y los montes que quedaban sin cultivar. Ahora recuerda que en ese tiempo vio que en el llamado cerro El Gentil” había claras huellas superficiales de un pueblo antiguo expresadas en “calles” y restos de construcciones que parecían haber sido hechas con ladrillos. El área del referido cerro se vislumbra a un kilómetro aproximadamente hacia el sur de la vivienda de don Gilberto, en los límites con las tierras de Catamuche. Dice que hoy esos restos ya no están; fueron desmontados cuando este espacio fue incorporado a la agricultura.



De haber existido, como refiere nuestro informante, los restos de un antiguo pueblo en las inmediaciones  del  cerro  indicado,  éstos  quizá  correspondieron  al  poblado  hispano fundado por Pizarro en 1532 o a la llacta indígena que existía al momento de su llegada a estos lares. El nombre mismo de “Gentil parece más aludir a un poblado prehispánico; pero quizá fue aquel con cuya población se formó el nuevo pueblo con trazo español y que tomó el nombre de San Miguel de Catamuche.



Fotografía 1. Cerro El Gentil visto desde la escuela de Yamalán. 2015.


 



En otra fecha no muy posterior visité el mismo cerro El Gentil”. Caminando entre cultivos de trigo y arveja a punto de cosechar llegué hasta la cima del promontorio en donde el cerro se corta en violenta pendiente con dirección a los predios del caserío La comunidad, en el lado sur. El área, seca y de reducida extensión, se inclina en pendiente moderada hacia el lado norte de la montaña hasta llegar a los lindes con otros campos de cultivo y la trocha carrosable que une Yamalán con el contiguo caserío de Tayapampa. Es verdad que aquí ya no quedan más huellas visibles de construcciones que hoy puedan evidenciar la existencia de un poblado. Sólo están los grandes montones de piedras que los cultivadores han formado de trecho en trecho para dar espacio a sus siembras. Probablemente son las mismas piedras que antes formaron los muros y cimientos de antiguas viviendas.



Pero es seguro que en este mismo lugar hubo un asentamiento prehispánico. Lo muestran los abundantes restos de cerámica superficial que se visualizan sobre el suelo y entre la yerba seca de toda la loma del cerro. Como se ve en las siguientes imágenes, se trata  mayormente  de  restos  de  cerámica  utilitaria,  gruesa,  de  superficie  tosca  y  sin decoración. Pocos pedazos corresponden a cerámica más fina, cuyo material, fondo y decorado parecen vincularse con la cerámica característica de la Cultura Cajamarca.



Fotograas Nº 2 y 3. Restos superficiales de cerámica, cerro El Gentil, 2015.


 



En cuanto al sitio Catamuche no sabemos a la fecha si en algún lugar de él sus pobladores identifican los restos de alguna población antigua o guardan la memoria sobre ella.



Finalmente, con ánimo de avanzar en el rastreo del antiguo pueblo de San Miguel, la investigación histórica se una fuente importante de información. En el Archivo Regional de Cajamarca y otros similares es posible que se encuentren documentos que permitan seguir la pista del pueblo de San Miguel a través de su pasado más lejano.



Queda pendiente, pues, esta múltiple tarea para tiempos posteriores. Por hoy sólo presentamos los primeros avances. El interés no es cambiar la historia de San Miguel sino precisarla y enriquecerla develando los sucesos que marcaron sus inicios como población colonial.



Fotografía 4. Cerro El Gentil avistado desde Catamuche.


 



En la parte baja de la foto aparece la explanada de Catamuche. De haberse formado en la zona, como se propone, una población hispana, este lugar deb ser el más adecuado para ello por su suave relieve y amplitud.



La fundación española de San Miguel de Cajamarca



Está ya establecido por la Historia que el pueblo español de San Miguel fue fundado durante el recorrido de Pizarro y sus compañeros hacia Cajamarca. Sin embargo, no hay precisión sobre el lugar exacto ni la fecha en que esto ocurrió, pues las fuentes que hemos revisado no se han detenido a detallar este acontecimiento, presentándose algunas controversias entre ellas incluso acerca de la ruta que habría seguido la expedición conquistadora en su camino hacia Cajamarca11.



Al respecto pienso que la palabra de Raimondi es la más autorizada para determinar el recorrido que siguió la hueste de Pizarro hacia su encuentro con Atahualpa. Este autor basa sus afirmaciones en los datos que brinda el cronista Jerez12  y en el conocimiento cercano que tuvo de las tres rutas entre la costa y Cajamarca porque las recorrió personalmente: vía Trujillo por Cascas, por el valle Jequetepeque y por el río Saña, por lo cual pudo afirmar con seguridad que Pizarro sigu su marcha por la quebrada de Saña donde dejó el camino de la costa subiendo a la sierra por el que pasa por la actual Nanchó



Dice Raimondi13:



he aquí el camino que siguieron los espoles; llegados al valle de Sa , descansaron en un pueblo cuyas ruinas se notan a una media legua de la actual población que lleva el mismo nombre del valle14. En este punto dejaron el camino que seguía por la costa y continuando hacia arriba por la quebrada de Saña, llegaron, , al pie de la sierra donde reposaron un día antes de empezar la subida. Este punto correspondería con las ruinas de un pueblo que se observan a una legua antes de la hacienda Nanchó. Desde allí empezó la áspera subida a la fortaleza ubicada en media cuesta; allí paró el gobernador a descansar y comer; de allí fue a dormir a otro pueblo. El gobernador se aposentó aquella noche en aquel pueblo en una casa fuerte, cercada de piedra labrada…



“Desde este punto ya no es posible seguir con precisión el camino recorrido por los espoles en su marcha a la ciudad de Cajamarca, pues los antiguos historiadores no nombran un solo punto o lugar que pueda arrojar luz y servir de guía para trazar el itinerario ...



Sin embargo, siempre siguiendo a Jerez, contia Raimondi señalando que desde aquí siguPizarro subiendo hacia la parte más alta en las cumbres de la cordillera, donde pernoctaron.  El  intenso  frío  de  la noche  obligó  a  que  los  viajeros armen  sus  toldos  de algodón para protegerse. Continuaron al siguiente día el camino para ir a dormir en un pueblo situado en un valle. No es difícil comprender que el lugar frío donde pernoctan los espoles  corresponde  con  las  cumbres  altas  que  dividen  las  hoyas  de  los  ríos  Sa  y Puclush, y que el pueblo donde fueron a dormir al otro día debía quedar en la quebrada de este último río, tal vez en el mismo punto donde se halla la actual población de San Miguel … 15



No se conoce la fecha exacta en que Pizarro arribó a las inmediaciones del lugar donde después fundaría San Miguel, ni cuánto tiempo se quedó aquí16. En todo caso debió ser entre los días 10 al 11 de noviembre, las dos fechas probables que los historiadores asignan a la formación del pueblo.



El conquistador llega a los lares del actual San Miguel luego de un largo trayecto que lo trajo desde la recién fundada ciudad de Piura, lugar de donde partió el 24 de setiembre17; lo que significa un viaje de alrededor de un mes y medio por tierras desconocidas, atravesando parte de la sierra y varios valles de la costa norte, aunque, según Cieza de León18, en el trayecto no sufrieron desabastecimiento de alimentos pues los depósitos incas aún vigentes les proveían de todo lo necesario. Según el relato de Raimondi, en particular el tramo final entre el pueblo de Collique y la quebrada del Puclush resultó muy agotador para los españoles tanto por lo quebrado del camino como por la tensión a que estaban sometidos ante el miedo constante de ser atacados por el ejército de Atahualpa. Sin embargo, a la luz del probable itinerario que propone el Instituto Geográfico Nacional, parece que, al contrario de lo que afirma Raimondi, el viaje de los españoles en este tramo fue muy rápido19.



El cronista Jerez dice que, frente al feliz suceso de no haber recibido ningún ataque por parte de los naturales, salvo algunos encuentros con los emisarios de inca, Pizarro interpretó este hecho como el resultado de la acción protectora del Arcángel San Miguel de quién era fiel devoto.



Es de suponer que el trayecto que siguieron los españoles en su mayoría corresponde a la ruta de los caminos prehispánicos que, en varias direcciones, atravesaban el amplio territorio del ps, vinculando entre a numerosos pueblos o llactas y tambos20.



El paiteño Moya Espinosa (1994) incluye en su libro el mapa que el Dr. Alejandro Miro- Quesada y Garland21 elaboró para señalar la posible ruta seguida por Pizarro en el tramo entre Olmos y Cajamarca. Al parecer, el derrotero seguido por este camino en tierras cajamarquinas seguiría la dirección de un trecho del Qhapac Ñan, el mismo que ha sido registrado  en  los  últimos  años22   y  que  atraviesa  la  actual  provincia  de  San  Miguel. Siguiendo este camino y al llegar a una de estas llactas que ya existían en el valle del Puclush, es que posiblemente Pizarro se queda a descansar; aprovechando su estadía para,  sobre  las  bases  de  su  estructura  y  con  su  población,  llevar  a  cabo  la  primera fundación española de San Miguel. El nombre que le asigna deviene del propósito del Marqués de homenajear la protección guerrera del Arcángel Miguel durante su largo y arduo viaje.



Mapa 2. Trayecto del viaje de Pizarro entre Olmos y Cajamarca.
 

 



Fuente: Moya Espinoza, R. Breve Historia de Piura, Tomo II, 1994.



Sobre la fecha de fundación o formación del pueblo no hay mucha informacn. De los textos  revisados  el  único  que  brinda  una  fecha  es  el  cajamarquino  Burga23   en  su diccionario geográfico e histórico. Sin precisar sus fuentes o quizá basándose sólo en lo afirmado por Guillermo Prescott a quién cita, este autor fija tal acontecimiento en el día 10 de noviembre de 1532:



Arribó éste seis meses después [de la fundación de Piura], porque el 10 de noviembre de ese o asentaba el Marqués de los Atavillos el centro poblado que hoy es sede de San Miguel de Pallaques



En  el  Atlas  del  Perú  publicado  por  el  Instituto  Geográfico  Nacional  en  1987  (Moya Espinosa, 1994) se consigna el posible itinerario de Pizarro en su marcha sobre Cajamarca. Según éste el conquistador part de Saña el viernes ocho de noviembre y esa misma noche pernoctó en El Trigal. Desde aquí enrumbó el bado nueve hacia Agua Blanca, y desde aquí, al día siguiente, a San Miguel, en pleno valle del Puclush. El lunes 11 cruza un afluente de este río y se pone en Camino para Llapa donde descan un día, antes de retomar el miércoles 13 la ruta que atravesaba las tierras de los Chalaques en dirección al sudeste.



Si este itinerario es cierto, Pizarro sólo necesitó de tres días para recorrer la agreste cuesta de las montañas entre el poblado costeño de Saña y los predios donde, en el transcurso de  su  viaje,  formaría  el  pueblo  de  San  Miguel.  Esto  deb ocurrir  entre  la  tarde  del domingo 10 o la mañana del lunes 11 de noviembre de 1532.



Acerca del punto donde se formó inicialmente el pueblo de San Miguel, hasta antes de este artículo no había ninguna controversia. Se creía, como se afirma, por ejemplo, en la página DePerú.com, que:



… El Conquistador español aprovechó su estadía en la zona para transformar el Ayllu de Payac en Villa, fundando San Miguel en homenaje a San Miguel Arcángel, , el 11 de noviembre de 1532 dando nombre de San Miguel de Pallaques a la aldea encontrada (en lo que es hoy el centro de la ciudad) .



En la misma dirección Antonio Raimondi también pensaba que podría tratarse del actual lugar que ocupa la ciudad de San Miguel.



Sin embargo, ahora, a la luz de lo que establece el documento citado de 1605, estamos en condiciones de cambiar esta aseveración en el sentido de que el pueblo inicial que fundó o formó Pizarro el 10 de noviembre de 1532 no fue el actual San Miguel de Pallaques sino el de San Miguel de Catamuche, ubicado unos kilómetros antes, hacia el oeste, pero seguramente en la misma ruta que seguía el camino que recorrió la expedición conquistadora y en los mismos predios o cerca de lo que actualmente es el caserío Catamuch.  Es  probable  que  por  esa  fecha  existiera  aquí  una  llacta  significativa  y organizada que llamó la atención de Pizarro por el número de sus pobladores y las buenas condiciones que ofrecía para el descanso de él y su gente, pero también para la vida de los indios que la poblaban. Sobre la base de esta llacta o en un área contigua a ella es que Pizarro  forma  un  nuevo  pueblo,  antes de acometer el  último tramo del  viaje que  lo conduciría hasta Cajamarca. En el nuevo nombre de San Miguel de Catamuche sucede mismo que en el caso de muchos pueblos y ciudades que fundan los españoles en el Perú. Al topónimo original se le antepone un nombre hispano que fija por lo general su advocación a algún santo cristiano y se le completa luego con la designación del lugar o de la etnia que lo ocupaba. Tal el caso de la fundación de Piura, donde … la ciudad es sucesora de un primer emplazamiento del o 1532 conocido como San Miguel de Tangarará o Tangararán un lugar bautizado por Pizarro como San Miguel y completado con el nombre de la población india más cercana …”24  En nuestro caso, al nombre previo de Catamux o Catamuche se le antepone el nombre del Arcángel guerrero resultando de esta manera la denominación del primer pueblo que los españoles fundan en la región de los Caxamarca: San Miguel de Catamuche.



Casi cuarenta años después este pueblo aún ocupaba su inicial emplazamiento y mantenía su nombre original. Ello se desprende de la información que arroja el reporte de la visita colonial de Diego Velásquez de Aca, según la cual, como ya vimos líneas arriba, el referido pueblo es visitado y censado en noviembre de 1571 con el fin de registrar el mero de indios tributarios así como sus recursos y  población en general. En esa fecha el pueblo alcanzaba cerca de 800 personas y seguía estructurado en base a la organización tradicional indígena prehispánica en base a la cual, dentro del ámbito del mismo pueblo residían gente perteneciente a distintas pachacas y huarangas, destacando los Payacas, Niepos y Polloques como grupos sociales mayoritarios.



Las “reducciones” y el traslado del antiguo pueblo de San Miguel.



¿Cómo y en qué momento es que surge el nuevo pueblo de San Miguel de Pallaques?



Hasta antes de conocer el documento de 1605 esta pregunta hubiera sido encontrada innecesaria y hasta necia, pues no había razón para cuestionar    la creencia afirmada históricamente según la cual el pueblo que fundó Pizarro corresponde al de San Miguel de Pallaques, formado en el lugar que ocupa la actual ciudad de San Miguel y en referencia a la etnia de los Pallaques, grupo social que por entonces ocupaba la zona. Sin embargo hoy tenemos que poner en duda los datos no sólo del original emplazamiento del pueblo sino también de la propia denominación de Pallaques” atendiendo a que en la lista de pachacas registradas en 1571 en el viejo pueblo de San Miguel de Catamuche no existe ningún grupo social con esta denominación25, sino solamente los Payacas, Niepos, Pingomarcas, Polloques y otros. No obstante, este punto acredita otra discusión que por ahora no interesa al tema de este artículo, limitándonos a responder a la cuestión de que el pueblo de San Miguel de Pallaques surge más tarde, quizá unos 45 o 50 años, después de su primera fundación en las inmediaciones de Catamux, por su traslado o reubicación a su actual emplazamiento. Esta es una probabilidad que sugiere la revisión de  la escritura de venta 1605, donde hay un especial cuidado por parte de los indígenas en precisar la existencia de un pueblo viejo de San Miguel” junto a las tierras de Catamux, objeto de la transferencia. Dado que esta información procede no de gente externa al pueblo sino del gobernador  y  los  caciques  que  otorgan  la  escritura,  hay  fundamento  suficiente  para asumir que está ajustada a la verdad. Por ahora la única fuente para sustentar esta idea es la escritura señalada, pero confiamos en que la posterior investigación arqueológica e histórica se encargará de confirmar y enriquecer con más detalles esta afirmacn.   Por ahora quedémonos en el planteamiento de que el nuevo pueblo de San Miguel de Pallaques resulta del traslado posterior del original fundado por Pizarro en 1532.



Probablemente  la demanda de la población por  mejores tierras para la producción y abundantes fuentes de agua, motiva el traslado del pueblo a un lugar más cercano al río que desciende desde las alturas de Calquis. O simplemente obedeció a las necesidades administrativas y políticas del gobierno colonial que por ese entonces había puesto en marcha una serie de reformas que involucraban a la población indígena del virreinato. El traslado de los pueblos fundados inicialmente en un lugar y luego movidos a otro no es un fenómeno  aislado  en  el  Pe colonial  sino  más  bien  frecuente.  Piura,  la  primera  (o segunda) ciudad fundada por los españoles en agosto de 1532 junto a la llacta Tangarará del río Chira, se trasladó, aún en pleno proceso de la conquista, hacia un sitio más salubre en  la  vera  del  Alto  Piura.  San  Juan  de  la  Frontera  de  los  Chachapoyas,  fundada inicialmente en 1538 por el conquistador Alvarado en las alturas de La Jalca, fue cambiada de lugar dos veces antes de terminar en su actual ubicación.



El cambio de lugar de San Miguel y su nueva nominación debieron ocurrir a mediados de la década del 70 del siglo XVI dentro del marco de las reformas que impulsó en todo el ámbito de su gobierno el entonces virrey Francisco Toledo y que comenzaron a aplicarse en Cajamarca a partir de 1572.



Es conocido que una vez consolidada la conquista española en el virreinato del Perú, la corona española inic varios cambios en su política con respecto a la población indígena como una forma de limitar el poder de los encomenderos así como para facilitar la administración de la mano de obra indígena26, el cobro de tributos y extender la evangelización y concientización de los indios a través del trabajo de los curas doctrineros y la creación de escuelas. En ese sentido, una de las primeras instituciones que se ordenó establecer fueron las reducciones de indios, pueblos organizados de acuerdo al modelo español. Una de las primeras provisiones reales para ello data de 1549, aunque por los problemas políticos internos en el virreinato la política de formación de pueblos de indios recién pudo hacerse efectiva con el virrey Marqués de Cañete, comenzando por el valle de Lima.  Fue  Francisco  de  Toledo  quien  extendió  la  política  de  reducciones  a  todo  el virreinato ordenando que al mismo tiempo que se efectuaba la visita general, los visitadores   fueran   concentrando   a   la   población   indígena   en   pueblos.   En   cada repartimiento los visitadores debían encontrar el lugar más apropiado para ello; es decir, un lugar alejado de sus antiguos sitios de culto y que contara con buen clima, agua, áreas de pastos y tierras productivas. La traza del pueblo debía hacerse por cuadras conforme a la de los pueblos españoles sacando las puertas a la calle para que pudiesen ser vistas y visitados de la justicia y sacerdotes 27  y contar con una cárcel, casa para el cabildo y un hospital. En el nuevo pueblo los indígenas debían contar con tierras propias ubicadas alrededor de sus casas y tierras de comunidad localizadas no muy lejos del pueblo. La denominación de pueblo de indios significaba que los españoles no tenían derecho a residir en él. Desde el punto de vista judico, un pueblo de indios debía tener un cabildo de indios, con dos alcaldes, dos regidores, un escribano, un pregonero, y una doctrina con «curas de indios»28. Las leyes coloniales además establecían que las tierras asignadas en mancomunidad eran de sucesión hereditaria para los hijos y no las podían vender, donar ni trocar, ni heredar a otras personas, ni arrendarlas a los españoles. Sin embargo, como sucede  en  San  Miguel  en  1605,  previo  permiso  o  conocimiento  del  corregidor  de naturales, los indios vendían o alquilaban sus tierras según lo juzgaban conveniente.



Este proceso de reformas se aplica en la región de las siete huarangas de Caxamarca a partir de 157229. Al decir de Hampe Martínez30   por esta fecha:





se hizo la visita general a esta zona, que fue practicada por el corregidor Alvarez de Cueto, dando origen a la imposición de nuevas tasas de tributo … y a la constitución de reducciones o pueblos indígenas de planta cuadricular. Las formaciones urbanas que surgieron a en los os 70 del siglo XVI son las siguientes: San Antonio de Cajamarca (actualmente es la capital del departamento), Asunción, Casal, Conturna, Chota, Guzmango, Jesús, Niepos, San Marcos, San Miguel, San Pablo y Trinidad



De esta manera, al formarse la nueva reducción o pueblo de indios de San Miguel, seguramente se elige para el efecto el lugar que ocupa la actual ciudad del mismo nombre por las ventajas comparativas que ofrecía el entorno en comparación al anterior más seco y de relieve más quebrado; a la vez que se le asigna un nombre que probablemente hacía referencia al área que en ese entonces ocupaba la gente de una de las etnias principales, ya sea los payacas” o los polloques”. Una vez conformado el pueblo se concentra aquí la población del antiguo pueblo de San Miguel de Catamuche y de los diversos poblados o llactas indígenas de los alrededores. Esto a finales del siglo XVI; de tal modo que, para el año 1605 en que se elabora el documento de venta de una parte de las tierras de la comunidad,  el  nuevo  pueblo  de  San  Miguel  de  Pallaques,  trazado  según  el  modelo español,  ya está  constituido con sus autoridades  indígenas y coloniales (gobernador), contando además con su respectivo templo católico para el cual los indios mandan tallar dos imágenes. Este mismo pueblo debió ser al que llegó el arzobispo Toribio de Mogrovejo en diciembre de 1596 durante su visita pastoral a Cajamarca31  encontrando en él a 171 indios tributarios y a un total de 740 personas.


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11 Por ejemplo, Moya Espinoza (1994), sin indicar sus fuentes, afirma que   Pizarro siguió hacia Nancho, próxima a la actual Chongoyape y bordeando Chancay, lle a Santa Cruz en donde acampó Los expedicionarios prosiguieron su marcha y el 15 de noviembre de 1532 desde las alturas de la cordillera vieron que abajo en un valle estaba Cajamarca.

12 Francisco de Jerez, el cronista que acompañó a Pizarro como su secretario, al salir de Tumbes llevó un diario de viaje, en base a lo cual describ después varios acontecimientos de la conquista del Perú.

13 Raimondi, A. El Perú, Tomo II, 1965. Pág. 26.

14 Nazario Chávez se basa en Raúl Porras B. para afirmar que el punto en que Pizarro y sus compañeros se detuvieron para dejar el camino de los llanos y seguir el de la sierra fue Collique, cerca de Sa. Según esto, Pizarro no llegó, pues, en esta ocasn, hasta el valle de Chimú; de Collique se desv hacia la sierra …”

15 Según el relato de A. Raimondi el tramo entre Collique (cerca de Sa) y los predios de San Miguel de Cajamarca le habrán ocupado a Pizarro seis días.

16 No creo que sea cierta la versión difundida en la página web cajamarca-sucesos.com según la cual los españoles acamparon en San Miguel por 20 días, antes de su llegada a la ciudad inca de Cajamarca.

 17 Moya E. (1994) dice al respecto: Francisco de Jerez da la partida de Pizarro de Tumbes el 16 de mayo de 1532 y como día de partida hacia Cajamarca el 24 de setiembre del mismo o. (Pág. 164). Coincide en esto con Paz Soldán (1862) según el cual cinco meses después de su llegada a Tumbes, se puso en marcha con sus tropas hacia el interior del país (24 de setiembre de 1532) en dirección al campamento de Atahuallpa” (Pág. 50).

18 Cieza de León, P. 1987, Pág. 119.

19 Instituto Geográfico Nacional. Atlas del Perú, 1987. Citado por Moya Espinosa, R. 1994.

20 El cronista Huamán Poma de Ayala, en su obra que fue escrita alrededor del o 1600, incluye al tambo real de San Miguel en la lista de los numerosos tambos que estaban establecidos desde el tiempo de los incas en la ruta del camino que a través de los Andes venía desde Nobo Reyno, al norte de Popayán, e iba hacia el Cuzco y n más al sur. Nueva Crónica y Buen Gobierno Tomo III, 1996.

21 A. Miro-Quesada. La Ruta de Pizarro por los Andes, 1982.

22 Pugliesi, Renzo; 2011, pág. 118.

23 Burga Larrea, C. 1983, Pág. 1253.


25 Aún a inicios del siglo XX los geógrafos de la época registran al pueblo de San Miguel con el nombre deSan Miguel de Payaques. Stiglich, 1922. Pág. 299.

26 Seguimos en esta parte a lo que plantea Vergara Ormeño; 1991.

27 Beltran y Róspide, 1921, Pág. 88, 89. Citado por Vergara O.

28 Argouse, Aude; 2008. Pág. 168.

29 Hugo Pereyra P. (1986) dice al respecto En el caso del corregimiento de Cajamarca, la documentación parece sugerir que la red de reducciones comen a asentarse aquí recién en la década del setenta del siglo XVI”. Pág. 180.

30 Hampe Martínez, T. 1987. Pág. 69.

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