Sunday, August 23, 2015

XXII. III Encuentro de Escritores y Artistas: SEMBLANZA DE CÉSAR ARMANDO ROMERO TEJADA / Antonio Goicochea Cruzado



 
“OCTAVIO LINGÁN CELIS – CÉSAR A. ROMERO TEJADA”.
San Miguel – Cajamarca, 16, 17, 18 y 19 de Julio 2015

 
SEMBLANZA DE
CÉSAR ARMANDO ROMERO TEJADA

Antonio Goicochea Cruzado

Prof. Antonio Goicochea y su Maestro César Armando Romero Tejada, en I Encuentro Sanmiguelino

Podría parecer fuera de lugar el que yo inicie la semblanza del homenajeado, con un acontecimiento de mi niñez, pero luego, podrá encontrársela razón.

Mi madre, deseosa de que mi iniciara bien temprano en el aprendizaje de “la primeras letras”, me matriculó en la escuelita preparatoria de Doña Encarnita, una señorita andada en años, que preparaba a los niños para que ingresaran a “Transición”, que era como se llamaba en ese entonces a lo que hoy es primer grado de educación primaria. Asistí con dedicación, me gustaba la compañía de los niños, la alegría de los juegos y aunque parezca mentira, la severidad de doña Encarnita. Pero un día, subimos al frondoso huabo de su jardín, que nos tentaba con unas pequeñas pero gordas huabitas (pacaes) y las jalamos para nuestro deleite. Nos sorprendió nuestra preceptora y con enojo, cogió su “trenzao” (látigo) y nos diocon ganas. No soporté tremenda ofensa y salí de la escuelita, llorando y con mi sillita al hombro. Encasa papá y mamá discutían sobre la inoportuna decisión de haberme llevado allí.

Los días pasaron y llegó el tiempo de los escueleros y me matricularon en la Escuela Pre-vocacional de Varones N° 73. El día de inicio, no quise ir, a empellones mamá me llevó a la escuela. Esperé tiritando mi inicio de alumno. -¿Si mi primera experiencia con las letras y los números había sido ingrata, cómo será ésta?, decía para mis adentros. Pronto se despejarían mis dudas: Me designaron como alumno del Transición A, que estaría a cargo del maestro Don Armando Romero Tejada.

Para dicha mía y de los niños del Transición A, el Maestro Romerito, era alegre, cariñoso, deportista, dibujante y tocador de la bandolina, su instrumento musical predilecto y que además le gustaba la poesía. Todos contentos. A todos nos atendía con dedicación y cariño. Muy pronto aprendimos las lecciones. Después supimos que hasta a un niño que había repetido cinco años en transición, él lo hizo leer y a medio año lo hizo ubicar en un año superior. Puso al servicio de los niños preparación, entusiasmo y dotes de artista. Aficionado a la música, la pintura y la poesía. Las estudió de manera autodidacta, practicándolas intensamente, antes que le permitieron amenizar el desarrollo de las clases escolares.

Además de ser entrenador del equipo deportivo representativo de la Escuela, era el Maestro de la Banda de Guerra, y así como con nosotros demostraba estrategias metodológicas efectivas, con ellos para que aprendieran los toques de corneta, recuerdo les hacía repetir: “Don José Totí, don José Totí, vende la azúcar muy cara, vende la azúcar muy cara”, que los pequeños músicos lo replicaban con toques en su instrumento. Lo quisimos mucho.

Más tarde nos enteramos que don César Armando Romero Tejada, nació en el Distrito de Llapa el 1° de agosto de 1928, Provincia de San Miguel de Cajamarca. Que estudió educación Primaria en el Centro Escolar N° 79 de su pueblo, se formó para maestro en la Escuela Normal de Cajamarca, para ascender en la Carrera Docente, estudió en el Instituto de Perfeccionamiento Magisterial, en la ciudad de Trujillo, y la Supervisión Educativa en la ciudad de Lima.


Se inició muy joven en la carrera Docente, en el caserío de Chuad a cinco kilómetros de San Miguel, se trasladó a su Tierra natal donde contrajo matrimonio con Olga Celis Tejada, con quien procreó 7 hijos. Ya casado se trasladó a San Miguel, en donde permaneció 14 años, laborando en la Escuela N° 73, también prestó servicios de Secretario y Profesor de Música y Dibujo del Colegio Particular “San Miguel” durante 4 años. De allí se trasladó a Trujillo donde trabajó en el Centro Educativo Antonio Raimondi y llegó a ejercer la cátedra de dibujo en la facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional de Trujillo.

 César Armando Romero Tejada y su digna esposa Olga Celis de Romero (+)

Es autor del poemario: “NIÑOS-poemas para voces blancas” y “DESDE EL UMBRAL” poemas. También es autor de “GRATOS RECUERDOS” creaciones musicales, con partituras.

Actualmente dirige el Conjunto Musical Ancash en la ciudad de Trujillo. Escribe las glosas, las partituras y las comparte con sus compañeros. El 12 de febrero del 2015 celebró con su grupo musical sus “Bodas de Perla” (30 años ininterrumpidos deleitando al público).

CÉSAR ROMERO TEJADA, EL MAESTRO


Fue un gran maestro, inquieto por conocer la didáctica activa y con su gran ingenio y estudio logró aplicar diversos métodos para aprender a leer y escribir. Los padres de familia que integraban las aulas, lo apoyaban incondicionalmente, así que los niños aprendían a sumar, restar, multiplicar, dividir sin mayores problemas; poesías, diálogos, canciones con mucho gusto. No solo tuvo alumnos pequeños también enseñó a “enseñar” a jóvenes en la UNT y a sus compañeros de trabajo, jamás fue egoísta, todo lo que lograba hacer y con éxito lo mostraba a los demás y lo compartía, fue muy amable, tolerante y generoso. Cada grupo de alumnos lo aceptaron y quisieron como a nadie. Hasta la fecha lo visitan y saludan. Sólo por comentar un caso en el Centro Educativo Antonio Raimondi de Trujillo tenía un alumno con problemas de pronunciación y equilibrio, no podía escribir ¿dislexia, disgrafía?, entonces le enseñó a usar la máquina de escribir y así pudo lograr estudiar, hasta recibirse de técnico en Administración de Empresas, ahora es el alumno más grato, constantemente le escribe en el Facebook.


CÉSAR ARMANDO ROMERO TEJADA, EL POETA

 

Aprendió a componer poesías dedicadas a los niños, adultos, familiares, personajes históricos. Es un goce verlo con humor pensando como rimar cada verso. Ha recopilado algunos de ellos en dos libros. Si ahora hago poesía y escribo, en mi maestro encuentro el por qué. Es tanta mi gratitud, que mi libro “Mi lorito parlanchín y otros cuentos del baúl mágico”, lo dediqué a él y a mi otro maestro de grata recordación, don Diego Chico Segura.

CÉSAR ARMANDO ROMERO TEJADA, EL ARTISTA PLÁSTICO

 

Le apasionaba la fotografía, el dibujo ypintura, inquieto por aprender se inscribió en un curso por correspondencia en Escuela Latinoamericana de Argentina y después de cumplir 5 años de estudio le dieron su diploma de Artista Plástico en dibujo y pintura. Realizó una serie de dibujos con carboncillo, también cuadros pintados al óleo y otros materiales, pintó a la naturaleza, a la figura humana con gran acierto y belleza. Algunos de sus cuadros permanecen en San Miguel, otros en Trujillo y Lima en casa de familiares o amigos. Los alumnos de la 73 fuimos testigos que aprovechando el tiempo del recreo, tomaba como modelo al alumno Juan de la Rosa Linares Pérez, lo hacía posar en actitud de disparar una pelota y lo plasmaba en el papel. Los niños lo rodeábamos, alrededor de su silla, boquiabiertos al ver a Juan reflejado en la cartulina.

            Ahora es divertido verlo compartir lienzos y pinturas al óleo con sus hijas Carmen, Emilia y Florencia.

CÉSAR ARMANDO ROMERO TEJADA, EL MÚSICO


            Aprendió a tocar con destreza la mandolina, el violín, el órgano y la guitarra. A leer y escribir la música en el pentagrama. Creó varias composiciones musicales dedicadas a su tierra natal y a San Miguel de Pallaques, que lo acogió por varios años. Es autor de la música del Himno al Colegio San Miguel. También a personajes ancashinos. Dirigió dos bandas de guerra una en San Miguel y otra en Antonio Raimondi de Trujillo. Luego participó de la conformación del Conjunto Musical Ancash, en el cual permanece dirigiéndolo a la fecha. (30 años).

CÉSAR ROMERO TEJADA, EL HUMANO


            Me contó Florencia, que es un esposo amoroso, colaborador para las tareas domésticas y un papá afectuoso, animando a sus hijos para ser fuertes y valerse en la vida, inculcándoles valores, no solo de palabra sino de acciones. Que en casa se leía siempre, se compartía el ejercicio físico como parte de la salud. Hasta la fecha realiza el Taichí. Aprovecha cada ocasión para aprender. Lo único que se le ha hecho difícil es la computación.

            Es un amiguero empedernido, comparte con todos, no selecciona amigos, es increíble su capacidad de integración.

            Ese es don César Armando Romero Tejada a quien tenemos la dicha de homenajearlo.


 

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